«Algunos ven a la empresa privada como si fuera un tigre depredador al que disparar. Otros lo consideran una vaca que pueden ordeñar. Solo unos pocos lo ven como realmente es: el caballo fuerte que tira del carro». Estas palabras de Winston Churchill resumen el sentir de muchos empresarios y grandes patrimonios en las últimas semanas, ante las declaraciones del pasado 29 de marzo de Pablo Iglesias.
El vicepresidente del Gobierno aseguró que «toda la riqueza del país» está subordinada «al interés general». Estas palabras —y que no haya habido una reacción fuerte del Ejecutivo en contra— han generado incertidumbre entre muchos clientes de banca privada. Estos han aumentado las consultas sobre qué hacer con su dinero y han vuelto a poner el foco sobre Luxemburgo, uno de los destinos preferidos del capital español. Es un país de la Unión Europea y aunque sus autoridades tributarias se han ganado fama de flexibles, no se considera formalmente un paraíso fiscal.
Varios banqueros privados y entidades consultadas consideran innecesario mover el dinero en este momento, salvo que se apueste claramente por dos escenarios: una salida de España del euro, con el consiguiente riesgo de redenominación de divisa; y una bolivarización de la economía española que llevara al Gobierno a requisar los ahorros de los españoles. Ambos escenarios son algo impensable para todas las fuentes consultadas.
«No me lo creo (el riesgo país/bancario), pues antes de que llegara ese escenario el BCE se encargaría de frenar los posibles desmanes de las autoridades españolas, podría dejar de comprar bonos españoles, se dispararía nuestra prima de riesgo y obligaría al Gobierno español a no hacer locuras que, finalmente, afectarían a toda la Eurozona. El ancla del Euro y del BCE son, a mi juicio, una garantía para la estabilidad del ahorro en España, especialmente en estos momentos de tensiones y estrés de mercado», señala Guillermo Santos, socio de iCapital.
Más goteo que estampida
Ninguna de las fuentes consultadas está recomendando activamente mover el dinero. Lo que sí reconocen es que se han acelerado tanto la apertura de cuentas como las consultas, en ocasiones de clientes empujados por intermediarios —bufetes de abogados— que les aconsejan diversificar al menos un tercio del patrimonio fuera de España. «Hay una parte de efecto placebo. Tener una cuenta en Luxemburgo permite a algunos grandes patrimonios dormir tranquilos», explica un banquero.
Las entidades consultadas señalan que por el momento está habiendo más un goteo que una estampida de apertura de cuentas en Luxemburgo y, en menor medida, Suiza, aunque reconoce que se ha acelerado desde el ‘tuit’ de Pablo Iglesias. Los únicos bancos con ficha bancaria en el Gran Ducado son Bankinter, Banca March y AndBank España. CaixaBank ha recibido luz verde a una ficha recientemente, pero su filial todavía no está operativa. La entidad explica que es para captar dinero de sus clientes que ya está fuera de España.
La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, señaló este jueves que no están «recibiendo peticiones de sacar el dinero a Luxemburgo, pero sí consultas sobre qué hacer con las posiciones inversoras ante la volatilidad del mercado».
Los costes de las cuentas en el extranjero son muy superiores, solo se aconseja a partir de medio o un millón
Entre lo que señala Dancausa y fuentes del mercado, todos coinciden en que de momento no se ha alcanzado el pico de fugas de capital que hubo en 2010, cuando se marcharon miles de millones por miedo a un rescate como el griego. «Varios clientes pasaron de tener un 80% de su patrimonio en España y un 20% en el extranjero a un 20% aquí y un 80% fuera, en cuestión de semanas», expone un banquero privado.
Uno de los frenos a tener una cuenta en Luxemburgo son los costes, cuatro veces superiores a los de España. La mayor parte de las entidades cobra por los depósitos en torno a un 0,5%, algo que aquí no ocurre. Y los de banca privada tienen que hacer frete a una comisión de custodia del 0,6% —de media— de su patrimonio anual, más 1.000 euros de mantenimiento. Fiscalmente no hay diferencias, ya que se tributa en el país de residencia. Por ello, es desaconsejable para clientes con menos de 500.000 euros o un millón. En el caso de los ‘unit linked’ —seguros ligados a inversiones— no son rentables por menos de dos millones y las sicav (sociedad de inversión de capital variable) por menos de diez millones.
«Abrir una cuenta en Luxemburgo es muy fastidioso y caro, no compensa ni llevando 1 millón de euros. Los clientes deben pensárselo dos veces. Por un miedo irracional van a abrir una cuenta en un banco a muchos kilómetros que luego se convertirá en otra necesidad de control para la gestión de su patrimonio y una traba adicional si quiere cambiarse de entidad», apunta Santos, de iCapital.
Frente a la alternativa de Luxemburgo, hay otras sobre la mesa como Suiza y Andorra, que está volviendo a ganar credibilidad entre clientes catalanes, tras la crisis de BPA. La plaza helvética es para mayores patrimonios que los del Gran Ducado, ya que los costes son mayores. Incluso la logística, puesto que el cliente tiene que ir a Ginebra o Zúrich para abrir la cuenta. Otro destino frecuente de las grandes fortunas es Portugal, por motivos fiscales.
A pesar de todo ello, las entidades consultadas transmiten que la situación es estable y de normalidad. No prevén una estampida, salvo que Iglesias vuelva a generar alarma.
Fuente: Elconfidencial.com (25/4/20) Pixabay.com