¿Qué está pasando en Bankia? Esta es una de las principales preguntas que se hacen los clientes del tercer grupo financiero y una parte del mercado.
En la primera oleada de fusiones, siete cajas, encabezadas por Caja Madrid y Bancaja, dieron el paso para crear Bankia. Esta unión logró sobrepasar a La Caixa por activos. Al frente estaba, aunque solo llevaba un año, Rodrigo Rato, un respetado e influyente economista internacional -fue el director gerente del FMI-, a la vez que reconocido político del PP. El tamaño de Bankia, casi 300.000 millones de euros en activos aportados por las siete cajas y con varios directores generales al frente, era todo un reto para realizar una rápida unificación de su gestión. El riesgo inmobiliario de este gigante, el mayor del sector financiero, también es un hándicap que debe resolver para que el mercado confíe en este monstruo financiero.
El momento de su nacimiento también fue el peor, como lo fue la fecha en la que salió a Bolsa. Hace seis meses. Pero había que cotizar para devolver la confianza a los mercados. Lo contrario, decían políticos, banqueros (una gran parte) y analistas, sería un desastre para el sistema financiero en general y para España en particular. Pero Bankia está ahí y «hasta ahora ha cumplido con todo lo que se le ha exigido, y seguirá así. Cumplirá con las nuevas exigencias de provisiones en un año y sin necesidad de fusionarse. Y, aunque se quede con Unnim porque su oferta sea la mejor de la puja, no pedirá una ampliación del calendario para sanear sus activos inmobiliarios», aseguran fuentes del grupo.
La prueba de fuego de Bankia será la próxima emisión que realice en breve.
En el mercado se ha especulado con que el Gobierno ha hecho un traje a medida para que Bankia no caiga. Si cae, el sistema financiero volverá a estar en entredicho. Pero varias fuentes políticas y financieras conocedoras de los entresijos del grupo bancario creen que lo que está sucediendo es lo contrario. No se le ha dado ni un segundo de tregua. Pero es que tras tres años desde que se inició la reestructuración financiera el mercado ya no espera más. «El mercado será ahora implacable. Si tiene dudas sobre la viabilidad de alguna entidad castigará a todo el sistema. Ya no hay excusas», señala una fuente de la Administración.
Y el problema es que el mercado no cree en un futuro solitario de Bankia. Considera que más tarde o más temprano tendrá que buscar una solución sectorial, como sería su troceo, o fusionarse. Varias fuentes aseguran que tras descartarse -aunque solo por el momento- una fusión con La Caixa (ayer otra vez), la mejor opción es su desmembramiento. Esta alternativa, defendida por directivos influyentes del sector toma cada día más fuerza. «La mejor solución es que Bankia sea troceada», reclaman fuentes financieras. «Hay varias entidades tanto españolas como internacionales que estarían interesadas en la adquisición de parte de sus activos», añaden.
Su fusión con La Caixa es una solución que beneficiaría tanto a la entidad que preside Rato como al grupo catalán, que podría así aprovechar la operación para ajustar su plantilla y red. Pero su coste es demasiado costoso, tanto por las ayudas que necesitaría, más de 11.000 millones según varias fuentes, como por problemas políticos. Eso sí, el Gobierno estaría dispuesto a dar su bendición.
Una fusión con BBVA no sería factible. Francisco González no quiere oír hablar de esta operación. Aunque sobre el papel se han realizado estudios teóricos sobre la entidad resultante. Y la conclusión parece que no convenció al presidente de BBVA. González, de hecho, no es partidario de que Bankia se fusione con otro grupo sistémico. Cree que sería incontrolable. Santander tampoco quiere otra gran fusión.
Bankia, mientras, pregona su independencia. Considera que tiene mimbres suficientes para provisionar en 12 meses los más de 6.000 millones que necesita para sanear sus activos inmobiliarios. Cuenta con 6.300 millones entre participaciones preferentes y deuda subordinada convertible en acciones. Tiene 1.200 millones en provisiones genéricas utilizables para estas dotaciones. Además, cuenta con una cartera industrial cuyo valor es de unos 5.000 millones que puede vender. Tiene el 12,1% de IAG, el 5,34% de Iberdrola, el 14,9% de Mapfre, el 20,13% de Indra, el 69,9% de BISA, el 10% de NH Hoteles, el 18,6% del grupo Sos, el 19% de Metrovacesa y el 27,7% de Realia, entre otras.
Fuente: Cinco Días (9/02/2012)
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