Tres de cada diez bienes que consumimos tienen ya una inflación de doble dígito

La inflación general se sitúa en España en el 5,9% a cierre de enero, pero las subidas de precios que registran algunos de los bienes y servicios que consumimos son muy superiores, sobre todo en la alimentación. De todos los productos que compramos los españoles, un 32,5% presentan ya una inflación de doble dígito.

Así lo recoge el Instituto Nacional de Estadística en los datos de IPC publicados este miércoles, en los que se observa que 65 de las 200 subclases de productos que consumimos tienen un precio como mínimo un 10% superior al del año pasado.

Resulta complicado encontrar en ese listado productos que no sean alimentos, ya que son los que lideran las subidas. El azúcar encabeza la lista, es hoy un 52% más cara que en enero de 2022; seguida de la mantequilla (+38,2%), las salsas y condimentos (+33,9%), la leche entera (+33,4%), la desnatada (+32,9%), el aceite de oliva (+30,5%), los huevos (+27,2%) o el yogur (+26,7%).

Se cuelan también en este grupo los productos de papelería, que suben un 29,6%; la cristalería y cerámica (+17,9%), el gasóleo (+13,8%), los neumáticos (+12,5%), el gas natural (+11,8%), los hoteles y otros alojamientos (+11,3%) y la joyería (+10%).

Los alimentos y bebidas no alcohólicas han sido en enero un 15,4% más caros que hace un año -con lo que la tasa interanual apenas se ha reducido tres décimas respecto a diciembre- y, en tasa mensual, han registrado una subida del precio del 0,4% respecto al último mes del año.

Este repunte se ha producido a pesar de que el Gobierno aprobó, con efecto desde el 1 de enero, una bajada del IVA de algunos productos: se redujo del 4% al 0% el del pan, las harinas, la leche, la fruta, la verdura, las legumbres, tubérculos y cereales, y del 10% al 5% el gravamen de los aceites y la pasta.

Sin embargo, este descuento fiscal no se ha trasladado íntegramente a los precios. Aunque los aceites y la fruta fresca sí se han abaratado en consonancia (-6,1% los primeros y -4,2% las segundas), el resto de productos ha registrado descensos más moderados: del 3,5% las pastas, del 2,3% las harinas y cereales, del 1,5% la leche y los huevos, del 1,2% el aceite de oliva, del 0,7% el queso y del 0,2% el pan. Las legumbres, que también estaban sujetas a la rebaja, han subido un 0,1% este mes, mientras que los cereales de desayuno se han encarecido un 2%.

Estos descuentos, no obstante, se han visto compensados por subidas superiores de los precios de los alimentos que no estaban amparados por el descuento fiscal, como el pescado fresco, que ha subido un 4,7% en un sólo mes, o el arroz (+3,7%), el yogur (+2,8%) o la carne de ternera (+0,6%).

Muy lejos del objetivo del BCE

Sólo un 7% de los productos que consumimos son hoy más baratos que hace un año -entre ellos la electricidad (-40,8%); el transporte público, por los descuentos aprobados; y los equipos de telefonía móvil-, y los productos que suben de precio (el 93% restante) se encarecen a ritmos muy por encima de lo saludable.

El Banco Central Europeo (BCE), principal institución de política monetaria en el continente, tiene como mandato conseguir estabilizar la inflación en torno al 2%, pero hay que tener en cuenta que en España actualmente un 85,2% del total de productos que compramos superan esa tasa. Hasta que no se alcance ese nivel, el BCE no dejará de endurecer su política mediante la subida de tipos de interés, ya que esa es su principal herramienta para intentar contener la inflación.

Expertos como los economistas de Funcas creen que esa corrección se hará esperar: «El incremento de la inflación en enero ha procedido de todos los componentes del índice subyacente, que, al igual que sucedió en diciembre, es de donde proceden en estos momentos las mayores presiones inflacionistas. Pese a la bajada de los costes energéticos y de otros costes, la transmisión de los ascensos anteriores puede no haberse completado, al mismo tiempo que las subidas de diferentes componentes se alimentan entre sí, convirtiendo la inflación en un fenómeno más persistente».

Según sus previsiones, los precios subirán en promedio un 4,2% este año –han actualización su estimación al alza desde el 3,8% anterior- y advierten de que la bajada que experimentará la inflación en los meses centrales del año no será permanente. «La tasa interanual prevista para diciembre es superior a la media anual, un 5,5%. Por otra parte, la tasa media anual prevista para el índice subyacente se ha elevado desde el 5,6% hasta el 6,2%», apuntan.

Fuente: elmundo.es (16/2/23) pixabay.com

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