
Las tierras raras se han convertido en el centro de atención a medida que se acerca la firma de un acuerdo que dé acceso a EEUU a los recursos minerales de Ucrania, incluso tras el fracaso de las conversaciones de la semana pasada entre Volodímir Zelenski y Donald Trump. El presidente estadounidense ha presionado a su homólogo ucraniano para que firme un acuerdo que permita a EEUU beneficiarse de los recursos sin explotar de Ucrania, un acuerdo que, según él, valdrá cientos de miles de millones de dólares y abarcará tanto el petróleo y el gas como los recursos minerales de Ucrania.
Pero el presidente ha expresado un especial entusiasmo por los metales de tierras raras del país, que se utilizan en productos que van desde teléfonos móviles a coches eléctricos.
El interés de Trump por las tierras raras no es nuevo. El presidente firmó en 2017 una orden ejecutiva para asegurar el suministro de minerales críticos, a la que siguió en 2020 otra centrada en el dominio de China en el suministro de elementos de tierras raras. El reciente interés de Trump por hacerse con el control de Groenlandia también tiene su origen en los recursos minerales del país.
Pero el valor mundial del sector de las tierras raras ascendía a sólo unos 7.000 millones de dólares (6.540 millones de euros) en 2023, según el grupo de investigación Project Blue. Y en Ucrania no hay reservas comerciales de tierras raras, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Aun así, Trump está decidido a hacerse con una mayor cuota del mercado de las tierras raras. Expertos del sector afirman que el dominio chino del refinado y la producción de estos elementos supone una amenaza para EEUU, las empresas occidentales y sus cadenas de suministro.
¿Qué son los metales de tierras raras?
Hay 17 elementos de tierras raras que, a pesar de su nombre, no son especialmente raros. Son vitales para la transición hacia energías limpias y se utilizan en toda una serie de industrias y productos, como smartphones, televisores, turbinas eólicas y catalizadores de automóviles. Estos metales se encuentran en algunas rocas ígneas y depósitos de arcilla de todo el mundo, pero su extracción es cara e implica un complicado proceso minero. Son cruciales en la producción de imanes permanentes que se utilizan en aviones de combate y misiles. Por ello, figuran en las listas de minerales críticos de la UE y EEUU, que incluyen el litio, el níquel y el cobalto.
¿En qué partes del mundo se encuentran?
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, China posee algo menos de la mitad de las reservas mundiales de tierras raras, y Brasil, India y Australia también son puntos importantes. La mayor mina de tierras raras es Bayan Obo, en la región china de Mongolia Interior, que produce estos metales junto con mineral de hierro.
Aunque las tierras raras no se consideran escasas, la concentración de metales en un yacimiento determinado no suele ser suficiente para que su explotación resulte económicamente viable. “Lo raro es que se encuentren en altas concentraciones”, explica Sally Gibson, catedrática de Petrología y Geoquímica de la Universidad de Cambridge. Los yacimientos suelen tener menos de un kilómetro de diámetro, lo que dificulta su localización, añade. Las tierras raras suelen extraerse de forma adicional a otros minerales más conocidos y utilizados, como el hierro y el fósforo, junto a los que se encuentran.
A pesar del interés de Trump por las tierras raras de Ucrania, no hay minas activas ni yacimientos en desarrollo en el país, según Benchmark Mineral Intelligence.
¿Por qué son tan difíciles de extraer?
La producción de tierras raras es extremadamente complicada y costosa. Extraerlas de las rocas y la arcilla y refinarlas para obtener un producto que pueda utilizarse con fines industriales es un proceso largo porque los metales tienen que separarse y purificarse individualmente. El proceso consta de muchas etapas y es difícil porque los metales tienen características químicas similares, lo que dificulta su separación. “El refinado es lo que realmente complica las cosas”, explica Pierre Josso, subdirector del Centro de Inteligencia sobre Minerales Críticos de Reino Unido. “Conseguir separarlos en elementos individuales requiere mucho tiempo y energía”. Puede ser un proceso sucio, ya que parte del mineral que contiene tierras raras presenta elementos radiactivos, como el torio. Esto significa que las plantas de procesamiento pueden acabar encontrándose con residuos radiactivos, de los que es difícil y caro deshacerse.
Por qué China domina el mercado
China lleva 30 años invirtiendo en el refinado y procesamiento de tierras raras y controla el 90% de la capacidad de procesamiento mundial, según la Agencia Internacional de la Energía. “Puedes extraer en cualquier parte del mundo, pero si no construyes también la capacidad de fundición y refinado, tendrás que enviar tu mineral a China para que lo refinen”, explica Josso. El sector reconoce los riesgos que supone para las empresas occidentales el dominio chino de la cadena de suministro.
“Hace tiempo que sabemos que es una vulnerabilidad estratégica, pero construir la infraestructura de procesamiento intermedio [que incluye el almacenamiento y el transporte] requiere mucho capital”, señala Gracelin Baskaran, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
China también ha seguido produciendo tierras raras a gran escala, a pesar de la caída de los precios ante una oferta que supera a la demanda. El crecimiento de la oferta china ha aumentado más rápido que la demanda desde 2020. Se espera que el exceso de oferta persista al menos hasta 2026 o 2027, según Benchmark Mineral Intelligence.
Por qué son importantes las tierras raras
A los gobiernos occidentales les preocupa el dominio chino del mercado de las tierras raras por su importancia en diversos sectores, incluidos los considerados cruciales para la seguridad nacional, como la defensa. Esta dependencia de China expone a Occidente a cambios en las políticas del país, que podrían causar estragos en las cadenas de suministro y en la salud de las empresas que dependen de los metales para sus productos. La preocupación por China se remonta al menos a 2010, cuando la Asociación de Materiales Magnéticos de EEUU advirtió de una “crisis inminente de las tierras raras” que, en su opinión, suponía una amenaza para la economía y la seguridad nacional del país. A pesar de estos temores, Occidente no ha reaccionado. Por ejemplo, la UE sigue sin producir ningún elemento extraído de tierras raras. Importa el 98% de sus imanes de tierras raras de China, según la Comisión Europea. China demostró cómo podría explotar su dominio del mercado en diciembre de 2023, cuando prohibió la exportación de tecnología de procesamiento de tierras raras.
Fuente: expansion.com (10/2/25) pixabay.com