Una de las razones del escepticismo de los inversores hacia los bancos españoles y la deuda pública es el temor a que la crisis inmobiliaria sea como la irlandesa y provoque grandes pérdidas, con una caída de precios del 50%.
La selección española de fútbol es clara favorita en el partido de la Eurocopa que hoy le enfrenta a Irlanda, gracias a su muy superior trayectoria internacional de los últimos años. En el ámbito inmobiliario, la evolución reciente de España, pese a la crisis del ladrillo, también es más positiva que la de Irlanda.
Desde 2008, el precio medio de las viviendas españolas ha caído cerca del 25%, menos de la mitad que en la isla. Y el volumen de hipotecas morosas en España apenas llega al 3%, un tercio de la cifra irlandesa.
Pero esta diferencia se ha convertido en un problema para la credibilidad de España ante los grandes inversores internacionales. Muchos analistas de la City de Londres creen que el ajuste del ladrillo español debe acercarse a los niveles de Irlanda, lo que generará varios años más de caídas de precios, un aumento de los impagos de hipotecas y fuertes pérdidas a los bancos.
Roberto Henriques, analista de crédito en Londres de JP Morgan, considera que “el desarrollo de los acontecimientos en el mercado residencial irlandés pone de manifiesto el alcance del empeoramiento que puede sufrir España”. A juicio de Maurizio Grilli, economista de la inmobiliaria británica Grosvenor, “es útil mirar a Irlanda para calcular la duración del colapso inmobiliario español, que podría prolongarse hasta el final de esta década”.
Para sostener esta comparación, los expertos utilizan el dato de desempleo, del que depende en parte la compraventa de viviendas. JP Morgan estima que el paro puede llegar en España al 30%, el doble que en Irlanda. Según Henriques, “aunque es impredecible saber si el escenario español será igual que el irlandés, como mínimo hay que esperar que la morosidad se incremente significativamente desde los niveles actuales conforme los subsidios se vayan acabando para los parados de más duración”. Grilli opina que los precios en España pueden caer un 50%. “En Irlanda, los precios cayeron un 47% entre septiembre de 2007 y diciembre de 2011. La economía española va a seguir contrayéndose hasta 2014 y anteriormente le costó doce años reducir el paro del 24,1% al 8,3%”, dice el analista de Grosvenor.
Otro factor que justifica la similitud es el número de propiedades sin vender. En ambos países, el número de casas vacías ronda el 10% de la población. Algunos analistas creen que hay elementos que diferencian ambos países y no permiten realizar esa comparación. El subsidio de paro en España es más generoso que los 188 euros semanales que reciben los desempleados irlandeses, evitando un gran aumento de la morosidad. Y la euforia del ladrillo en la isla fue más fuerte que en España durante los años previos a la crisis, lo que hace más difícil la digestión. Philip Lane, profesor del Trinity College de Dublín, indica que “el ratio de crédito sobre el PIB en Irlanda creció del 104% al 210% entre 2002 y 2010. En España pasó del 100% al 180%”.
Según los analistas de Deutsche Bank, el volumen de préstamos inmobiliarios llegó al 77% del PIB en Irlanda, frente al 29% de España.
El principal efecto negativo de la incertidumbre inmobiliaria es la presión que ejerce sobre los bancos. “Las entidades se resisten a poner precio de mercado a las propiedades embargadas”, afirma Grilli, recogiendo la opinión de inversores que desconfían de los datos contables de la banca española.
El esfuerzo del Gobierno español por restaurar la credibilidad del sector exigiendo más provisiones sobre el riesgo con las promotoras no ha bastado, ya que los inversores creen que también hay que cubrir los potenciales impagos en las hipotecas, que podrían ascender a 59.000 millones de euros, calcula JP Morgan.
Ni siquiera la ayuda europea para recapitalizar los bancos con 100.000 millones sirve para calmar al mercado. Alberto Gallo, de RBS, estima que las entidades necesitarán hasta 174.000 millones.
Estas dudas, a su vez, repercuten en el Gobierno y su deuda pública por la posibilidad de que asuma parte de las pérdidas bancarias. Y el gran problema es que, así como el resultado del España-Irlanda de fútbol se sabrá esta noche, el desenlace del colapso inmobiliario en ambos países tardará años en conocerse.
Fuente: Expansión.com (13/6/12)
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