“España lleva casi cinco años en recesión, debe enfrentarse a diversos desafíos y plantar cara a cada uno de ellos de formas muy diversas. En un principio, la preocupación por el gasto público llevó a varios recortes en los presupuestos en 2011 y 2012. Después, emergió la necesidad de reformar el mercado laboral para hacerlo más flexible y competitivo, lo que desató una huelga general el pasado mes de marzo. En esos meses también surgieron las preocupaciones sobre la salud del sistema financiero español… ¿sería capaz España de recapitalizar a sus bancos sin poner en riesgo la solvencia del sistema? (…) Actualmente, leemos en la prensa que el verdadero problema de España era el gasto incontrolado de sus “regiones autonómicas” como Valencia y Cataluña, niveles insostenibles de deuda privada (…) y la falta estructural de competitividad en una economía incapaz de devaluar su propia moneda”, resumen los dos economistas.
Entonces, ¿cuáles son las posibles soluciones para superar la crisis?; ¿y los brotes verdes que llevan a Muñiz y Pérez a afirmar que “la economía española reacciona a la crisis con razonable agilidad”? “En primer lugar, se debe señalar que no todo es oscuridad en España. Por ejemplo, la baja productividad ha sido drásticamente combatida en los últimos tres años hasta recuperar más de la mitad de lo perdido en la primera década desde la introducción del euro”. Los economistas señalan dos factores claves: primero, la contención de los salarios desde 2010 y, segundo, la reducción de trabajadores menos productivos, mayoritariamente temporales.
El aumento de la productividad está ayudando a reemplazar una demanda interna en declive mediante un incremento de las exportaciones, según Muñiz y Pérez.
Por otra parte, los economistas recuerdan que en cuanto a niveles de deuda pública la situación de España no es significativamente peor que la de otros miembros de la eurozona (69,3% en 2011 vs. el 82% en Alemania o el 86,5% de Francia). La coyuntura es complicada, sí, “pero está lejos de provocar que el país pierda el acceso a los mercados de deuda”.
“En líneas generales, la economía española está reaccionando a la crisis con razonable agilidad. Si las medidas adoptadas por el Gobierno se ven acompañadas de una clarificación satisfactoria de la hoja de ruta hacia una Unión Bancaria europea, España debería ser capaz de navegar en los próximos meses sin más ayuda financiera. (…) El país necesita muchas reformas estructurales. Sin embargo, si no hay mensajes claros desde Europa sobre el futuro de la unión monetaria ni tampoco debate sobre crecimiento y sostenibilidad a largo plazo, tememos que España se acerque todavía más a un rescate completo y medidas adicionales de austeridad”, concluyen.
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