El modelo laboral del negocio hotelero en España se juega en Baleares. Los empresarios quieren que el nuevo convenio laboral de la hostelería, que se negocia bajo la amenaza sindical de una huelga, incluya la posibilidad de externalizar los servicios por oficios en los hoteles, con contratos a trabajadores ajenos a la plantilla y al convenio. El acuerdo podría afectar a unos 80.000 empleados de hoteles en las islas. Las condiciones laborales que se pactan en Baleares sirven de referencia para la industria turística de toda España.
La patronal quiere, además, una congelación salarial durante los cuatro años de vigor del pacto. La jornada de trabajo sería “flexible” o “irregular”, según plantean las empresas, que establecerían un tope máximo de 54 horas semanales. Los empresarios proponen reducir el horario de descanso —pasaría de 12 a 10 horas— y cambios en el régimen de libranzas —ahora es de dos días—, que se acumularían y retrasarían fuera de las puntas de actividad.
Las plantillas se plantean una huelga de dos días para finales de junio o julio, en plena temporada alta.
Los sindicatos rechazan este planteamiento y presionan con iniciar protestas. Se plantean una huelga de dos días para finales de junio o julio, en plena temporada alta. El pasado jueves, se celebró la última negociación entre hoteleros y sindicatos. Los empresarios hicieron un gesto, retirando un plan que modificaba el régimen de los empleados fijos discontinuos. Esta categoría de protección supuso una conquista histórica lograda a fines de los años setenta que aseguró trabajo, paro o subsidio, según los meses trabajados, a los antiguos temporeros de ida y vuelta desde la Península. De los 124.000 empleados turísticos en Baleares registrados en agosto pasado, unos 50.000 eran fijos discontinuos y otros 35.000, fijos de plantilla. El resto eran eventuales y de sectores vinculados. Los sindicatos creen que hay un 10% de trabajo en b.
La media del sueldo en el sector ronda los 1.400 euros. “Las camareras de pisos [la categoría más numerosa en los hoteles] cobrarían 800 euros con empresas externas”, se queja Antonio Copete, de 56 años, natural de Albacete. Este dirigente de UGT y camarero de comedor negocia desde hace cinco meses el convenio para hostelería, restauración y ocio.
“Nuestro convenio es de referencia en España, y de ahí la batalla contra lo que se quiere recortar, unos graves retrocesos que se extenderían a otras partes”, explica Copete. “Hay que evitar que en un hotel solo quede el director de la empresa propietaria y el resto sean externos. Los hoteleros quieren rebajar costes y sueldos en un momento de alza de turistas, con años récord”, protesta. El negocio turístico suma 400.000 camas en Baleares, que acoge a 13 millones de visitantes al año.
Inmaculada de Benito, vicepresidenta de la federación de hostelería de Mallorca, se muestra más optimista y “dispuesta a negociar para alcanzar acuerdos”. De Benito asegura que “en todos los sectores en crisis se han bajado los sueldos” y recalca que en los últimos 10 años los salarios en hostelería han crecido un 30%, mientras que los ingresos por turismo extranjero cayeron un 2,8%.
“Hay que evitar que en un hotel solo quede el director y el resto sean externos», dicen los sindicatos
Los hoteleros alegan que con su abanico de propuestas sobre jornadas, salarios y externalizaciones buscan mejorar “la productividad y la especialización” en los hoteles, pero “no romper un modelo” de convenio. “Hay que evitar ser excepción en España, allí donde no se puede externalizar”, dice De Benito.
“No lancen gasolina al fuego. Los empresarios no hablan de calidad y servicio, sino solo de minimizar costes”, arguye Ginés Díaz, camarero de bar de hotel, de 60 años, líder de CC OO en el sector del turismo y ocio. Díaz llegó con 12 años al puerto de Palma desde Murcia y fue contratado a pie de barco, de botones. Era el inicio del boom desarrollista. “Ahora, cumpliendo las normas y horarios, sin la carga de trabajo y horas extras, podrían crearse 15.000 puestos más en los hoteles de las islas”, indica.
Con un 5% más de turistas en agosto de 2013 solo se crearon 157 puestos. Deberían ser 6.000 más, según los sindicatos. “En los sesenta, veníamos a las islas en remesas, en barco, nos contrataban y alojaban apretujados en literas en sótanos mínimos en hoteles”, recuerda Díaz.
El modelo del turismo balear, de masas, sol y playa —y ahora ocio nocturno— es un espejo en el Mediterráneo. El formato del convenio laboral creó tradición los buenos resultados. Además, el gran éxito económico de los empresarios pioneros, el puñado de multinacionales hoteleras de capital español —Meliá, Barceló, Riu, Iberostar, Matutes— se gestó en Baleares y ahora su oferta es mayoritariamente internacional. El nacimiento y transformación de la economía turística balear es también un laboratorio para sindicatos y empresas.
Dejar una contestacion