Juan Bautista fue conductor y ahora dirige su propia empresa, Yébenes Tour. Ha puesto anuncios en Instagram, Twitter y en Pinterest. Por supuesto, ha acudido al SEPE y también al boca a boca, pero nada: le siguen faltando 11 chóferes para su flota de autobuses. Se los rifan. Lo malo es que vale cerca de 3.000 euros sacarse ese carné. Faltan por miles en España y quizá Baleares lo tenga aún peor que otras comunidades. Las islas esperan para este verano un récord de turistas y otro récord de frustraciones. Los empresarios del sector rechazan ya trabajo porque no tienen quien se ponga al volante. «Digo que no y ya no cotizo precios ni nada. Digo que no directamente y ya está. Una gran mayoría de traslados y eventos que nos solicitan no pasan el primer corte (el de la disponibilidad) porque no tenemos conductores», reconoce sete empresario.
Juan Bautista subraya que en verano —al menos en Baleares— el sueldo de estos chóferes puede superar los 3.000 euros. Y dice sí a la propuesta para que sus minibuses estén en manos de mujeres maltratadas o expresidiarios, como ha propuesto la patronal, siempre que no sean agresores, aclara, y dependiendo de cada caso. Ante la escasez de conductores repite una de sus frases: «Tener un carné de autobús hoy es como el que tiene una carrera».
Un problema social
Ana Valladolid, gerente de Rubiocar, la empresa de transportes de viajeros más grande de Castilla-La Mancha, advierte: «Lo que preocupa es que no va a ser solo un problema de las empresas, va a ser un problema social porque en el momento en que no haya conductores para hacer una ruta escolar o una línea regular o un servicio urbano vamos a tener un problema. No todo es ir de excursión. Vamos a tener un problema todo el mundo». Ana nos contaba que acuden a las autoescuelas en busca de candidatos y algunas les responden que ni siquiera pueden dar los cursos por falta de quorum.
Colas en la autoescuela
Lo único que le falta a esta situación es una lista de espera de futuros conductores y la hay. Quien se aventura a hacer la inversión para sacarse el carné necesario, según nos cuentan, no se pueda examinar. Hay lista de espera porque escasean los examinadores. «Nos podemos ir a dos o tres meses y eso si no suspende porque entonces tiene que ir a la cola otra vez» cuenta Miguel Kalet, profesor de la autoescuela que lleva su nombre y que se está convirtiendo en una suerte de oficina de empleo: «de hecho las empresas de transporte de viajeros vienen aquí a buscarlos. Hablan con ellos e incluso les pagan el CAP – el certificado de aptitud profesional-, que es una prueba de 1.300 euros. Las empresas están desesperadas. Necesitan gente». Sólo esta autoescuela de Palma tiene 160 alumnos, 160 futuros transportistas con todo aprobado a falta del examen final. El de la cola. El de la espera.
Fuente: cadenaser.com (4/5/23) pixabay.com