Arabia Saudí ha llegado para revolucionar el mundo del fútbol. Avalados por su multimillonaria familia real, el país asiático, que ayer cerró el mercado, se ha propuesto colocar a su liga entre las mejores a base de talonario. Empezaron con Cristiano Ronaldo y, aunque muchos creían que se trataba de una competición previa al retiro, varias estrellas en plenitud se han marchado. Ruben Neves, Fabinho, Milinkovic Savic o Saint-Maximin se lucen en la Arabia Pro League. Incluso jóvenes promesas como Gabri Veiga. Pero detrás de los millones y los cracks, no es oro todo lo que reluce.
Futbolistas que han viajado allí atraídos por el dinero están sufriendo la realidad de vivir en Arabia y los muchos pasos que quedan por recorrer. La liga y sus equipos han crecido en visibilidad y nivel futbolístico muy por encima de lo que lo han hecho en otros aspectos como organización, instalaciones o seguridad.
«Llegan cobrando millones de euros, esperando grandes estadios y se encuentran jugando en campos de Primera Federación«, dice un agente que ha llevado allí a varios futbolistas. Las instalaciones están lejos de lo que uno puede encontrarse en Europa, incluidas las de los cuatro clubes del estado (Al Hilal, Al Nassr, Al Hilal y Al Ahli). Gimnasios anticuados y vestuarios que no cuentan con todas las facilidades. Muchas están en obras tratando de actualizarse lo antes posible.
«Están invirtiendo en infraestructuras. Tienen tanto dinero que cuando necesitas algo te lo dan instantáneo. Pero es verdad que lo hacen todo a medida que van faltando cosas. No se puede cambiar todo de la noche a la mañana», comenta un jugador español allí.
La organización deja mucho que desear y los futbolistas lo sufren. Ponen como ejemplo la visita de uno de los grandes, el Al Ittihad, a un equipo de la zona media-baja de la tabla. El autobús estuvo dando vueltas alrededor del estadio durante varios minutos sin saber dónde aparcar, para terminar dejando a los jugadores fuera del estadio y obligándoles a acceder caminando desde la calle.
Los jugadores se aburren
Muchas de las estrellas, algunas llegadas hace semanas, siguen viviendo en un hotel. Ha habido quejas, entre otras cosas, de que sus familiares no han recibido todavía el visado para poder ir a verlos. Condenados a la soledad, la adrenalina por el dinero va bajando y es sustituida por el aburrimiento. Se pasan el día viendo la televisión y apenas salen a la calle. Su vida se resume en jugar al fútbol a horas a las que están muy poco acostumbrados por las altas temperaturas. Aprovechan cada parón de selecciones para volver a casa o, por lo menos, marcharse a Dubai o Doha, donde hay un ambiente más europeo y más alternativas para entretenerse. Sin ir más lejos, uno de los españoles ha aprovechado esta semana para volver a casa unos días. Por ello algunos toman la decisión de quedarse a vivir cerca del aeropuerto.Cristiano y Mané celebran un gol con el Al-Nassr. AFP
«Todos van a querer volver en seis meses», afirma un importante representante a Relevo que ha llevado a varios jugadores a Arabia este mercado. Uno de ellos le llegó a pedir regresar a las pocas semanas de su fichaje. A partir de febrero apenas disfrutarán de parones, por lo que se verán obligados a estar allí durante meses y jugando a más de 40 grados. Una situación que no están acostumbrados a vivir y que a muchos les hará replantearse su futuro.
Mientras tanto, el fondo soberano sigue invirtiendo. Se estima que destinen unos 17.000 millones de euros en hacer crecer su fútbol y tienen el objetivo de albergar el Mundial de 2034, una vez han retirado su candidatura para 2030. Una cantidad de dinero con la que acercarse a las mejores ligas del mundo, pero que deberá gestionarse con mucho rigor para salvar los fallos que se están cometiendo.
Fuente: relevo.com (8/9/23) pixabay.com