El copago es un viejo conocido de nuestros vecinos europeos, que hace tiempo que están acostumbrados a sufragar alguna parte de su atención sanitaria. Aunque cada país tiene su propia fórmula, en la mayoría de los casos los ciudadanos tienen que sufragar una parte del coste de los fármacos. En otros casos, tienen que pagar además las visitas al médico.
En España, el ‘runrun’ del copago va ganando volumen en las últimas semanas; aunque la mayoría de especialistas y organizaciones médicas ya han manifestado su oposición. De hecho, la Organización Médica Colegial ha recordado esta semana que los españoles ya ‘copagan’ el 40% del coste de las recetas y sufragan la atención sanitaria mediante sus impuestos.
Portugal: Una sanidad deficitaria a pesar de 25 años de copago
Virginia López | Lisboa
El copago fue introducido en Portugal en 1986 con el objetivo de disuadir a los pacientes de utilizar el sistema nacional de salud de manera innecesaria. Desde entonces, el copago no ha dejado de aumentar (la última vez el pasado 1 de enero), por exigencias del programa de ayuda externa. Actualmente una consulta con el médico de familia cuesta cinco euros, una consulta de especialidad en el hospital cuesta 10 euros y una urgencia varía entre los 20 y los 50 euros, dependiendo del número de análisis y tratamientos. Además, en Portugal también se pagan todos los análisis clínicos, que aunque sean solicitados por el médico de familia se realizan fuera del sistema nacional de salud, en clínicas privadas.
El ministro de Sanidad luso, Paulo Macedo, calcula que en total habrá seis millones de portugueses exentos del copago, entre ellos, las familias con rendimientos en torno a los 600 euros mensuales, enfermos crónicos, jubilados, embarazadas y niños hasta los 12 años.
En Portugal todavía hay un millón y medio de portugueses que no tienen médico de familia por lo que para ser atendidos en un centro de salud se ven obligados a hacer fila a la puerta desde la madrugada y ni siquiera se les garantiza que serán atendidos ese mismo día. También es muy difícil conseguir una consulta de especialidad en un hospital por lo que muchos portugueses tienen que recurrir a médicos privados, con o sin el recurso a las mutuas. Tanto el anterior gobierno socialista como el actual ejecutivo de mayoría conservadora están cerrando maternidades y reduciendo servicios en los hospitales públicos para reducir el déficit del sistema nacional de salud.
Reino Unido: Una reforma que apunta a la privatización
Daniel Postico | Londres
La sanidad pública es gratuita en el Reino Unido, excepto el dentista, donde se produce el copago. Los servicios de adopción y maternidad por subrogación se realizan a través de agencias externas. Acaba de entrar en vigor la mayor reestructuración del Servicio Nacional de Salud británico (NHS) desde su creación después de la II Guerra Mundial. La nueva y controvertida reforma introducida por el gobierno conservador de Cameron y parte de sus socios liberal-demócratas, ha eliminado las fundaciones que hasta ahora gestionaban el presupuesto sanitario y ha traspasado esos poderes a los médicos de cabecera en los ambulatorios, quienes podrán delegar esta responsabilidad a empresas subcontratadas si lo desean. Se ha autorizado que las instalaciones del NHS sean utilizadas por el sector privado (aumentando el tope de ingresos de pacientes privados del 1,5 al 49%). Y también permite el acceso a nuevas compañías privadas de proveedores de productos y servicios. La polémica reforma ha tardado 18 meses en ser aprobada (con 1.000 enmiendas), pese a la oposición de los profesionales médicos, la oposición laborista, sindicatos y la opinión pública en general, que consideran que conducirá a la privatización de la sanidad.
Italia: 10 euros por ir a un especialista, 25 euros por una falsa urgencia
Irene Hdez. Velasco (Corresponsal) | Roma
En Italia existe el copago sanitario desde mayo de 1989, cuando el Gobierno de Democracia Cristiana que entonces estaba en el poder decidió que algunas de las prestaciones del servicio de Sanidad pública correrían a cargo de los ciudadanos. Desde entonces, el sistema de copago ha registrado distintas variaciones: en 2006, por ejemplo, se fijó un pago de 10 euros para quienes acudieran a la consulta de un médico especialista, que en 2008 fue abolido y rescatado de nuevo en el paquete de medidas de austeridad aprobado por el Gobierno de Silvio Berlusconi en julio del año pasado. Según el texto sancionado por el Ejecutivo de ‘Il Cavaliere’, actualmente aún en vigor, los italianos deben de pagar 10 euros por acudir a la consulta de un especialista y 25 euros si se personan en urgencias y no requieren hospitalización (es decir, que la cosa no era muy urgente). Además, los italianos también colaboran en el pago de las medicinas que les son recetadas por los médicos de la Seguridad Social, en una cantidad que varía según las regiones.
Francia: adelantar la factura y pagar el 20% de la consulta
Juan M. Bellver (Corresponsal) | París
En 2010, la República Francesa invirtió en Sanidad un 12,1% del PIB y un 21,3% del gasto público. Según el Código de Salud Pública, vigente desde mayo de 2003, en Francia, el sistema sanitario permite a los pacientes elegir médico y centro de asistencia. A cambio, deben adelantar el dinero de la factura y luego el estado reembolsa la mayor parte. En las consultas médicas normales, el ciudadano termina pagando un 20% (más un euro fijo por visita, con un máximo de 50 al año), mientras que en las hospitalizaciones se mantiene el 20% de la factura (pero la cuota diaria sube a 18 euros) y en urgencias es completamente gratuito.
Por el contrario, el reembolso de los medicamentos es una operación bastante compleja, que favorece a los genéricos y depende sobre todo de lo necesario que sea el producto para la curación de un enfermo. En ese sentido, los medicamentos deben lucir en su caja un símbolo cuadrado de color naranja (15% del precio reembolsado al paciente), azul (30%), blanco (65%) o blanco barrado (100%).
Alemania: 10 euros de copago en el sistema más amplio del mundo
Rosalía Sánchez | Berlín
Desde 2007 el seguro médico es obligatorio para cualquier residente. Es un sistema mixto en el que predominan los seguros públicos, que cubren al 90% de la población. Las Krankenkasse, cajas de seguro sanitario, son corporaciones de derecho público, pero no forman parte de la Administración estatal y no están sujetas a su dirección. El Estado se limita a proveer el marco regulatorio y ejercer la supervisión. El Estado no retiene la cotización sanitaria, sino que cada usuario elige una caja y lo notifica a la empresa para que proceda a traspasar mensualmente a esa caja el porcentaje correspondiente de la nómina. La cotización media es del 15,5 %, un 8,2% el trabajador y un 7,3 % el empresario. Las cajas son más o menos caras en la medida en que ofrecen mayor cobertura o servicios.
No hay médicos asignados sino que cada usuario elige libremente médico, especialista o clínica, directamente y sin paso previo por médico de cabecera. No existen las listas de espera. En cada consulta, el usuario paga con la tarjeta de la caja y la factura va directamente a la Krankenkasse, excepto un copago de mínimo cinco euros y máximo 10 euros que prolonga su validez durante tres meses si debe consultar de nuevo al mismo médico y del que están excluidos niños, ancianos, y dependientes de las ayudas sociales. El seguro no cubre los medicamentos de venta libre con excepción de los prescritos a niños de hasta 12 años. Los fármacos de prescripción obligatoria están sujetos a copago mínimo de cinco euros y máximo de 10 euros con las mimas exenciones. El farmacéutico no dispensa la marca que prescribe el médico ni la que pide el usuario, sino la que cubre su seguro.
Los copagos están limitados al 2% de los ingresos frutos familiares anuales computables. En el caso de enfermos crónicos el límite es del 1%. La asistencia hospitalaria, que entra en juego cuando la ambulatoria no permite un tratamiento óptimo, está planificada por los estados federados y cada hospital, una vez incluido en el plan regional, negocia de forma individual un convenio con las cajas. La red cuenta con 2.084 hospitales y 505.000 camas. El 31,1% de los hospitales son públicos, el 32% concertados, el 16,6% son privados y el 36,9% están en manos de organizaciones sin ánimo de lucro. La tendencia es a una creciente privatización.
La financiación procede en un 60% de las contribuciones, 21% de los impuestos generales traducidos en subsidios y un 7% de los seguros privados. El 11% restante procede del copago. Actualmente se estudia la forma de evitar que, en 2014, las cajas comiencen a ser deficitarias.
La red médica y hospitalaria, así como el catálogo de tratamientos son de los más amplios del mundo. El seguro incluye tratamientos de última tecnología, dentista y ortodoncia generalizada, homeopatía, acupuntura, medicina preventiva como tratamientos anti estrés en balnearios, y consulta psicológica.
Fuente: El Mundo (12/4/12)
Dejar una contestacion