Una pastilla que se comunica con el paciente, un exoesqueleto para personas sin movilidad, ultrasonidos para acabar con tumores, nanobisturís contra células malignas… Estas son algunas de las 10 tecnologías ya disponibles que van a cambiar la sanidad. Han sido elegidas por ECRI Institute, de EE UU, un organismo sin ánimo de lucro que selecciona las innovaciones más relevantes para médicos y pacientes. “Son tecnologías que van a tener impacto y que ya están aprobadas por la FDA (agencia del medicamento americana)”, explica Xavier Canals, vicepresidente de la Seeic (Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica).
1. La píldora mágica. Consiste en una pastilla, desarrollada por la empresa Proteus, que se comunica desde el estómago y mediante bluetooth con el móvil del enfermo. “Está pensado para pacientes para los que sea crítico seguir un tratamiento”, revela Canals. La píldora lleva un sensor de un milímetro cuadrado y digestible con un chip que se activa con los fluidos estomacales. Transmite la información digital sobre la toma, la dosis, la hora o cuándo se ha disuelto. El paciente recibe la información en su teléfono para que no se olvide de seguir el tratamiento. El sensor se expulsa vía fecal.
2. Un exoesqueleto artificial. Es lo más parecido a un hombre robótico. Varias empresas, como Argo o Rewalk, desarrollan unas articulaciones artificiales, gracias a los impulsos nerviosos, para personas que actualmente se encuentran en sillas de ruedas por diversas patologías, como la esclerosis múltiple. Llevan motores y baterías y su coste alcanza los 100.000 euros.
3. Cirugía sin anestesista. En el caso de las endoscopias y colonoscopias, la compañía Ethicon propone el sistema llamado Sedasys, que regula la sedación con el fármaco propofol y monitoriza al paciente. “Es algo que llevará polémica porque pretende sustituir al anestesista y que solo haya uno controlando a varios pacientes. Permite que el cirujano o el auxiliar se hagan cargo fácilmente”, asegura Canals.
4. Contra la hipertensión. Un camino poco conocido para luchar contra la hipertensión descontrolada en algunos pacientes es la denervación en los riñones. Básicamente consiste en acabar con las terminaciones nerviosas en esos órganos, algo que favorece el control de la tensión arterial. Para hacerlo, la firma Medtronic ha creado un catéter mínimamente invasivo en una intervención que dura 40 minutos, para una dolencia que afecta a millones de personas en el mundo.
5. Urgencias para mayores. La población envejece y con ello llegan enfermedades crónicas y enfermedades específicas. Por eso, desde esta institución se propone adaptar los hospitales con servicios de urgencia destinados exclusivamente a personas mayores. Se evitarían infecciones, úlceras, caídas, desorientaciones, dificultades para comunicarse con el personal… Para ello, las clínicas deben adecuar sus protocolos, infraestructuras y formar a los equipos.
6. Superficies de cobre. Este metal tiene propiedades antimicrobianas, por lo que su uso en todo tipo de elementos, desde la habitación, instrumental o incluso sábanas y mantas, contribuiría en la lucha contra uno de los grandes peligros de los hospitales: las infecciones.
7. Ultrasonidos contra tumores. En la batalla contra el doloroso cáncer de hueso han surgido nuevas técnicas para reducir los tumores, por ejemplo, los ultrasonidos. “Es parecido al método para acabar con las piedras del riñón, gracias a disparos de ultrasonidos focalizados”, describe el responsable de Seeic, en este caso guiados a través de una resonancia magnética que permite al especialista acertar en la diana.
8. Un nanobisturí oncológico. Aunque el informe señala que es una tecnología todavía demasiado prematura, sin casos suficientes de estudio, el NanoKnife sirve como sistema de ablación termal para tumores de difícil localización en hígado o páncreas.
9. Radiación superlocalizada. También en oncología surgen técnicas de radiación, como la de ViewRay, que precisa más detalladamente las células malignas con las que acabar, salvando más tejido sano colindante. “Tiene una precisión de décimas de milímetros”, expone Casals. Además, se sirve de la resonancia magnética en tiempo real para que el médico vea en todo momento el tumor.
10. El big data. Igual que las empresas aprenden de la multitud de datos de los clientes, los hospitales se preparan para tratar y analizar los múltiples factores que obtienen de las historias clínicas digitales con el fin de, por ejemplo, crear alertas para el paciente o ganar en eficiencias.
Fuente: Cincodias.com (19/2/14)
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