Raúl Yáñez es uno de esos jóvenes emprendedores de los que se dice que se han hecho a sí mismos. Con tan sólo 27 años es propietario del mayor negocio de alquiler de yates de lujo de Ibiza, Moloko Luxury, que, en apenas un par de meses, ha conseguido generar más de 1,6 millones de euros.
Pero la trayectoria de Yáñez poco, o nada, tiene que ver con los yates. Estudiante de Empresariales en el CIS de Madrid, abandonó la carrera al año y medio por considerarla “una vía demasiado lenta para llegar al empleo”. Al poco tiempo empezó a trabajar como becario de márketing en el Grupo Mercantis especializado en la creación y desarrollo de negocios online y dirigido por Gonzalo Cebrián. “Fue todo un acierto. A los pocos meses de estar trabajando allí, Cebrián me llamó y me dijo que iba a echar al director de Márketing para ponerme en su lugar”, cuenta Yáñez, que con tan sólo 20 años se encontró dirigiendo todo un departamento.
El Grupo Mercantis se convirtió en la escuela de este prometedor jóven que, a los 23 años, recuperó el instinto que le había llevado a empezar Empresariales tiempo atrás y decidió montar su propio negocio de márketing, Comunicare. “La verdad es que funcionó estupendamente. Desarrollamos un método propio y ayudamos con éxito a más de 200 empresas a posicionarse en Internet. Algunos de nuestros clientes eran muy grandes, compañías como Jazztel o Bonduelle”, explica el jóven. Recientemente, Yáñez ha vendido Comunicare por alrededor de 4,5 millones de euros, aunque permanecerá como consejero delegado durante, al menos, un año más.
Lo que quieras, donde quieras, cuando quieras
“Los ricos son caprichosos”. Bajo esta premisa inició Raúl Yáñez su andadura en el sector del lujo, en el negocio de los yates en Ibiza. “Si quieres contar con este tipo de clientes millonarios tienes que saber que se les puede antojar cualquier cosa en el momento más insospechado y, sobre todo, tienes que tener claro que debes estar ahí para satisfacerles” cuenta el jóven.
Moloko Luxury se encarga de llevar todo lo que sus ricos usuarios le pidan a cualquier parte en un máximo de 20 minutos. Según la información facilitada por la empresa, este servicio que denominan exclusive gourmet delivery tiene uno de los mayores márgenes de beneficio de todas las actividades y servicios que prestan. Y es que, por disfrutar de un poco de champagne bajo estas condiciones se cobra a cerca de 50.000 euros la botella. “Por ese precio como si yo mismo me tengo que coger una moto acuática para hacérselo llegar”, bromea Yáñez.
Pero este servicio de atención tan exclusivo no se encarga únicamente de llevar comida y bebida a sus usuarios. “Si el cliente quiere que toda la tripulación del barco sean modelos, se hace”. Eso sí, bajo el módico precio de 10.000 euros.
La conexión de Yáñez con los barcos le llegó por parte del novio de su madre, Ángel Álamo, propietario de Moloko charter, una empresa de veleros de Ibiza que ahora forma parte del conglomerado. El jóven madrileño vio una oportunidad en el sector náutico y convenció al que sería su nuevo socio para centrarse en el mundo de los yates. “El sector del lujo es uno de los que más ingresos da y de los que mejor ha aguantado la crisis”, responde Yáñez.
Con un presupuesto inicial de 500.000 euros, y pidiendo préstamos para reunir casi dos millones, el jóven empresario y su socio adquirieron una flota de barcos de lujo. “Nos lo jugamos todo. Cuando fuimos a firmar incluso me temblaban las piernas”, recuerda Yáñez. Pero la apuesta salió bien y la compañía es actualmente la que mayores ingresos genera en su sector en Ibiza. “En dos semanas ya teníamos todas las fechas de nuestros barcos reservadas para el alquiler”, cuenta.
Terminado el trabajo con sus yates, los responsables de Moloko Luxury comenzaron a prestar servicio al resto de compañías náuticas. “Intermediábamos entre las empresas de yates que no habían conseguido cerrar el alquiler de todas las fechas de verano y nuestros clientes a los que no habíamos podido satisfacer por la escasez de barcos”, explica el jóven, cuya empresa ha sido responsable de entre el 20 y el 30% de las contrataciones de todas las agencias de Ibiza. “No teníamos gastos porque los barcos no eran nuestros, y cobrábamos un 20% del precio por hacer de intermediarios. Era un negocio redondo, aunque la idea es ir teniendo cada vez más barcos en propiedad y que se quede todo en casa”, cuenta Yáñez.
Pero, ¿cuál es la clave del éxito de una empresa de lujo en la que su jóven propietario carece de experiencia náutica? “Al final todo es márketing, ya sea colocar a las compañías en una buena posición en internet o hacer llegar nuestros barcos a clientes en todas partes del mundo”, responde.
El precoz empresario y su equipo decidieron abrir el público objetivo de su empresa a mercados que hasta entonces habían resultado casi inalcanzables para el resto de compañías náuticas de Ibiza:los multimillonarios de Asia y del norte de África. Este “ataque” se llevó a cabo a través de una masiva campaña de márketing que se centró en la apertura de más de 50 páginas web en numerosos idiomas. “No competimos con el resto de negocio en busca de un público diferente, más grande y con más dinero”.
Dejar una contestacion