Las tragedias que rodean a los accidentes hacen olvidar los derechos de los afectados, al menos en el primer momento. Sin embargo, es importante tener claro qué es lo que se puede reclamar.
Según el Reglamento Europeo del Viajero en Ferrocarril, entre sus derechos están recibir, en un plazo de 15 días después del accidente, un anticipo proporcional a la indemnización que puede llegar hasta los 21.000 euros, tanto en caso de fallecimiento como en el de personas heridas.
El reglamento europeo, comentan fuentes conocedoras del sector asegurador, establece que este plazo cuenta a partir de la identificación de la persona y que no implica el reconocimiento de responsabilidades. También aclara que se deducirán de posteriores indemnizaciones y que, por supuesto, no impide cobrar otras cantidades de otros seguros contratados.
Al margen de las medidas de urgencia, que pretenden cubrir los gastos más inmediatos, todos los viajeros cuentan con un seguro obligatorio de accidentes, que se adquiere con el billete. Renfe lo tiene contratado con Allianz, compañía de seguros y reaseguros. Este seguro debe indemnizar a los viajeros “que sufran daños corporales en accidente que tenga lugar con ocasión de desplazamientos del transporte ferroviario que Renfe-Operadora realiza”, según la página web de esta compañía.
La indemnización por fallecimiento está estipulada en 36.000 euros y la de los daños corporales suele medirse según los baremos establecidos para los accidentes de automóviles. No obstante, es el juez el que determinada el dinero que se debe entregar a los afectados. Además, no hay que olvidar que Allianz tendrá sus propias limitaciones en las indemnizaciones fijadas en el contrato.
Además de este seguro, Renfe también tiene contratado un Seguro de Responsabilidad Civil suscrito con la empresa australiana QBE Insurance Europe Limited, sucursal en España. QBE opera en 49 países y que comenzó a trabajar para Renfe en enero pasado.
Este seguro “responde de los daños causados a los viajeros, a sus equipajes, al correo o a la carga transportada, a las infraestructuras ferroviarias, a los trenes y a terceros, personas o bienes, en los términos, alcance y cuantía establecidos con una franquicia de un millón de euros”.
Para que Renfe sea responsable, es necesario que se determine la causa y la culpabilidad de las personas que han intervenido en el accidente. Si fuera el conductor y el juez estableciera que Renfe es responsable civil subsidiario, se activaría el seguro con QBE, con los límites que tenga fijados.
Es decir, todas las reclamaciones que surjan irían contra Renfe, que pagaría el primer millón. Si no lo hace, el avalista es el BBVA, que cubrirá los gastos. A partir de ahí, QBE se haría cargo de todo, aunque esta compañía —al igual que Allianz— habrá repartido los riesgos por multitud de reaseguradoras.
QBE tendrá que atender a los heridos o familiares de los fallecidos que consideren que las indemnizaciones del Seguro Obligatorio no cubren adecuadamente los daños sufridos. En accidentes de coches se paga alrededor de 120.000 euros por fallecimiento, pero todo depende de lo que reclame la víctima y lo que el juez determine. También debería indemnizar a Adif por los daños en las vías y a Renfe por el tren siniestrado y la pérdida que suponga tener cerrada la línea por un tiempo. El Consorcio de Compensación de Seguros no actúa en este caso porque no es debido a una catástrofe natural o a terrorismo.
Fuente: Elpais.es (25/7/13)
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