Llega el otoño y, con él, los días se acortan, son más frescos y empezarán las lluvias en la amplia mayoría del territorio. Eso si no han empezado ya, aunque seguramente se trate más de tormentas veraniegas, de esas que anuncian el final de la estación calurosa. Es el momento de tener en cuenta unos consejos para el mantenimiento del coche que te pueden ser de mucha ayuda.
Hay que tener presente que el coche debe mantenerse en buen estado porque es algo que siempre nos interesa. En esta caso también es totalmente válido el dicho de “prevenir es curar”, porque si mantenemos el coche en perfectas condiciones estaremos evitando multitud de reparaciones que nos harán daño en el bolsillo.
Qué revisar en el coche con la llegada del otoño
El invierno suele ser el protagonista de la mayor parte de los artículos sobre mantenimiento del coche. Es una estación especial porque nos podemos encontrar con grandes heladas, nevadas, frío extremo… Pero el otoño, como preludio a ese crudo invierno, es el momento en que volvemos a la normalidad, a la rutina del trabajo, de idas y venidas casi siempre en la ciudad.
Es el momento en que, a lo mejor, “desempolvamos” el coche tras un mes de retiro en la playa. En ese mes hemos ido y venido desde nuestro destino vacacional, pero la mayor parte del tiempo lo podemos haber tenido aparcado a merced de la salitre y la arena. Tras un buen lavado en el camino de vuelta, podemos fijarnos en varios puntos:
1. Revisión de filtros y aire acondicionado
Revisar el filtro del aire nos ayudará a dos cosas: reducir el consumo de combustible, y también de aceite. Cuando más limpio está el filtro, mejor combustión tendremos y, por tanto, más reduciremos el consumo excesivo. No es algo caro, pero sí que es algo que muchas veces pasamos por alto, o simplemente desplazamos para otra ocasión. Hay más filtros, como el de aceite, combustible o partículas.
El sistema de aire acondicionado, además, hay que revisarlo de cuando en cuando. Puede fallar en el peor momento, que suele ser cuando más calor hace, y además puede que no funcione correctamente tras largos períodos de inactividad (invierno fundamentalmente, pero también si no nos movemos en verano). Revisaremos el aire acondicionado si:
- no conseguimos ambientar el habitáculo en un tiempo razonable
- si al encenderlo notamos un olor desagradable
- tras largos periodos de inactividad
2. Inspección de los neumáticos
No debemos dejar de revisar, al menos visualmente, los neumáticos cuando empieza el otoño. Si hemos estado poco por la labor de mover el coche durante las vacaciones, hay que revisar las presiones, el estado de la goma y la profundidad del dibujo (con un profundímetro o fijándote en los testigos del neumático). No se juega con los neumáticos, son nuestro contacto único con la carretera, y no querremos perderlo, ¿verdad?
3. Las escobillas no son para el verano
Revisar las escobillas es fundamental para no sufrir las consecuencias de su mal estado: formar una “pasta” que dificulta la visibilidad cuando comienza a llover, tras meses de sequía y calor. Es por eso que nos conviene revisar el estado de las escobillas antes de que comiencen las lluvias, y tenerlas en perfecto estado para no sufrir esos incómodos momentos de falta de visibilidad cuando más la necesitamos.
4. Niveles de líquidos, en su sitio
Siempre hay que tener en cuenta que el coche tiene varios depósitos de líquido. Vale, no nos referimos al depósito de gasolina, sino por ejemplo al depósito de aceite, al del anticongelante, al del agua destilada de la batería. Es fundamental asegurarnos de que todos los niveles de líquido son los correctos, pues si no estaremos arriesgándonos a que nos pille una nevada o una repentina bajada de las temperaturas, y se nos congele lo que nos e debe congelar. Además, en el caso de la batería, es necesario verificarlo más a menudo cuanto más “vieja” sea la misma.
5. Revisión general
Los 4 puntos anteriores son necesarios, y además indican que nos preocupamos por nuestro coche. Seguro que todos conocemos a alguien que mantiene su coche en las peores condiciones, simplemente porque es una máquina. Nosotros amamos nuestros coches y por eso nos preocupamos de ellos con mimo. Tras realizar las comprobaciones que comentamos, si tenemos alguna duda o creemos que es necesario revisar algún aspecto que no podamos hacer por nuestra cuenta, lo mejor es hacerle una revisión general en un taller autorizado.
Todos los sistemas serán examinados y verificados, y nosotros nos quedaremos más tranquilos. Por poner un ejemplo, todos podemos revisar el correcto estado de las luces y su graduación, pero por comodidad (o vagancia) no lo hacemos, y a la primera de cambio nos encontramos en otoño, de noche a las 8 de la tarde y con un par de luces fundidas.
Por tu seguridad y la esperanza de vida de tu coche, plantéate unas cuantas inspecciones sencillas de los elementos que comentamos, y si dudas, lleva tu coche a revisión. No te arrepentirás.
Fuente: Motorpasion.com (12/9/12)
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