Desde 2009, Portugal ofrece unas condiciones inigualables para los jubilados extranjeros. Aquellos pensionistas a los que se les otorgue la condición de no residentes habituales estarán exentos de pagar el impuesto de la renta en Portugal por un período de 10 años. Tampoco tendrán que pagar impuestos sobre la riqueza durante ese período. Esta medida, que ha pasado un tanto desapercibida durante años, ahora está empezando a levantar polémica en los países nórdicos, que ven como los retirados con mayores rentas se marchan al sur de Europa a vivir una jubilación de oro, generando riqueza fuera de su país de origen. Finlandia ha amenazado con romper el convenio fiscal con Portugal.
Después de una vida de largos inviernos en Suecia y el pago de onerosos impuestos, el sueño de Dan Wikstrom, una lujosa jubilación en un país soleado, se ha convertido en realidad. No ha escogido un paraíso fiscal en el Caribe, sino Portugal, apenas a cuatro horas de vuelo, comenta este sueco en una entrevista con Bloomberg.
El exejecutivo de 63 años está entre el creciente número de europeos de países nórdicos que llegan atraídos por los 10 años de pensiones libres de impuestos. Además, Portugal tiene un impuesto plano o flat tax del 20% para trabajadores cualificados, lo que supone un aliciente para la llegada de talento al país luso. Por ejemplo, para Wikstrom, la libre imposición de la que goza su pensión, significa duplicar la renta que recibe por su jubilación, algo más de 11.000 euros al mes.
«¿Me siento culpable? Por su supuesto que no», afirma Wikstrom, quien solía trabajar para una empresa sueca de energía, en una entrevista telefónica desde Cascais, un centro vacacional en la costa a 29 kilómetros al oeste de Lisboa, donde ahora reside.
Portugal introdujo los incentivos tributarios hace nueve años, en un intento por atraer a ciudadanos expatriados y trabajadores extranjeros altamente cualificados. Pero su atractivo entre los pensionistas con altos ingresos ha sido lo que ha generado la tensión en el interior de la Unión Europea, según destacan desde la agencia estadounidense Bloomberg.
Finlandia ha anunciado que quiere terminar con el convenio tributario (evita la doble imposición) que todavía mantiene con el país ibérico, lo que supone un importante problema para el ministro de Finanzas portugués, Mario Centeno, que actualmente preside el Eurogrupo.
Sol, golf y playa
No se trata solo del dinero. Grandes campos de golf, 300 días de sol al año y una amplia costa también ayudan a explicar el éxito del programa, que había atraído a 10.684 extranjeros hasta finales de 2016, según el Ministerio de Finanzas de Portugal. Wikstrom fue uno de los 777 ciudadanos suecos que se mudaron el año pasado.
El creciente éxito del programa destaca la diferencia fundamental en la forma en que los estados de la UE asumen la seguridad social. Los países nórdicos, con generosas políticas de bienestar, permiten a los ciudadanos a hacer deducciones de sus contribuciones durante su vida laboral, pero grava con intensidad el ingreso después de su jubilación. En los países del sur como Portugal, tales deducciones son solo viables para la minoría que cuenta con sistemas de pensiones privados.
«Es cuestión de un trato de igualdad para todas las pensiones pagadas por el sistema de jubilación finlandés», sostiene el ministro de Finanzas, Petteri Orpo. Su colega sueca, Magdalena Andersson, expresó críticas similares el año pasado, tras afirmar que los ciudadanos de su país eran libres de mudarse a Portugal para disfrutar del clima, el vino o hasta de la música, pero no para evitar el pago de impuestos.
Fuente: Eleconomista.es (4/5/18) Pixabay.com
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