Batalla total en el sector de los refrescos. Los problemas que está sufriendo Coca-Cola como consecuencia del ERE puesto en marcha para cerrar cuatro de sus fábricas en España -Fuenlabrada, Oviedo, Alicante y Palma de Mallorca- no han dejado indiferente a Pepsi.
Además de beneficiarse ya de forma indirecta de las campañas puestas en marcha por los trabajadores del embotellador de Coca-Cola en contra del consumo de sus propios productos, Pepsi ha iniciado una bajada generalizada de sus precios, tanto en hostelería como en distribución. Aunque la fijación del precio final es potestad exclusiva del distribuidor o el hostelero, las compañías establecen un precio de venta recomendado por el fabricante y negocian además el coste al que venden sus productos.
Oficialmente, las dos empresas niegan una guerra comercial, pero distintos directivos del sector han confirmado a elEconomista que la batalla existe y que se está recrudeciendo, además, en las últimas semanas.
«Los precios del año ya están pactados, pero se están haciendo nuevas campañas comerciales, tanto por un lado como por el otro, y no sólo en las cadenas de supermercados, sino también en la hostelería», aseguran las fuentes consultadas.
El objetivo de Pepsi es ganar cuota en un mercado en el que la empresa que preside en España Marcos de Quinto ejerce un liderazgo absoluto, con un 25 por ciento de participación sobre el total de las bebidas comerciales, incluyendo no sólo las colas y demás refrescos carbonatados, sino también los zumos, el agua mineral, el té frío e incluso el café.
Liderazgo absoluto
En su segmento, Coca-Cola es la marca líder con el 79,7% de las ventas en volumen y el 88,5% del valor. A gran distancia, aparecen las enseñas de la distribución con un 11% en volumen y el 4,4% en valor, y después ya Pepsi con un 8,7% en volumen y un 6,7% en valor.
Pero es que en el segmento de frutas con gas ocurre algo parecido. Fanta, propiedad de Coca-Cola, tiene el 43,1% en volumen y el 51,4% en valor, mientras que Kas, la marca de Pepsi, se queda con el 12,9 y el 14,7%, respectivamente.
Pepsi, que llegó a denunciar hace años a Coca-Cola antes las autoridades de Competencia tanto en España como en Bruselas por prácticas monopolísticas, está tratando ahora recuperar terreno con los precios como mejor arma. La empresa asegura que «no hay ninguna vinculación de estas tarifas de precios de suministro al canal minorista con la actualidad del momento» e insiste en que «nuestras tarifas de precios de suministro al canal minorista para 2014 se establecieron y comunicaron a nuestros clientes a finales de 2013».
El problema es que desde noviembre se sabía ya que Coca-Cola estaba preparando despidos y, de hecho, la propia empresa confirmó ya principios de diciembre el cierre de cuatro de sus fábricas, aunque sin mencionar entonces de cuáles se trataba.
Eso, al margen, de que, según las fuentes consultadas, más allá de los precios negociados, se puedan hacer ofertas puntuales o incluso cambiar de estrategia y renegociar acuerdos debido a situaciones puntuales en el mercado, tal y como de hecho está pasando. Prueba de que la batalla existe es que Coca-Cola está ofreciendo precios también mucho más bajos a sus clientes en algunos productos. Y no sólo ya como respuesta a Pepsi, sino también por el miedo a que se extiendan las campañas de boicot lanzadas no sólo por sus trabajadores, sino también por los sindicatos.
Plan de bajas voluntarias
Coca-Cola Iberian Partners, el nuevo embotellador del gigante de los refrescos en España, anunció el pasado 28 de febrero que mantenía su último plan de reestructuración y bajas voluntarias, que afectará a un total de 1.193 trabajadores, y daba 15 días a la plantilla para acogerse de forma voluntaria, al margen de los sindicatos.
La empresa ofrece 481 recolocaciones y busca la salida mediante bajas voluntarias o prejubilaciones de 712 empleados más. Los empleados de los centros afectados se podrán acoger a una prejubilación a partir de 56 años, optar a una recolocación con una ayuda por traslado de 15.000 euros más 500 euros al mes para vivienda durante dos años, o solicitar una baja voluntaria incentivada.
Fuente: Eleconomista.es (5/3/14)
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