Cuando una persona fallece, las propiedades y el dinero que este poseía se transfieren a los herederos. Sin embargo, el artículo 659 del Código Civil español establece que “la herencia comprende todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona, que no se extingan por su muerte”, lo que incluye, sin excepción, las deudas. Decidir, por tanto, si aceptar o renunciar a una herencia es un punto trascendental para tos los sucesores.
Cuando un heredero se enfrenta a una herencia con deudas significativas, la opción de renunciar puede parecer viable. Sin embargo, este acto es irrevocable y debe realizarse ante notario. Por lo tanto, es crucial asesorarse con un abogado especializado o un experto en herencias para evaluar todas las posibles alternativas. Una de las opciones disponibles es aceptar la herencia a beneficio de inventario, proceso que permite pagar las deudas del fallecido utilizando los bienes heredados, sin comprometer el patrimonio personal del heredero.
La renuncia a la herencia tiene características importantes que deben considerarse. Según el código legal, este acto es completamente voluntario, por lo que no se puede forzar a una persona a aceptarla o rechazarla. Además, una herencia debe ser aceptada o rechazada en su totalidad, no se puede fragmentar o aceptar con condiciones.
El plazo para formalizar cualquier decisión respecto a una herencia es de seis meses a partir del fallecimiento del causante. Este período coincide con la obligación de abonar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, lo que podría influenciar la rapidez con la que un heredero debe tomar su decisión.
Qué pasa si todos los herederos la rechazan
Aunque es raro que todos los herederos renuncien a una herencia, esto puede suceder, especialmente cuando la herencia está cargada de deudas significativas. Si los herederos directos la rechazan, esta se ofrecerá a los siguientes en la línea de sucesión. En caso de que ningún familiar quiera aceptarla, la herencia pasará automáticamente al Estado.
De acuerdo con la normativa actual, si los herederos no reclaman la herencia en un plazo de 30 años, esta se convierte directamente en propiedad de la Administración Pública, que está obligada a subastar los bienes.
La gestión de los inmuebles sin herederos corresponde a la Dirección General del Patrimonio, un organismo que depende del Ministerio de Hacienda, aunque algunas Comunidades Autónomas cuentan con su propia normativa al respecto.
Maneras de renunciar a una herencia
Existen dos maneras formales de renunciar a una herencia:
- Renuncia pura y simple: también conocida como repudiación de herencia. En esta modalidad, el heredero rechaza su parte de la herencia sin asignarla a terceras personas. La herencia se transfiere entonces a los restantes herederos o a los de grado siguiente. En esta situación, el heredero no ha de pagar impuestos porque se considera que nunca adquirió los bienes.
- Renuncia en beneficio de tercera persona: aquí, el heredero renuncia a su parte en favor de otra persona, transformando el acto en una cesión de derechos. Este tipo de renuncia implica que el rechazante debe asumir el pago de los impuestos correspondientes.
Para formalizar la renuncia, se requiere una escritura ante notario donde se expresen claramente el rechazo de los bienes, derechos y obligaciones heredados. Este documento debe acompañarse del DNI del heredero y el certificado de defunción del fallecido.
Es esencial considerar todos estos aspectos antes de renunciar a una herencia. Consultar con expertos y evaluar todas las opciones disponibles puede evitar decisiones precipitadas que podrían tener consecuencias legales y financieras significativas.
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