El gobierno de Portugal no ha dudado en dar un trato VIP a Madonna (59): a última hora de la tarde del martes, la reina del pop recibió un permiso de residencia especial de la mano de Constança Urbano de Sousa, ministra de Administración Interna del país vecino, otorgándole el derecho de vivir en tierras lusas de manera indefinida. De esta manera insólita, la cantante evita tener que pasar por el normalmente kafkiano proceso burocrático por el cual tienen que pasar los inmigrantes de a pie de calle, el cual requiere la entrega de un sinfín de documentos y puede tardar 10 meses en completarse.
Según el Correio da Manhã, el martes. Madonna y su abogada en Portugal, la jurista Ana Pedrosa Augusto, tuvieron una audiencia privada con la ministra en la sede de la Administración Interna lusa en la icónica Praça do Comércio de Lisboa. Algunos testigos indican que la artista acudió a la cita en un Tesla blanco de 140.000 euros y que la reunión se celebró a última hora de la tardepara evitar que los funcionarios ministeriales la vieran.
Fuentes del Gobierno luso justifican este gesto inusualmente generoso con la cantante argumentando que Madonna tiene una exposición mediática cuya proyección solo puede beneficiar la imagen de Portugal. El artículo 123 de la Ley de Extranjería lusa contempla la autorización de residencia extraordinaria a petición del ministro si existen motivos para concederla para el bien del interés nacional, por motivos humanitarios o si existe un interés público relacionado con la realización de «actividades relevantes dentro del ámbito científico, cultural, deportivo, económico o social».
Pese a ser aceptable dentro del marco legal existente, es probable que la decisión de dar trato VIP a Madonna suscite críticas entre las asociaciones que reivindican los derechos de los inmigrantes. Actualmente, el Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF) luso reconoce que hay serias demoras en el proceso de concesión de permisos de residencia y, sin duda, muchos se preguntarán por qué se ha dado un permiso exprés a una cantante rica y no a inmigrantes en situaciones mucho más precarias.
Aunque estuvo casada con el director británico Guy Ritchie durante ocho años, Madonna sólo tiene la ciudadanía norteamericana y, como tal, su estancia continuada en Portugal -donde vive desde este pasado verano- se veía limitada por el Acuerdo de Schengen, que restringe la estancia de extranjeros sin visados a un máximo de 90 días dentro del espacio comunitario.
Nueva vida lisboeta
Madonna se mudó a Lisboa en junio pasado, después de que su hijo adoptivo, David Banda, fuese fichado por la división juvenil del Fútbol Club Benfica. Desde entonces, la artista no ha dejado de promocionar los beneficios de la vida portuguesa a través de las redes sociales y en entrevistas con medios extranjeros. La cuenta de Instagram de la cantante está llena de imágenes en la que se la ve escuchando fado en el romántico barrio del Alfama, paseando a caballo por las cercanas playas de Comporta o jugando con sus hijas adoptivas en la villa noble de Sintra.
En una reciente entrevista en el programa de Jimmy Fallon, en Estados Unidos, la de Michigan habló de lo feliz que estaba en Portugal y presumió de su nuevo accesorio de moda: una reliquia aparentemente compuesta por una calavera humana recubierta de diamantes que encontró mientras estaba de compras en la capital lusa. «Vivo en Lisboa ahora, querido, y es fabuloso», declaró la cantante durante su comparecencia.
Aunque de momento Madonna se aloja en la elegante suite Don Manuel del exclusivo Pestana Palace Hotel, se sabe que la cantante está buscando casa en Lisboa y se rumorea que se ha interesado por un palacete del barrio de Lapa que fue residencia del embajador británico en Portugal durante el siglo XIX. Con un precio de 7,5 millones de euros, el edificio, con elementos neomudéjares, tiene cuatro suites, siete baños, 20 plazas de garaje, un amplio jardín privado y ofrece increíbles vistas panorámicas sobre el rio Tajo.
Considerando la alta probabilidad de que la cantante adquiera una propiedad multimillonaria, muchos preguntan por qué el Gobierno le otorgó la residencia de manera extraordinaria. Al igual que en España, la Ley de Extranjería lusa contempla la concesión de residencia a aquellos extranjeros que adquieran un inmueble de un valor equivalente o superior a los 500.000 euros, por lo que ciertamente Madonna podría haber optado por esta vía convencional para establecerse en el país vecino.
Sin embargo, no es de sorprender que el Ejecutivo luso haya decidido ahorrarle el dolor de cabeza que supone pasar por el famosamente complicado entramado burocrático portugués. La reina del pop es quien es y al Gobierno luso le habría hecho flaco favor si hubiese comenzado a subir fotos de las colas en el Servicio de Extranjería a su cuenta de Instagram.
Fuente: Elmundo.es (7/10/17) Pixabay.com
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