Bruselas quiere revolucionar el mercado europeo de pensiones personales con un nuevo producto sencillo, de costes y riesgos controlados y adaptado a las necesidades de las personas que a lo largo de su vida laboral vivan o trabajen en varios países de la Unión Europea.
La nueva etiqueta PEPP (Pan-European Personal Pension Product) identificará a esos planes de pensiones privados, que deberán ser autorizados por la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA) y podrán ser comercializados por bancos, aseguradoras, fondos o gestores de inversión.
El proyecto de Reglamento aprobado hoy por la Comisión Europea establece todas las condiciones que deberá cumplir un plan de pensiones para llevar una etiqueta que podría llegar a captar ahorros por valor de unos 700.000 millones de euros hasta 2030, según los estudios de impacto encargados por el organismo comunitario.
¿A quién irán destinados los planes?
La Comisión asegura que el PEPP será un producto de ahorro adecuado para todo tipo de perfiles, desde personas con empleo, desempleados o estudiantes. Bruselas añade que el nuevo plan «podría ser especialmente atractivo para los ciudadanos que se trasladan de un país a otro o para los autónomos que no estén cubiertos por un plan de pensiones estatal o de una empresa».
¿Qué ventajas tendrá?
La etiqueta PEPP exigirá al proveedor cumplir ciertas condiciones. En primer lugar, la garantía del capital. Y en segundo lugar, ofrecer al cliente cinco opciones de inversión basadas todas ellas en una cartera de bajo riesgo. El cliente podrá cambiar de opción de inversión una vez cada cinco abonando una comisión que no podrá superar el 1,5% del balance del plan.
¿Cómo me llevo el plan de un país a otro?
Los proveedores del PEPP deberán garantizar que se puede seguir aportando al plan cuando el titular se traslada a otro país. En los tres primeros años tras la entrada en vigor del Reglamento, el proveedor deberá informar al cliente a qué países puede trasladarse con el plan. A partir de los tres años, el traslado deberá ser posible a cualquier país de la Unión Europea.
¿Se puede cambiar de entidad?
El cliente podrá cambiar de proveedor una vez cada cinco años con unos costes limitados de antemano. La única condición es que el cambio sea para seguir con el PEPP en otra entidad y no para trasladar los ahorros a otro tipo de producto.
¿Cuándo estará disponible el PEPP en el mercado?
Todavía falta un poco. Tal vez en 2020 o 2021, como pronto. El proyeto de Reglamento inicia hoy la tramitación legislativa y necesita el visto bueno del Consejo de la UE y del Parlamento Europeo. Una vez aprobado, Bruselas calcula que las entidades financieras tardarán unos dos años en comercializar planes con etiquetas PEPP.
¿Dónde paga impuestos el plan?
El tipo de imposición dependerá del país en que el cliente haya hecho cada aportación.PEPP estará dividido en compartimentos nacionales, adaptados a las obligaciones fiscales de cada país. El cliente que se traslade podrá elegir entre empezar a contribuir en un nuevo compartimento y mantener el anterior, o trasladar todo al nuevo país, lo que podría obligarle a saldar cuentas con el fisco de su país de origen.
¿Qué trato fiscal recibirán?
La Comisión Europea ha aprobado hoy también una Recomendación en la que insta a los países de la UE a reconocer a los PEPP el trato fiscal más favorable que concedan a los planes de pensiones nacionales, incluso cuando el plan europeo no cumpla todos los requisitos para ciertas desgravaciones.
¿Quién supervisará la calidad y fiabilidad del producto?
La autorización y concesión de la etiqueta PEPP dependerá de la EIOPA, que podrá retirarla si comprueba que el proveedor deja de cumplir todos los requisitos. Las autoridades nacionales vigilarán a los proveedores presentes en cada país.
¿Por qué le interesa a la Comisión Europea promover los planes de pensiones?
La CE se dice inquieta por la evolución demográfica del continente (que en los próximos 50 años podría reducir la proporción de trabajadores y pensionistas hasta dos a uno frene al cuatro a uno actual) y por el escaso número de europeos que completan sus futuras pensiones con un plan privado. Bruselas señala que en la actualidad solo el 27% de las personas entre 25 y 59 años han suscrito un plan complementario. Bruselas, además, quiere movilizar el ahorro para aumentar las fuentes de financiación de la economía europea, en particular, de las inversiones a largo plazo.
¿Estarán dispuestas las entidades financieras a ofrecer el PEPP?
Bruselas confía en que sí, porque bancos, aseguradoras o fondos podrían lograr un mercado paneuropeo, por encima de las barreras nacionales, lo que les permitiría agrupar activos, lograr economías de escala y captar un mayor número de clientes con una oferta previsiblemente más barata. Los estudios encargados por la CE antes de lanzar su propuesta indican que los activos de los planes personales de pensiones ascienden en la actualidad a 700.000 millones de euros y con el PEPP podrían triplicarse antes de 2030 y alcanzar los 2,1 billones de euros. Sin el plan europeo, los activos se doblarán y se quedarán en 1,4 billones, según el mismo estudio.
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