Las japonesas luchan contra las empresas que les prohíben llevar gafas en el trabajo

Llevar gafas al trabajo se ha convertido en un problema para una gran parte de mujeres en Japón. Es, de hecho, la lucha más reciente del creciente feminismo en el país, que enfrenta el estricto código de vestimenta que se impone a las trabajadoras. Pero solo a ellas, porque los hombres sí pueden llevar gafas, según la medida de muchas empresas del país.

La razón para este veto es meramente estética. Si las trabajadoras llevan gafas, no podrá verse su maquillaje, que es otro de los requerimientos comunes que las empresas suelen imponer a las mujeres. El objetivo es aspirar al «Yamato Nadeshiko», término japonés que hace referencia a la mujer ideal.

Un par de gafas que cubran parte de su rostro resulta, en opinión de muchas compañías, menos femenino, dan una imagen fría e incluso grosera o no pega con el traje tradicional del país. Así que las empresas piden a sus trabajadoras llevar lentillas.

Medios locales como Nipon TV y la edición japonesa de Business Insider han tratado este asunto en los últimos días y han provocado que etiquetas como #GlassesBan y su equivalente en japonés #メガネ禁止 se hayan popularizado en las redes sociales del país. También medios internacionales como The Guardian y BBC han tratado el asunto en los días posteriores.

Mientras que algunas mujeres japonesas recuerdan en Twitter casos de trabajadoras que han tenido que llevar lentillas en el trabajo a pesar de tener conjuntivitis, desde otras partes del mundo también han surgido mensajes de protesta contra esta medida. Entre los tuits de apoyo se encuentra el de la cantante y activista Cyndi Lauper.

Antes fue el tacón en los zapatos

Como alguno de estos mensajes recuerda, las gafas y el maquillaje no son los únicos puntos de conflicto con respecto al código de vestimenta de las trabajadoras japonesas. Este verano, la imposición de lucir zapatos de tacón disparó el movimiento #KuToo, impulsado por la actriz, modelo y escritora Yumi Ishikawa.

El nombre de esta campaña feminista incluye un triple sentido. Además de hacer referencia al movimiento #MeToo, también impulsado en 2018 por mujeres del mundo del espectáculo en Estados Unidos, funciona como juego de palabras con los términos «kutsu» (zapatos) y «kutsuu» (dolor).

«Durante mucho tiempo, pensé que sentir dolor por mis tacones era en cierto modo mi culpa; por no encontrar el par de zapatos adecuado o no invertir más dinero en ello. Me decía que mis pies no tenían la forma adecuada», explicaba Ishikawa en agosto al diario Japan Times.

Aunque Ishikawa hizo llegar su reclamación al Gobierno japonés, no encontró una respuesta positiva por parte del Ejecutivo del país. El ministro de Salud y Trabajo, Takumi Nemoto, explicó en junio durante una intervención pública que, en su opinión, el pedir a las mujeres llevar tacones en el trabajo es algo «socialmente aceptado que cae dentro de lo necesario y apropiado en un entorno laboral».

Fuente: Elpais.com (11/11/19) Pixabay.com

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