Son capaces de iluminar hasta 600 metros por delante del coche, el doble que los mejores sistemas actuales. Los nuevos faros láser suponen la última innovación del automóvil. Permitirán a los conductores ver mucho más lejos, reforzando la seguridad. Es la última parada en una carrera tecnológica que empezó hace 130 años, cuando los candiles iluminaban los carruajes, y que ha pasado por las luces halógenas, las de xenón y las últimas de leds o de diodos emisores de luz. Una evolución que pronto se adentró de lleno en el terreno del diseño: los faros han pasado de ser un elemento funcional a cumplir cometidos estéticos claves en la apariencia de un nuevo modelo. Para Taisuke Nakamura, director del área de diseño de Nissan Europa, “los faros representan los ojos del coche, y son un medio para aumentar su personalidad”.
El punto de inflexión de esta nueva interpretación del faro llegó con las luces led, nacidas en la década de 2000. Aparte de mejorar la iluminación frente a los halógenos y de xenón, ayudan a desarrollar también la vertiente estética. La bombilla deja paso a una agrupación de puntos luminosos que se pueden distribuir de múltiples formas. Y por la libertad que otorgan, se están convirtiendo en un vivero de creatividad para los diseñadores, porque permiten dibujar imágenes lumínicas a la carta.
Phillippe Barre, responsable de comunicación de Diseño de Renault, opina que los nuevos faros leds son como una “firma luminosa”, un elemento que “enriquece el diseño del automóvil”. Mercedes va más allá y ha decidido que su nuevo Clase S Coupé (junio) ofrezca unos faros de led adornados con cristales de Swarovski.
Pero Nakamura pone de relieve otro aspecto interesante: “El color de los leds, más cercano al blanco o al azul claro, transmite calidad y tecnología y ayuda a reforzar la imagen del coche y del fabricante”.
Con la invención del automóvil de combustión, en 1885, se hizo patente la necesidad de adoptar sistemas de iluminación más potentes que los candiles heredados de los carruajes, como las lámparas de gas y las bombillas incandescentes.
Sin embargo, hubo que esperar hasta 1960 para la primera gran revolución, los faros halógenos, que se convirtieron en un nuevo estándar para el automóvil y aún hoy siguen utilizándose en muchos modelos. Daban un alcance superior a 100 metros.
Los halógenos fueron la solución de moda durante 30 años, pero la evolución siguió su curso y, en 1991, aparecieron las ópticas de xenón, que aportan una iluminación todavía más potente, cansan menos la vista y marcaron un nuevo avance técnico. Los leds mejoran a su vez la funcionalidad de los de xenón. Proporcionan aún mayor alcance y ofrecen además una duración muy superior: “Los halógenos tienen una vida útil de 400 a 500 horas; los xenón, de 3.000 a 3.500, y los leds, de 10.000 a 100.000”, indica Carlos Elvira, gerente del departamento de iluminación de Seat.
Pero la nueva referencia tecnológica ya está lista, y son las luces láser: doblan el rango de visión de los leds y pueden alcanzar 600 metros, como anuncia BMW, que será el primer fabricante en ofrecerlos: los estrenará este otoño en el i8, su nuevo deportivo híbrido.
Luces mágicas
El alcance de las luces largas marca diferencias clave entre los diferentes sistemas de alumbrado: halógenos, xenón, led y láser. Carlos Elvira, gerente del departamento de iluminación de Seat, señala que los “halógenos alcanzan 180 metros; los xenón, 220, y los led 300”. Elvira confirma también que los láser llegarán a “600 metros”. La clave de su potencia: “Emiten una luz 10 veces más densa”. Pero hay otros aspectos importantes, como la temperatura de color, un indicador que se relaciona con la claridad de la luz y la fatiga que produce. A mayor temperatura, menor estrés ocular. Elvira sostiene que los faros halógenos trabajan a “3.500 grados Kelvin, los xenón de 4.000 a 4.500 y los led de 5.000 a 5.200”. Con el coste de cada sistema llegan las malas noticias. “Si el del halógeno es del 100%, el xenón sube hasta el 500%, y el led, del 600% al 800%”, sentencia Elvira. Así que mejor no dañe el faro de su próximo coche en un mal aparcamiento.
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