Suena tremendamente irónico que Masdar se esté construyendo en las afueras de Abu Dhabi. Suena irónico porque Abu Dhabi es un lugar que ha sido forjado gracias a los beneficios que proporciona el petróleo; pero Masdar será la primera ciudad del mundo que, esencialmente, no necesitará petróleo para funcionar.
Abu Dhabi es el cuarto mayor productor de petróleo de la OPEP, con un 10 % de todas las reservas mundiales. Allí está, por ejemplo, el hotel Emirates Palace, uno de los hoteles más caros del mundo en el que, además, disponen de una suite chapada en oro por 11.500 dólares la noche. Hasta que se descubrió petróleo en 1960, Abu Dhabi sólo era una comunidad de pastores nómadas y buceadores de perlas. Ahora era una ciudad rutilante.
Por esa razón, sorprende en un primer momento que Masdar se esté construyendo gracias a la Abu Dhabi Future Energy Company en las afueras de esta ciudad petrolífera por antonomasia. Masdar pronto albergará a 5.000 personas, y 40.000 trabajarán allí. No permitirá la entrada de coches dentro del perímetro de la ciudad. No se consumirán combustibles sólidos.
Abu Dhabi ha sido calificada como la ciudad más rica del mundo por Fortune (gracias a su petróleo), y ahora invertía 20.000 millones de dólares en construir una ciudad postpetróleo. ¿Por qué?
La ciudad ecológica del futuro
Ahora en Masdar solo encontraremos este letrero en su entrada: “Bienvenidos al futuro emplazamiento de Masdar”. El resto, cientos de camiones estacionados en una inhóspita parcela de desierto.
Masdar está siendo construida, además, bajo los diez preceptos de la iniciativa OPL (One Planet Living), creada por BioRegional Development y el World Wildlife Fund. Una iniciativa que pretende combatir la escasez de recursos que se avecina (si todos en este mundo pretendieran vivir como un norteamericano medio, entonces necesitaríamos cinco planetas como el nuestro).
Algunos de los preceptos de la OPL son, por ejemplo, la preservación de las culturas indígenas. O el desarrollo de materiales sostenibles desde su creación a su reciclado. También se potencia la economía de la cooperación: todos comparten. Salud y bienestar: abasteciendo la ciudad con equipamientos, facilidades e incluso eventos que respondan a las necesidades de todos los grupos demográficos.
Masdar es uno de los proyectos de construcción más caros de la historia, pero será uno de los lugares más sostenibles, también. Entre otras cosas, gracias al sol que baña la región, tal y como explican Peter H. Diamandis y Steven Kotler en su libro Abundancia:
La cantidad de energía solar que alcanza nuestra atmósfera ha sido bien fijada en 174 petavatios, más o menos un 3.5 por ciento. De este flujo solar total, aproximadamente la mitad alcanza la superficie terrestre. Dado que actualmente la humanidad consume en torno a 16 teravatios anualmente (siguiendo las cifras de 2008), hay 5.000 veces más energía solar cayendo en la superficie del planeta de la utilizamos. Una vez más, no es cuestión de escasez, sino de accesibilidad. Además, en lo que respecta a las guerras del agua, Masdar se encuentra en el golfo Pérsico (que es un inmenso espacio acuático).
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