Después de 11 años de peleas, de tirar para un lado u otro, los médicos y los enfermeros han llegado a un acuerdo que ellos califican de «histórico». Los profesionales de enfermería podrán prescribir medicamentos. En algunas ocasiones, sin que siquiera haya un diagnóstico médico previo. «Es una fórmula que convence a todos porque no tenía sentido que se sobrecargasen las consultas con cosas que se podían resolver sin la intervención del doctor», resume José Luis Cobos, uno de los muñidores del documento que hoy se presenta al Consejo Interterritorial y en aproximadamente cinco meses estará publicado en el BOE y en vigor.
La rúbrica se alcanzó el pasado 24 de octubre por consenso entre las asociaciones de enfermería y el Foro de la Profesión Médica (un órgano colegiado que en última instancia depende del Ministerio de Sanidad), en presencia de la ministra Dolors Montserrat. Los desacuerdos habían creado inseguridad jurídica y muchos cambios en las legislaciones autonómicas, dando lugar a un estado de confusión. Con el documento aprobado, queda claro qué cosas pueden y cuáles no pueden prescribir los enfermeros.
Medicamentos que no requieren un diagnóstico previo: vacunas, insulinas, material de cura de heridas, oxitocina, calmantes, etc…
Una de esas cosas, de las más importantes, son las vacunas, aunque el acuerdo no entrará en vigor antes de la campaña de la gripe de este 2017. A partir de ahora, los auxiliares podrán vacunar sin intervención de los médicos, aunque lo cierto es que hasta ahora las comunidades autónomas hacían la vista gorda e interpretaban la norma vigente de manera muy laxa. También en otros casos, «todo siempre sujeto a un protocolo». La situación legal que se va a aprobar habilita a los enfermeros a prescribir productos sanitarios y medicamentos sin receta médica. «No es lo mismo que te automediques tú a que te lo diga un profesional», apostillan desde el Consejo General de Enfermería. Podrán hacerlo de manera «autónoma y libre atendiendo a criterios profesionales».
También podrán tomar decisiones con respecto a medicamentos que no requieren un diagnóstico previo por tratarse de actuaciones que les son propias a estos profesionales: vacunas, insulinas, material de cura de heridas, oxitocina, calmantes, etc. En estos casos, deben ajustarse a los protocolos que previamente se hayan establecido. «Al poder hacer las cosas con más autonomía, se gana en agilidad y en eficiencia. Es mucho mejor para todos, incluidos los médicos, que no tiene sentido que se saturen con estas cosas», puntualiza Cobos.
Acuerdo «histórico»
También podrán prescribir medicamentos de tratamientos que previamente han pasado por un diagnóstico y una prescripción de los médicos. Los enfermeros harán el seguimiento y cuidado de los enfermos, pudiendo prescribir los fármacos necesarios, pero siempre sujetos a los protocolos que previamente se habrán acordado para cada caso y circunstancia con los profesionales y las autoridades.
El acuerdo, que la propia ministra ha calificado de «histórico», beneficia «de manera principal a los pacientes y al propio sistema porque repercute muy positivamente sobre la manera de colaborar en el trabajo de las dos grandes profesiones sanitarias», subraya Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de la Enfermería y uno de los firmantes del documento. «Introduce unas bases muy buenas para fomentar el trabajo colaborativo entre todos con respecto al manejo e indicación de fármacos de prescripción médica a los pacientes».
Un paso muy importante para solucionar una situación que perjudica a los profesionales de la enfermería y a los ciudadanos
Otro punto al que se llegó en el compromiso firmado y que había generado mucha polémica previa es el de la formación que se exige a los enfermeros para poder prescribir. A partir de ahora, todos ellos podrán hacerlo porque se equiparan las titulaciones de los graduados con las de los diplomados. Este era uno de los grandes puntos de fricción con respecto a la anterior normativa, que data de 2015, y con la que nunca han estado satisfechos los actores implicados en la negociación.
Por su parte, el presidente del Sindicato de Enfermería (Satse), Manuel Cascos, considera que «se trata de un paso muy importante y necesario para solucionar una situación que viene perjudicando a los profesionales de la enfermería y a los ciudadanos desde hace dos años». Se prevé que el nuevo decreto entre definitivamente en vigor en unos cinco meses. Mientras tanto, se ha hecho llegar una circular a los profesionales para que no modifiquen su comportamiento profesional para no quedar en indefensión jurídica.
Despejar dudas
Serafín Romero, presidente de la Organización Médica Colegial, estima que el acuerdo «viene a dar solución a un conflicto que se generó en su momento por diferentes interpretaciones de la norma vigente. Las modificaciones introducidas despejan dudas y aportan claridad a algunos de los interrogantes y discusiones que ha suscitado esta norma y, lo más importante, dan seguridad a los ciudadanos en el Sistema Nacional de Salud y se recupera la necesaria colaboración entre enfermeros y médicos».
Fuente: Elconfidencial.com (8/11/17) Pixabay.com
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