Hay cosas que ni la crisis cambia: mantener un piso vacío sigue costando dinero. Y mucho.
Este gasto, variable según el tamaño del piso y del municipio donde se ubique, puede ser extrapolada al resto de grandes ciudades de hasta 250.000 habitantes.
Pero, ¿por qué cuesta tanto tener un piso cerrado? La verdad es que contar con una vivienda sin ocupar (bien por deseo propio, porque se haya heredado o porque no encuentre inquilino) no libera del pago de los impuestos fijados y de los consumos mínimos de suministros domésticos.
Los impuestos asociados a una casa son muchos, y más ahora que el Gobierno encarece las tasas para aliviar su deuda y hacer caja. La subida de basuras, la subida del Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI), la subida del agua y la última, la subida de la luz, son motivos para pensárselo dos veces.
Y ello sin olvidar la hipoteca (en el caso de que esté pendiente de pago con una entidad bancaria) o las cuotas de la comunidad. Aquí, según los expertos, las subidas han sido generales para poder atender los nuevos requerimientos administrativos (ITE, eficiencia energética, etc.) o para cubrir los pagos de los vecinos morosos.
Desde hace unos años, el mito de que mantener una vivienda vacía hacía que se revalorizará ha desaparecido.
«Desde el estallido de la crisis inmobiliaria, las viviendas se deprecian a ritmo agigantado, hasta tal punto que desde 2008 el precio se ha ajustado en un 36 por ciento con previsiones de continuar a la baja tal y como indican diferentes analistas, que llegan a augurar descensos hasta 2014», explican los expertos de Alquiler Seguro.
Otro apunte que recuerda el portal es que los pisos, como cualquier otro bien en propiedad, comen, se usen o no se usen. En ese sentido, hay que cuidarlos para evitar que se deterioren.
Sólo con un mantenimiento periódico se evitan fuertes gastos como la rotura de una cañería vieja, el tendido eléctrico, humedades no saneadas… No hacerlo en el momento supone un sobrecoste después. Fijos y variables El estudio se ha realizado en Barcelona (el precio aquí llega a los 2.400 euros), pero es válido para cualquier piso de 80 metros cuadrados en el centro de una de las principales ciudades. También distingue entre gastos fijos y gastos variables (avería de caldera, atascos…).
El primer pago obligado es la comunidad de vecinos. Sin duda es el que sale más caro y hay que afrontarlo mensualmente, aunque no se disfrute de sus ventajas (mejoras del portal, calefacción…).
Para un inmueble sin elementos comunes como ascensor o portero la cuota mensual ascendería a 75 euros, sin tener en cuenta gastos extraordinarios como derramas o reformas, lo que podría aumentarla considerablemente.
Además, hay muchas comunidades de vecinos que en el recibo incluyen gastos adicionales como la factura por calefacción comunitaria y agua, lo que se traduce en un gasto anual de comunidad de 900 euros. A los pagos se suma el Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI), que grava la titularidad de cualquier propiedad.
Su cuantía se calcula en función del valor catastral
El costo varía entre el 0,4 por ciento y el 1,10 por ciento del valor catastral de la vivienda por lo que el desembolso medio por propietario es de 500 euros, en una vivienda sin garaje ni trastero. En el caso de que el inmueble disponga de añadidos, el costo puede aumentar aproximadamente unos 120 euros más. Incluye la tasa de basuras. Añada 200 euros por el seguro del alquiler con el fin de tener cubierto acontecimientos inesperados. Además, los suministros de luz, agua y gas tienen un coste mínimo anual de unos 540 euros.
Entre los gastos está el pago de una hipoteca, un hecho habitual, más en el caso de personas que compraron en la época del boom. Si estimamos el precio de una vivienda de 100.000 euros con una financiación a tipo medio del 3 por ciento y 15 años, supondría afrontar un pago mensual de 690 euros.
Los gastos variables u ocasionales pueden elevar el gasto anual en 260 euros, siempre dependiendo del tipo de avería, reparación o remodelación necesaria. Total: 2000 euros al año.
Fuente: Eleconomista.es (29/7/13)
Los seguros comunidades multirriesgo son un verdadero escudo protector frente a los morosos ya que, no sólo ejerce la reclamación de cuotas sino que, entre otras muchas coberturas, adelanta las cuotas impagadas a la comunidad.