Lo que hace unos meses era una hipótesis descabellada, toma cuerpo. Europa ya trabaja en un plan por si Grecia sale del euro, Moody´s le rebajó la nota por esa posibilidad y desde Alemania le invitan incluso a salir de la eurozona por su propio bien. Tras 10 años del euro como realidad física en nuestros bolsillos se vuelve a hablar de dracmas. 10 años que ponen fin a un tipo fijo de cambio que obligarían al reajuste de las divisas con vencedores y perdedores.
Como en otras ocasiones, las declaraciones del ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, o de dirigentes del Eurogrupo podrían sonar a simple amenaza con el fin de que Grecia salga de su caos político después del laberíntico resultado de recientes elecciones y acometa los ajustes requeridos. Pero no es solo eso. Ya se aconseja su salida como medio de mejoría y se habla sin ningún rubor de que el país heleno abandone la eurozona.
Los mercados tampoco andan lejos de esta hipótesis. A fin de cuentas, que la prima de riesgo de España o Italia se pasee por los 500 puntos básicos es indicativo de que se están distinguiendo economías y finalmente monedas.La clave no está en que a los periféricos se les dispare la prima, sino en el que el dinero fluya en busca del bono alemán sin importarle la rentabilidad.
Puede parecer anormal que un bono español a 10 años rente el 6,38% cada ejercicio, pero lo es muchísimo más que por un bono alemán al inversor le den tan solo el 1,39%, durante tan largo periodo de tiempo.Si nos aventuramos en plazos más cortos, podría hablarse de tipos negativos a poco que en Alemania se mantengan los actuales niveles de inflación.
El inversor está, simplemente, asegurándose con la compra de estos famélicos bonos alemanes que si se produce una ruptura del euro, él tendrá moneda alemana. La situación no dista mucho de cuando había monedas en cada país. España pagaba diferencial del 5% ó 6% con el bono alemán en la década de los noventa para preservar a los inversores extranjeros de una posible devaluación de la moneda.
Como recuerda, Alexis Ortega, director general de Finagentes Gestión, desde los años cincuenta hasta la entrada del euro, la peseta se depreció 10 veces,una por cada seis años. Con este historial con el que España recuperaba su competitividad, eran lógicos estos diferenciales para que invertir en deuda o empresas españolas fuese atractivo.
Fuente Nomura. EVOLUCIÓN FRENTE AL DÓLAR
El ejercicio para saber cómo evolucionarían las monedas europeas si se rompe el euro no es sencillo. Influyen factores puramente económicos –sobre todo la pérdida o ganancia de competitividad de cada economía en estos 10 años de euro- junto con la debacle sicológica de un primer momento al ver frustrado un proyecto de moneda que hiciese frente al poderoso dólar que sigue como moneda de pago internacional. Por tanto, la ruptura provocaría por efecto histeria de los mercados unas caídas exageradas y unas subidas también fuera de lugar para las restauradas monedas de los países periféricos y para las del llamado núcleo central, respectivamente.
Un experto de un banco francés afincando en nuestro país que prefiere guardar anonimato, explica que los trabajos que se han realizado buscan dar un valor justo de las nuevas monedas atendiendo a la pérdida de competitividad de las economías. De acuerdo a esta variable, la moneda española vería mermado su valor entre un 30% y un 40%,aunque recuerda que en un primer momento la reacción bajista podría llegar a ser aún mayor.
Pero este experto tranquiliza en parte sobre las consecuencias que tendría esta depreciación de nuestra moneda en la vida diaria. “Lógicamente, encarecería muchísimo las importaciones de productos de otros paísesque no sufriesen esa depreciación, pero dentro de España los precios también se tendrían que ajustar a la baja para que fueran accesibles a la población”, explica.
Eso sí, como ya nos ocurría antes del euro, la inflación sería un caballo siempre dispuesto a desbocarse. En este sentido el director general de Finagentes Gestión se muestra muy crítico con esta forma de impulsar la economía a base de devaluaciones que acaban siempre provocando fuertes tensiones en los precios.
PÉRDIDA DE COMPETITIVIDAD
Los datos elaborados por el think tank, Capital Economics ponen en comparación la evolución de magnitudes económicas de Alemania con los llamados países de la periferia (Italia, España, Alemania, Grecia e Irlanda) en relación a la pérdida de competitividad. Estos datos comprenden desde finales de 1998 hasta el primer semestre de 2011.
Llama la atención la fuerte pérdida de competitividad de acuerdo a los costes laborales unitarios que en Alemana han crecido 5,7 puntos, mientras que en España aumentaron 33,1 puntos o en Grecia 37,8 puntos.En este periodo los costes laborales de la industria descendieron en Alemania en 6,3 puntos, creciendo en España en 23 puntos y casi 40 en Italia. El trabajo de Capital Economics es contudente: “Alemania es ahora ultra-competitiva”.
Otro elemento determinante para ser más o menos competitivo, lo que tendrá finalmente su reflejo en la moneda, si se produce esa ruptura del euro, es la inflación armonizada. En estos doce años del estudio de Capital Economics, los precios subieron 22,5 puntos en Alemania, 40 en España, situándose Grecia a la cabeza con 49,8 puntos. Joaquín Trigo, director general del Instituto de Estudios Económicos pone un ejemplo: “Si el diferencial de precios de España respecto a Alemania estuviera en, más menos, el 2%, quiere decir que en unos 12 años el euro estaría en torno a 215 pesetas….La causa es el diferencial de inflación”.
Fuente Capital Economics.
Estos desajustes económicos, como explica Alexis Ortega, deberían corregirse en la propia economía y no buscando soluciones fáciles como la devaluación de la moneda. La crisis da buena muestra de la distancia entre las cifras de uno y otro país, y seguir el camino dentro del euro es el que obliga a recuperar esa pérdida de competitividad.
El director general de Finagentes Gestión, explica que esta falta de competitividad no fue siempre así en la vida del euro. “A la peseta le tocaría ahora una devaluación en torno al 30%. Una devaluación parecida a la que hicimos antes de entrar al euro cuando pasamos de un marco a 62 pesetas, hasta un marco a 85 pesetas”.
El experto explica que, pese a esta necesidad actual de depreciar nuestra moneda por falta de competitividad, entramos en el euro infravalorados e incluso nos infravaloramos aún más con la caída del euro frente al dólar. “El problema se produjo en 2002 y luego en 2007 cuando empezamos a apreciarnos frente al dólar. Curiosamente, Alemania entró sobrevalorada en su cambio fijo con el euro y logró ganar competitividad con sus ajustes internos.Lo contrario a nosotros, los griegos y prácticamente todos los países europeos”, concluye.
MONEDAS EUROPEAS FRENTE AL DÓLAR
Pero también hay que establecer la comparación fuera del ombligo del propio euro. El dólar es la moneda de referencia en el mundo y clave en las exportaciones y, por tanto, en la competitividad. La mayor parte de las monedas del mundo están ligadas en su cambio al dólar. Pese a los intentos de desbancar al dólar como moneda de referencia en estos 10 años de euro, nada se ha conseguido. La inestabilidad actual despeja esa posibilidad pese a los graves problemas del billete verde en una economía asediada por sus déficits.
El banco japonés Nomura hizo el pasado enero un interesante trabajo sobre cómo quedarían las distintas monedas europeas –previamente resucitadas por la ruptura del euro- frente a la cotización del dólar. Un interesante estudio que indica su apreciación o depreciación ya sin el paraguas de la moneda única aguantando el chaparrón.
Sólo un país con su moneda, Alemania, debería estar por encima de los niveles actuales que marca dentro del euro. Grecia debería depreciarse contra el dólar en este fair value que calcula Nomura un 57,6%, seguida por Portugal cuya economía está ahora vía euro sobreapreciada el 47%. España tendría que devaluarse un 35% para alcanzar este valor justo.
Según los cálculos del banco japonés, el núcleo duro del euro no se libra de una depreciación frente al dólar estadounidense. En Austria sería de casi un 7%, en Finlandia se mueve en idénticos porcentajes y en Francia se llegaría hasta el 9,4%, destacando ya fuera de la creme de la cremedel euro, Bélgica que tendría una moneda un 23% menos valiosa frente al dólar si caminase en solitario.
EURO FUERTE Y EURO DÉBIL
La posibilidad de crear dos euros a dos velocidades ha sido una de las propuestas recurrentes en esta crisis que ya prolonga durante cuatro largos años. Se trataría de hacer grupos de países con problemáticas parecidas y que esa moneda se depreciase para que ganasen en la competitividad que no han logrado con su actividad económica interna.
Pero esta opción, con Grecia al borde de la vuelta al dracma, ya resulta inimaginable. Alexis Ortega, director general de Finagentes Gestión, ha elaborado un modelo para averiguar cuál sería la cotización de un euro solo creado por el grupo de países más sólidos ya sin “el lastre” de los periféricos.
En su modelo ha fijado una comparativa entre el marco alemán y el franco suizo que desde los años ochenta han mantenido siempre un cambio muy estable y sólido en torno a los 0,80 euros hasta 2009 que comienza la crisis. Teniendo en cuenta que el marco habría tenido una evolución similar a la del franco suizo y sin tener en cuenta las bruscas oscilaciones de la moneda alpina al quedarse como refugio, el marco-euro debería situarse en torno a los 1,70 ó 1,80 dólares, frente a los 1,27 dólares que marca en la actualidad con esos “contaminantes” periféricos.
Fuente: Invertia (18/5/12)
Dejar una contestacion