El Catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, Santiago Niño Becerra, vuelve a abordar el futuro del sistema de pensiones y la evolución de la población en España. En su opinión, el modelo de protección social está agotado y abocado a un cambio definitivo que supondrá el final del concepto de jubilación tal y como se entiende en la actualidad.
Este cambio está ya en marcha, pero tardará en consolidarse. Por eso, asegura que «en proporción, el ‘jubilado’ tipo del 2086 tal vez viva mejor que el de 1970, pero pienso que el del 2030, no».
Y es que en el artículo publicado hoy en La Carta de la Bolsa, el economista insiste en su idea sobre el agotamiento del sistema de protección social, en el que se asientan las pensiones, y asegura que para encontrar el motivo de su reconversión hay que mirar más allá del envejecimiento de la población.
Niño Becerra recuerda que en el seno de la Unión Europea se ha instalado el debate en torno al envejecimiento de la sociedad y la jubilación. Se trata de un problema especialmente acuciante en el caso de España, donde la crisis ha dejado dejado sin trabajo a cerca de 6 millones de personas y ha mermado la población activa de forma significativa.
Distintas condiciones
Sin embargo, considera que el quid de la cuestión reside en las condiciones sobre las que se estableció el sistema de protección social, instaurado en la década de los años 50, que no tienen «nada que ver con las de ahora».
«Entonces la necesidad de factor trabajo era casi ilimitada, hoy es cada vez menor», señala el economista. Y continúa explicando que la esperanza de vida caerá a medida que el modelo de protección social se vaya recortando.
Pero, en un contexto de deterioro continuado del mercado laboral, un aumento de la población tampoco es la solución al futuro de las pensiones. Al contrario, ya que «sólo supondría aumentar el desempleo estructural a medida que la demanda de trabajo vaya descendiendo». Tampoco es recomendable retrasar la edad de jubilación, porque «chocará directamente con el crecimiento natural de la oferta de trabajo».
Recurrir al ahorro privado para «compensar las pensiones decrecientes» tampoco será la panacea, ya que es un recurso que solo está al alcance de las rentas más altas.
Entonces, ¿hay alguna solución para el sistema de pensiones? Para Niño Becerra, llegará con el nuevo modelo, que eliminará el concepto de ‘jubilación’: «Habrá quienes no se jubilarán nunca y otros lo estarán siempre». El catedrático augura también un incremento progresivo de la productividad y una paulatina disminución de la población, que conllevará también una responsabilidad personal creciente.
Además, el catedrático se reitera en su idea sobre la futura creación de una renta básica mínima que percibirán los ciudadanos. Tal y como explicaba recientemente, habrá «personas no necesarias o muy parcialmente necesarias para generar PIB que deberán ser mínimamente subsidiadas para garantizar su subsistencia, tanto durante su vida activa como pasiva»
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