La nueva ley de vivienda aprobada en el mes de abril ha venido a revolucionar el mercado inmobiliario. Según la calificó la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, esta ley ha acabado por convertirse en la «ley okupa» por la defensa que hace de este delito y la situación en la que deja al propietario.
En este caso es precisamente el propietario el más indefenso y quien carga con la responsabilidad no sólo de demostrar que necesita la casa ocupada como vivienda habitual y que no es un gran tenedor, sino que además le corresponde demostrar que el ocupador no está en situación de desamparo social o similar, algo que le deja en situación de total debilidad.
¿Y si el okupa está en tu garaje?
Así, nos hemos preguntado qué ocurre ahora con los conocidos como okupas de garaje, es decir, aquellos vecinos o no vecinos que optan por ocupar total o parcialmente nuestra plaza de garaje.
Conviene matizar que existen dos tipos de ocupaciones de plaza de garaje, las parciales, en las que el vecino invade parte de nuestro espacio con un retrovisor o similar, y las ocupaciones en toda regla, en las que el vecino invade con el propio coche o con una rueda nuestro espacio.
¿Cómo reaccionar?
En ambos casos el proceso es distinto. En el primero es necesario decir que la ley no dice nada al respecto y el único consejo que se puede dar es que hay que tratar de hablar con el vecino ocupador y apelar a su civismo, intentando la mediación del presidente si fuera necesario.
En el caso de la ocupación total las cosas cambia. En primer lugar conviene matizar que ni se te ocurra tomarte la justicia por tu mano, pues incurres en un delito mayor que el del ocupador si se te ocurre rayar el coche o algo parecido.
A partir de ahí el proceso no es sencillo en ningún caso. De nuevo apelamos a la intermediación del presidente y si no es posible hay que comenzar con el proceso de la denuncia.
¿Llamar a la grúa?
En un momento dado el presidente de la comunidad puede llamar a una grúa que retire el coche y reclamarle los gastos posteriormentepor vía judicial al okupa. No es lo ideal pero al menos es una solución de compromiso.
Por último, si optamos por la vía judicial, el juez puede dictaminar que abandone la plaza y cargarle con todos los gastos y el coste de la retirada, junto con una buena multa. El Código Penal recoge como delito ocupar una plaza de garaje y le va a costar dinero.
Si insistiera en su actitud la denuncia sería por desobediencia y entonces hablamos de palabras mayores, pues puede ser castigada con prisión. Una vez más la ley ampara al propietario, pero el proceso es tan largo y farragoso que de nuevo apelamos al entendimiento.
Fuente: eldebate.com (20/5/23) pixabay.com