La llamada golden visa o visado de oro de España tiene menos de un centenar de beneficiarios en sus primeros siete meses de vida. Fue una ley controvertida: en plena escalada de presión migratoria en Europa, y muy especialmente en España, el Gobierno abrió la puerta este verano a conceder visados de residencia exprés a un público selecto: inversores que compraran viviendas de alta gama (un mínimo de 500.000 euros sin contar los impuestos), gastaran al menos un par de millones en deuda pública, se dejaran un millón en depósitos o en acciones o impulsaran proyectos empresariales de “interés general”. El Gobierno ha concedido ya los 81 primeros visados por esta vía desde la entrada en vigor de la ley, a finales de septiembre, la mayoría de los cuales (72) ha optado por la compra de un inmueble, según datos de la Secretaría de Inmigración a los que ha tenido acceso este periódico.
Millonarios chinos y rusos suponen casi la mitad de esos nuevos residentes. Y entre el resto figuran ciudadanos de Ucrania, Líbano, Ecuador, Qatar, Egipto o Irán, entre otros, según los datos recogidos hasta el 5 de mayo por los organismos oficiales, y que no incluyen a los familiares.
El Gobierno estima que las operaciones registradas rondan los 100 millones
Este visado para inversores no conlleva el permiso de trabajo y tampoco obliga a residir en España, aunque fuerza a visitar el país una vez al año. Al mismo tiempo, permite la libertad de movimientos en el espacio Schengen, todo un anzuelo para los extracomunitarios. El objetivo era incentivar la inversión productiva, buena prueba de ello es que iba enmarcada en la llamada Ley de Emprendedores. Pero de los 81 visados concedidos solo tres corresponden a proyectos empresariales de interés general (con valor añadido o generación de empleo) y otros seis a inversión en capital.
Otros países como Reino Unido, Portugal, Grecia o Malta utilizan también este tipo de incentivos, bajo diversas modalidades, para atraer capital y actividad. Pero el atractivo del mercado inmobiliario español atrajo al egipcio Mustafa W. “España tiene playas, buenas ciudades y sus precios son mucho más bajos que los de otros países europeos”, explica por teléfono desde El Cairo este ejecutivo de 33 años. Compró hace poco un piso de 600.000 euros en la zona Diagonal Mar en Barcelona a través de la inmobiliaria Lucas Fox y su objetivo también es lograr la residencia. Cuando los visados para inversores empezaron a plantearse en el Gobierno, esta firma especializada en gama alta se asoció con la firma de abogados Écija y creó una división para tramitar las residencias de inversores. “Hemos recibido cada día muchas llamadas de gente interesada, muchas de países árabes, y cuando el objetivo es lograr el visado optan por invertir en viviendas frente a capital o bonos porque les hace más ilusión”, apunta Gabriel Nadal, del bufete Écija.
España concede en primer lugar un visado de un año que no permite trabajar, algo de lo que automáticamente pueden beneficiarse los familiares, y después pueden solicitar un permiso de residencia de dos años que sí permite la actividad y se renueva cada dos años tras demostrar que la inversión realizada sigue vigente. Los requisitos de seguridad son iguales que los del resto de solicitantes y todos los informes policiales hasta ahora han sido positivos. Los 14 casos rechazados no habían presentado previamente la solicitud en los consulados.
El Gobierno rechaza expresiones como visados de oro, ya que, el resultado, defienden, será la generación de negocio y empleo. “La legislación buscaba facilitar la inversión productiva y de talento, ha agilizado mucho los trámites no solo para inversores, sino también de emprendedores, directivos o científicos”, recalcan fuentes del Ejecutivo.
Además de crear este nuevo visado para inversores, la ley de apoyo a los emprendedores también ha suavizado los requisitos de entrada de altos ejecutivos, científicos o empresarios acortando los plazos de los visados (de un mes a 10 días aproximadamente) y de los permisos de residencia (de unos tres meses a unos 20 días), según las mismas fuentes.
Visado para emprendedores y empresas
Además de los nuevos visados a inversores, en el mismo periodo se ha concedido la residencia a 17 emprendedores, 330 trabajadores de alta cualificación, 35 investigadores y 339 más frutos de moviemientos intraempresariales. La regulación también ha facilitado la permanencia de los alumnos extracomunitarios de escuelas de negocios para abrir empresas. Con las modificaciones introducidas, los permisos de residentes altamente cualificados se han más que duplicado, frente al segundo y tercer trimestre de 2013, mientras que los de investigadores han aumentado un 21%.
Los nuevos residentes que han logrado la entrada por la compra de un inmueble, ha tenido que gastar un mínimo de 500.000 euros sin impuestos ni cargas, que serían unos 600.000 con ellas, de modo que la inversión total resultante asciende a un mínimo de 43,2 millones. Si los inversores en capital —seis en total— han necesitado al menos un depósito bancario de un millón o una compra de bonos de dos millones, la estimación más baja sería seis millones.
Los planes de negocio recibidos generarán 640 empleos hasta 2019
Además, los proyectos empresariales ya autorizados —muchos vinculados al sector tecnológico— hasta ahora supondrán la creación de unos 640 puestos de trabajo y la inversión de unos 40 millones hasta 2019, según los planes de negocio que previamente ha analizado en Ministerio de Economía para determinar el “interés general” y dar luz verde a esos visados. En global, el Gobierno estima que las operaciones registradas rondan los 100 millones y el número de proyectos está creciendo exponencialmente.
El interés de hombres de negocios procedentes de países asiáticos y árabes es el mayoritario entre los que llaman a la puerta de Baker & Mckenzie, uno de los bufetes que asesora sobre esta puerta recién abierta: la posibilidad de obtener poder moverse por el territorio europeo libremente es uno de los grandes anzuelos captar interesados. “También Portugal y Chipre conceden golden visa, y Malta ofrece incluso la nacionalidad, pero estos países tienen mercados mucho más pequeños”, explica David Díaz, de Baker. Para Margarita Fernández, del mismo despacho, el interés de los extracomunitarios ha empezado lentamente, pero crecerá en los próximos meses. La última presentación del proyecto, que realizaron en marzo en Dubai, fue un éxito. El pero sigue siendo que las casas baratas siguen siendo el principal atractivo.
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