El número de contadores inteligentes implantados a 31 de diciembre de 2015 por las distribuidoras eléctricas asciende a 14,5 millones, un 51% del total de los equipos que componen el parque español (algo más de 28 millones de unidades). En términos globales, esa cifra está en línea con el plan de renovación de contadores que estableció en 2007 el Gobierno de Rodríguez Zapatero en una orden ministerial que fue modificada en 2012, a petición de las eléctricas, para ralentizar los plazos. La normativa fija el 31 de diciembre de 2018 como fecha límite para la sustitución total de los equipos de medida tipo 5 (los que utilizan los consumidores con una potencia contratada inferior a 15 kW).
Según un informe aprobado por la Sala de Supervisión de la CNMC sobre la integración de los contadores con telemedida y telegestión (los denominados inteligentes), al que ha tenido acceso CincoDías, a fin de 2015 se habían colocado la mitad. No obstante, el supervisor dice confiar en que este año se alcance el 70% que fija la norma.
Los plazos legales para dicha renovación son los siguientes: antes de fin de 2014 cada empresa distribuidoras debía cambiar el 35% de los equipos de sus clientes; antes de fin de 2016 otro 35% y el resto, antes de 2018. Por tanto, mientras las distribuidoras eléctricas (encargadas de la lectura y gestión de los contadores) han tardado ocho años en modernizar la mitad del parque, solo disponen de menos de la mitad de ese tiempo (tres años) para renovar la otra mitad (los citados 14,5 millones).
Además, según las datos recabados por la CNMC de 317 distribudoras (sobre un total de 333), un 10% de los contadores inteligentes instalados no funcionan como tales. La ventaja de contar con equipos de telemedida y telegestión es que el contador puede leerse a distancia; que al cliente se le puede aplicar el precio del mercado por horas (el precio de venta al pequeño consumidor o PVPC, por ejemplo), lo que le permitiría consumir en horas más baratas, así como recibir ofertas personalizadas gracias a que el contador permite obtener sus curvas de consumo horarias.
Un 10% de los contadores electrónicos no funcionan como tal porque no están integrados. En ese caso, el cliente debe pagar el alquiler de los viejos equipos: 0,54 euros al mes.
Sin embargo, la realidad es que un 10% de los nuevos contadores son un simple adorno, pues no “están efectivamente integrados en los correspondientes sistemas”, tal como exige la regulación. Según el organismo supervisor, las distribuidoras “estarían emitiendo medidas horarias en aproximadamente un 90% de los suministros con contador integrado”. Los restantes se siguen leyendo y gestionando como los tradicionales, por lo que el alquiler a cobrar es el de estos últimos (0,54 euros al mes) y no el de los contadores electrónicos (0,81 euros).
A este respecto, la CNMC ha decidido abrir actuaciones previas a las distribuidoras que disponiendo de nuevos contadores “emiten un porcentaje muy bajo de facturas basadas en las curvas de consumo horario”. Y, por supuesto, a las que no están cumpliendo los plazos del plan de integración o no ofrecen información.
Respecto al primer incumplimiento, hay empresas que lo explican en que han instalado el contador al cierre de la facturación periódica, por lo que la lectura del nuevo tiene un desfase o porque corresponde nuevas altas, por lo que les ocurre lo mismo. Otras alegan “problemas con el proceso de validación”. Una incidencia común en varias distribuidoras está relacionada con “la adecuación del software de gestión” para cumplir con el formato establecido en el procedimiento operativo. La CNMC hace alusión a la importante reducción del número de curvas de cargas emitidas por Iberdrola Distribución en noviembre de 2015 debido a los cambios “en su sistema sobre el calendario de facturación” que realizó para reasignar la periodicidad de la facturación”.
No obstante, el supervisor reconoce una mejora en el número de lecturas reales de contadores frente a las estimadas: en diciembre del año pasado, un 91,6% del total.
Dejar una contestacion