Se acaba el período primaveral y comienza el período estival. El verano es la estación que, entre otras cosas, marca el comienzo del calor, de las playas llenas, de las vacaciones o del fin del colegio para muchos niños. Pero también es el comienzo de las rebajas de verano.
Todo amante de la moda tiene, durante esta época del año – y también, justo después de la Navidad -, una cita más que obligada con las tienda de ropa y centros comerciales. Los descuentos pueden llegar a ser del 80% en algunos casos, por lo que la oportunidad para ahorrar en un bien tan básico como la ropa es inmejorable. Pero, ¿por qué las empresas deciden rebajar sus productos en estas épocas?
Hemos asumido las rebajas como algo habitual en España y como un fenómeno que se presenta al menos dos veces cada año como una oportunidad inmejorable para ahorrar. Nosotros, como consumidores, nos beneficiamos de ello y, aunque el gasto ha disminuido en un 33% desde que comenzó la crisis, los españoles nos aprovechamos de los descuentos en los establecimientos textiles.
Pero toda historia tiene un inicio, y la historia de las rebajas y de los descuentos se remonta a las decisiones de varios empresarios estadounidenses de los años 30 del Siglo pasado, que decidieron rebajar sus productos con el objetivo de gestionar su empresa de una forma mucho más eficiente.
Liquidando stocks: el más beneficiado, el consumidor
Por lo general, es muy complicado que una empresa pueda prever cuál va a ser la demanda de un determinado producto, máxime si no tiene información histórica sobre ella o bien las circunstancias y los gustos y preferencias de los consumidores han cambiado. Por esto, tienen que estimar de una manera aproximada cuál será la demanda para un período de tiempo determinado y producir los bienes que va a comercializar de la forma más precisa posible.
Los problemas vienen cuando la estimación no es del todo correcta. En este caso, puede ocurrir que:
- O bien, que la producción haya sido inferior a la demanda, en cuyo caso el empresario pierde dinero por vender una cantidad menor a lo que podría haber vendido en caso de disponer de stock suficiente.
- O bien, que la producción haya sido superior a la demanda, en cuyo caso el empresario conseguirá colocar toda su producción, quedando una cantidad determinada de stock sin vender.
En caso de ocurrir el segundo escenario, el empresario puede optar por mantener el stock al mismo precio hasta que se venda todo el género, o bien puede optar por liquidarlo lo antes posible fijando un precio menor. En muchos casos, sobre todo si el almacenamiento de ese stock tiene un coste asociado, ésta segunda será la mejor opción posible.
Y esta fue, precisamente, la conclusión a la que llegó el empresario norteamericano. Salía más a cuenta liquidar el excedente frente a conservarlo. No tenía sentido asumir un coste cuando los consumidores demandaban ese tipo de artículos a un precio más rebajado. El margen era menor, sí, pero al menos se podía dar salida a los excedentes.
La moda que pasa de moda
La ropa es, precisamente, uno de los productos que más susceptibles son de aplicación de descuentos comerciales. Al fin y al cabo, la moda no es un negocio en el que se pueda conservar mucho stock ya que, valga la redundancia, la ropa pasa de moda y lo que se lleva esta temporada puede no ser lo mismo que lo que se lleva la temporada siguiente.
Sin embargo, a día de hoy, las rebajas textiles son casi de obligado cumplimiento para todos los establecimientos, a no ser que quieran quedarse con su género y no atraer clientes. La tradición ha hecho que las rebajas se hayan convertido en un auténtico fenómeno de masas en España, y ya casi nadie concibe una tienda de ropa que no aplique una suculenta rebaja a sus productos en alguna época del año.
En todo caso, a quien más benefician las rebajas y los descuentos en la ropa es a los consumidores. Desde aquí os animamos a que salgáis a ver qué chollos encontráis y también a que aprovechéis para ahorrar en las rebajas. ¡Que tengáis buena “pesca” en las tiendas!
Fuente: ennaranja.com (17/6/13) gestoria tarragona
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