En España hay 3,6 millones de parados de larga duración, que llevan más de un año desempleados. Y de este colectivo, cuatro de cada diez son de muy larga duración, esto es, llevan más de dos años en el paro. ¿Qué dificultades se encuentran estas personas para encontrar un puesto de trabajo? Según un estudio de la Fundación Alternativas elaborado por Fedea presentado hoy, son fundamentalmente dos: la falta de formación adecuada a las necesidades del mercado y el cobro de subsidios que operan como elementos «desincentivadores» a la búsqueda y aceptación de empleos de baja calidad.
Según este estudio, los parados de larga duración que cobran ayudas acceden en mucha menor medida al mercado laboral que los que no lo cobran. De hecho, los datos incluidos en este informe indican que el pasado año, de este colectivo de desempleados que logró encontrar un empleo, el 95% no cobraban subsidios y solo el 5%, sí.
Es más, según sus estimaciones, «entre dos individuos similares en cuanto a sexo, edad, educación, nacionalidad y duración en el desempleo, aquel que cobra algún tipo de subsidio tiene una probabilidad de acceder a un empleo que es un 85% inferior que la de un individuo similar sin ningún tipo de subsidio».
Por ello, la investigadora Sara de la Rica de Fedea, ha asegurado durante la presentación del documento, que es imprescindible que en España «se piense sobre el diseño del subsidio por desempleo, aunque sea delicado políticamente». En este sentido, su propuesta para este nuevo diseño de protección a los parados es que las políticas pasivas (prestaciones y subsidios) estén totalmente conectadas a las activas (formación e incentivos al empleo)». O, en otras palabras, propone que los parados que quieran mantener el cobro de los subsidios deban acreditar que se recicla, se forman y buscan activamente empleo.
Si bien, De la Rica admitió que esto requeriría dotar de más garantías el actual sistema de formación «y darle la vuelta como un calcetín», sobre todo, porque la política de asignación de recursos «está muy mal diseñada». Asimismo, la economista aseguró que se debería acabar «con que sean los agentes sociales (patronal y sindicatos) los que impartan los cursos, porque los suyos están obsoletos. Hay que olvidarse de los cursos de oferta y centrarse más en lo que demandan las empresas», insistió.
De hecho, el estudio pone también de manifiesto que disponer de un título universitario o de FP superior reduce las posibilidades de convertirse en parado de larga duración. Así, del total de desempleados que llevan más de un año en esa situación el 19,6% tiene este tipo de titulación, frente al 59,4% que tiene secundaria o FP de grado medio y el 21% con estudios primarios o menos.
Si bien, una vez que se llega a la situación de parado de larga duración, aquellos que tienen más probabilidades de encontrar un empleo, según este estudio, son quienes cuentan con estudios secundarios. Así, el 60% de los parados de larga duración que encontraron un empleo el pasado año contaban con esta titulación, seguidos del 34% que eran titulados universitarios y el 16% con estudios primarios.
Finalmente, De la Rica apostó porque el Gobierno apruebe planes específicos para los parados de larga duración de los menores de 25 años y los mayores de 45, «y eso cuesta dinero», dijo. Estos últimos tienen un 50% más de probabilidades de convertirse en parados de larga duración que los menores de 30 años; y un 30% más que los que tienen entre 30 y 45 años, según este estudio.
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