Pablo Rabanal (48) se define como una especie de Robin Hood con ánimo de lucro. A este particular justiciero se le ocurrió poner en marcha reclamador.es, un portal que creó en 2012 para hacer la Justicia accesible a través de internet y al que los consumidores acuden para reclamar principalmente a aerolíneas, bancos, ayuntamientos… La idea le surgió por un cabreo personal con una compañía telefónica y una intolerancia a que le tomen el pelo. «Me hizo una faena una operadora, me dejó sin teléfono durante 15 días y luego me siguió facturando. Decidí cambiarme de operadora y me querían cobrar una penalización… El típico rollo con las compañías telefónicas», afirma Pablo a LOC. Y sigue: «Yo era miembro de la OCU y ahí me dijeron que yo tenía razón y que tenía que tramitarlo. Pero todo lo tenía que hacer yo. Busqué en Google a ver si había alguien que pudiera hacerme la gestión y vi que no. Ahí empecé a tirar del hilo».
Economista de formación, Pablo también trabajó en el mundo del cine e incluso se planteó ser actor. También pasó por la banca de inversión y con toda esa experiencia decidió poner en marcha «algo suyo». El CEO de reclamador.es cree que el futuro del consumo de las consultas de tipo legal será online y que ya se ve esa tendencia, es decir, que los abogados tradicionales tendrían menos demanda. «Aquí puedes darte de alta desde tu casa, sin ir a ningún lado. Solo cobramos a éxito, cuando ganamos. Mantenemos al cliente constantemente actualizado y tienes un área donde puedes consultar cómo evoluciona tu caso. Yo creo que somos más competitivos, ágiles y transparentes que un abogado tradicional. Por ejemplo, en el caso de aerolíneas te decimos: ‘Mete aquí los datos de tu vuelo y ya vemos nosotros qué pasó'». Durante el verano y por las vacaciones, tiene un pico de solicitudes que tienen que ver precisamente con las aerolíneas: retrasos de vuelos, cancelaciones, etc.
Su modus operandi es, por tanto, cobrar al cliente cuando el caso se ha ganado. «Si ganamos, aplicamos un porcentaje sobre el dinero que recuperamos que va entre el 10% y el 25% en función del tipo de reclamación». En la actualidad, su equipo está formado por 80 personas. Han ganado 130.000 casos y llevan 220 millones de euros reclamados pero al principio a Pablo le dijeron que sería muy difícil generar ingresos con su modelo de negocio. «Muchos abogados me decían que me iba a costar más el collar que el perro. Con un caso no te sale a cuenta pero con muchos sí porque al final la tecnología y los procesos son replicables».
Uno de los logros de los que está más orgulloso es el de la tramitación de los gastos de la formalización de las hipotecas (registro, tasación y gestoría). En un inicio se cobraban al cliente pero ahora son los bancos los que tienen que pagarlos. «Si firmaste una hipoteca antes de 2019 puedes reclamarlos. Lo metimos en 4000 demandas, lo aceptó una juez de Ceuta y aquel caso acabó tumbando la jurisprudencia del Supremo y abriendo la puerta a más de 8 millones de consumidores a poder reclamar eso. Tres años esperamos, eso sí».
Pero no todo es de color de rosa. Este año es particularmente malo por las huelgas que ha habido en el sector de la Justicia, lo que está afectando al 40% de su facturación. «Este año teníamos previsto crecer mucho pero las huelgas nos lo están parando. Tenemos bloqueados en juzgados solo en honorarios nuestros cerca de 27 millones de euros. Además, en los casos ganados de plusvalías en ayuntamientos hay algunos que se niegan a pagarlos o que los retrasan por sistema».
Pese a esto, la idea de Pablo es seguir creciendo y llevar cada vez más casos. Por ejemplo, la inclusión indebida en la lista de morosos. Su proyecto es tan ambicioso que en sus 11 años de recorrido ha llamado la atención de grandes inversores. «Tenemos un listado muy potente. Por ejemplo Cabiedes, referente de Europa Press y del mundillo de las startups. Por otro lado está Faraday, François Derbaix que es el fundador de TopRural o empresarios latinoamericanos como Leandro Sigman».
También han confiado en él los hermanos Arbeloa, uno de ellos el ex jugador del Real Madrid y… el fundador de Jazztel, Martín Varsavsky, la compañía telefónica por la que Pablo comenzó a reclamar. Se cierra el círculo.
Fuente: elmundo.es (22/9/23) pixabay.com