Los ajustes fiscales aprobados en los dos últimos años alcanzan los 120.000 millones de euros, una cifra inabarcable pero que se traduce en 8.500 euros por hogar. Solo las subidas impositivas alcanzan los 2.000 euros por familia y año respecto a 2009.
La historia económica reciente de España puede resumirse en dos comparecencias parlamentarias de los dos últimos presidentes del Gobierno: Mariano Rajoy, este miércoles, y José Luis Rodríguez Zapatero, en mayo de 2010. Esas intervenciones supusieron sendas renuncias a buena parte de su capital político a cambio de salvar al país de la debacle. En estos dos últimos años, la política económica ha oscilado alrededor de un único término: el ajuste fiscal.
El objetivo de los históricos recortes aprobados en estos dos ejercicios ha sido reducir el déficit y recuperar la confianza de los mercados. De momento, el desequilibrio presupuestario sigue lejos de embridarse, y la evolución de la p rima de riesgo, triplicada desde mayo de 2010, demuestra un éxito más bien limitado. Pero más allá de las consideraciones de eficacia marcroeconómica está la repercusión de los ajustes en la vida diaria de los ciudadanos.
Giro copernicano
Después de dos años de políticas expansivas, el Gobierno socialista aprobó en los Presupuestos de 2010 suprimir la deducción general de 400 euros en el IRPF, elevar el IVA entre uno y dos puntos (tipo reducido y general, respectivamente) y aumentar la tributación de las rentas del ahorro. En total, 11.650 millones de euros. A eso se unió, tras las decisivas jornadas de mayo, la congelación de las pensiones, la rebaja salarial a los funcionarios y la supresión del cheque bebé, sumando un ajuste de gasto de 15.000 millones.
Tras todos esos esfuerzos, el déficit público cerró el año pasado en el 8,9%, casi 30.000 millones de euros por encima de lo comprometido con la Comisión Europea. La inmolación política de Zapatero dio paso a una arrolladora mayoría absoluta de Mariano Rajoy, quien, nada más llegar a la Moncloa, aprobó un recorte de gasto en los ministerios de 8.900 millones de euros, y un histórico aumento del IRPF y el IBI para recaudar 7.521 millones más.
Poco después, llegó el turno a dos de los pilares del Estado del Bienestar que parecían intocables: la educación y la sanidad, que sufrieron recortes de otros 10.000 millones. En total, añadiendo retoques sobre el tabaco y las deducciones empresariales, el ajuste acumulado del Gobierno Rajoy hasta esta semana sumaba 30.264 millones.
El ajuste definitivo
El mayor recorte de la Democracia todavía estaba por llegar: se conoció este miércoles, con la subida del IVA entre dos y tres puntos, la supresión de una paga a los funcionarios y el recorte de la prestación por desempleo como medidas estrella. Total: 65.000 millones, más que la suma de todos los recortes de los dos años anteriores.
El agregado de los ajustes alcanza los 120.000 millones de euros, y su impacto sobre los hogares no es menor: si se divide esa cifra entre los 14 millones de familias, cada una de ellas ha tenido que asumir 8.571 euros entre recortes y subidas tributarias.
Las cifras tampoco son desdeñables si se considera únicamente la mayor presión tributaria. Desde 2010, las dos subidas del IVA (9.000 millones, solo la de esta semana), el alza de tipos del IRPF, la supresión de la deducción de 400 euros, el incremento del IBI y otros impuestos suman una presión fiscal adicional de 28.171 millones de euros: 2.012 por hogar y 626 por persona y año. En resumen: dejando de lado la intensa batería de recortes del gasto público, cada familia española pagará el próximo año 2.000 euros largos más que en 2009.
Fuente: Cincodias.com (13/7/12)
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