El supervisor estadounidense ha impuesto por primera vez multas millonarias a una firma de auditoría por las relaciones demasiado cercanas entre miembros de sus equipos y directivos de las empresas auditadas. La firma Ernst & Young (EY), una de las cuatro grandes del sector, ha aceptado pagar 9,3 millones de dólares (unos 8,3 millones de euros) debido a que dos de sus socios trabaron relaciones con directivos de las firmas auditadas, comprometiendo con ello su independencia. De una de las auditoras se dice que tuvo una «relación romántica» y del otro, que tuvo una estrecha amistad con su cliente, pues pasaron múltiples noches juntos y también hicieron viajes, según ha explicado la Comisión del Mercado de Valores (SEC, por sus siglas en inglés) de EE UU en un comunicado. Ambos han sido despedidos.
Según la información de la SEC, la auditora Pamela Hartford mantuvo una relación romántica con Robert Brehl, jefe de contabilidad de la empresa Elder Trust, dedicada a la atención de mayores mientras formaba parte del equipo que auditaba dicha compañía. Otro socio de Ernst & Young, Michael Kamienski, que supervisaba a Hartford en la auditoría, estuvo al tanto de indicios que sugerían la existencia de esa «relación inapropiada», pero no tomó las medidas adecuadas, según la SEC.
La auditora que mantuvo una relación romántica deberá pagar 25.000 dólares de sanción
Ernst & Young, Hartford, Kamienski, y Brehl aceptaron la multa de la SEC sin admitir o negar los cargos. La empresa acordó pagar 4,366 millones de multa, y Hartford y Brehl accedieron a pagar multas de 25.000 dólares cada uno. Hartford, Kamienski y Brehl han sido inhabilitados temporalmente y los dos auditores han sido despedidos.
Una amistad estrecha
En otro caso, el auditor Gregory S. Bednar, también de EY, violó la regla de independencia por su relación con la persona a cargo de las finanzas de la empresa que auditaba, a la que la SEC no identifica. Ambos pasaron la noche juntos en la casa del otro en múltiples ocasiones, hicieron viajes con familiares sin motivos profesionales e intercambiaron cientos de mensajes de texto, correos electrónicos personales y mensajes de voz durante los periodos de auditoría. Aunque algunos socios de EY estuvieron al tanto de esa relación, no hicieron nada por asegurarse de que Bednar cumplía su obligación de mantener intacta su independencia. En este caso, la SEC habla de una «estrecha amistad», no de relación romántica.
La firma ha aceptado pagar por este caso una multa de 4,975 millones, mientras que Bednar, apartado también de E&Y, pagará 45.000 dólares.
Estas son las primeras sanciones de la SEC por vulnerar la independencia del auditor debido a la estrecha relación personal entre los auditores y empleados de las empresas auditadas, según explicó Andrew J. Ceresney, director de la División de Cumplimiento de la SEC. «Ernst & Young no hizo lo suficiente para detectar o prevenir que estos socios se acercasen demasiado a sus clientes y comprometiesen su papel como auditores independientes», señaló.
La portavoz de Ernst & Young, Amy Call Well, admitió a través de un comunicado que las personas protagonistas de estos casos «violaron varias directrices de EY, escondieron su conducta y se comportaron de una manera que era la antítesis del Código de Conducta Global de EY, su cultura, valores, políticas y formación». «Las decisiones que tomaron traicionaron la confianza puesta en ellos», añadió.
Fuente: Elpais.es (20/9/16) Pixabay.com
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