No se venden ni cajas fuertes…

La crisis desmonta tópicos. Como ese que dice que en épocas como la actual se dispara la venta de cajas fuertes: la gente no se fía y compra cajas de seguridad para guardar sus ahorrillos. Pero no es verdad. Cuando más cajas fuertes se venden es cuando hay más dinero circulando; cuando se firman más operaciones y es necesario disponer de lugares seguros en los que depositar los contratos; cuando se construyen hoteles y en cada habitación se instala una caja de seguridad; cuando se abren oficinas bancarias, notarías… Todo lo contrario de lo que está sucediendo ahora. «La crisis es mala para todos», dice Mariano Hernández, al frente de la empresa fabricante de cajas de seguridad Zeus 21.

En los juzgados de media España es posible ver una de esas cajas fuertes fabricadas por Zeus 21. «En el Tribunal Constitucional emplean nuestras cajas», dice Hernández en la fábrica que la compañía tiene en Fuenlabrada (Madrid) y que se ha dedicado durante más de 35 años a este sector. «Ahora me da pena ver cómo están cerrando empresas competidoras», comenta. «Se vende más cuando se abren empresas, cuando cierran, como ahora, no hay nada que guardar», dice.

El pasado 15 de noviembre el BOE publicaba la entrada en concurso de la compañía Norsefi, de Bilbao, especializada en la fabricación de armerías y cajas de seguridad. A finales del pasado año comenzaron también los problemas de la empresa Arfe, de Navarra, fundada en 1965 en Alsasua. En enero, la plantilla, más de 150 personas, comenzó una huelga indefinida para reclamar el pago de salarios atrasados. En febrero Arfe solicitó su entrada en concurso de acreedores.

Para adaptarse a la crisis, Zeus 21 ha apostado por la especialización. Fabrica cajas de seguridad para clientes muy particulares. Hernández recuerda una caja fuerte que ha diseñado para ser instalada en un cuarto de baño. Y otra oculta en una lámpara de techo. En opinión de Hernández, en los últimos años se ha notado un mayor reclamo de cajas de seguridad por parte de compañías dedicadas a la compra y venta de oro.

«No hemos notado un aumento de las ventas con la crisis, la gente compra cajas de seguridad para guardar dinero o documentos importantes», dice Javier Crespo, de la empresa tiendacajasfuertes.com, especializada en la venta de armeros y distribuidora de cajas fuertes, filial de la compañía Servicios y Gestión Empresa Ferretera.

Distribuidores y fabricantes de cajas de seguridad españoles afrontan, además de las consecuencias de la crisis financiera e inmobiliaria, la competencia de los fabricantes chinos. Los productos que ofrecen distribuidores asiáticos son pequeñas cajas de seguridad, que se venden en ferreterías o grandes almacenes. «El negocio de las pequeñas cajas de seguridad está en manos de empresas chinas», dice José Luis García, responsable en Madrid de la compañía Ferrimax, con sede en Barcelona. «Pero eso no tiene nada que ver con el negocio de las cajas fuertes», añade, «realmente no son cajas de seguridad».

Ferrimax dispone de la mayor fábrica de cajas fuertes existente en España, situada en Barcelona. Bancos, joyerías, administraciones de lotería, estaciones de servicio o centros comerciales son sus principales clientes. Fabrica cajas de seguridad, cajas fuertes, y armarios ignífugos. El sistema de gestión de calidad de Ferrimax cuenta con la certificación de la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor).

Al igual que han hecho otras compañías españolas en la última década para escapar de la crisis, Ferrimax apostó por salir al exterior hace ocho años. «Gracias a la exportación estamos soportando la crisis», afirma José Luis García. La empresa cuenta con oficinas, además de en Barcelona y Madrid, en Francia, Reino Unido, Bélgica y Holanda, y dispone de acuerdos con empresas de otros países como Alemania.

Fuente: Cinco Días 6/12/11

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