Las empresas empiezan pagar (un 0,10%) por dejar su dinero en el banco

El mundo al revés, como lo han denominado muchos economistas, comienza a ser una realidad. O lo que es lo mismo, pagar al banco, aunque sea poco, por la custodia de un depósito a plazo.

Esto es lo que ya sucede desde el mes de enero de este año, como ha revelado por primera vez el Banco de España, que en su reciente boletín estadístico muestra que el tipo de interés medio ponderado en las nuevas operaciones a plazo de menos de un año se situó en julio en el -0,10%.

Este interés negativo fue en junio, incluso, más bajo, del 0,19%, aunque lo más relevante es que no se trata de dos datos puntuales, sino que, desde principios de año, las empresas han tenido que pagar a los bancos por colocar su dinero en plazos inferiores a un año. De continuar con la actual tendencia, es muy probable que muy pronto también tengan que pagar por depósitos con plazo de vencimiento superior a un año, y que hoy se colocan de media en el 0,03%. Es decir, con rentabilidad prácticamente nula.

Aunque el tipo de interés negativo aplicado por la banca a las empresas pueda parecer pequeño, hay que tener en cuenta que los depósitos totales alcanzan los 222.641 millones, de los que algo más de 11.175 millones son a plazo, y, por lo tanto, sujetos a penalización, tal y como hace el propio BCE con las entidades financieras, a quienes cobra —la llamada facilidad de depósito— un 0,4% (este jueves se anunció que será del -0,5%) por colocar sus excedentes en el Banco Central Europeo.

La estrategia de los bancos con las empresas, por ahora, no se ha trasladado a los depósitos de particulares, ni a la vista ni a plazo, pero ya la rentabilidad es irrelevante. En concreto, en julio se situó en un 0,04% para plazos inferiores a un año. Es decir, muy por debajo, incluso, de lo que están creciendo los precios en términos anuales (un 0,3% en el indicador adelantado de agosto), que ha marcado un mínimo desde 2016.

Hacer negocio

La posibilidad de cobrar a los particulares por dejar su dinero en el banco no está descartada, pero hoy por hoy se considera improbable. Entre otras cosas, por el coste reputacional que tendría para un banco ser el primero en cobrar a las familias por prestarle, precisamente, la misma liquidez con la que la propia entidad financiera hace negocio. Otra cosa son las empresas, cuya relación con los bancos es puramente comercial. Ahora bien, en la medida en que los tipos de interés sean más negativos, el margen de intermediación de la banca (su verdadero negocio) se resiente, y eso podría espolear a las entidades a tomar decisiones que hoy se consideran improbables.El inquietante mundo de los tipos de interés negativosVÍCTOR ALVARGONZÁLEZUn buen piloto jamás deja de mirar al horizonte: vigila datos, indicadores y se plantea posibles escenarios. Y se hace todo tipo de preguntas, especialmente las que no se hace el consenso

La nula rentabilidad de los depósitos a plazo es lo que explica su desplome. En el caso de las familias, su cuantía se ha reducido desde 2014 a prácticamente la mitad (desde casi 324.000 millones de euros se ha pasado a poco más de 154.000 millones en 2018), mientras que, en el caso de las empresas, se ha desplomado hasta representar menos de la cuarta parte de la cantidad que tenían en 2014.

Esto es, en realidad, lo que buscaba el BCE con su política monetaria ultra expansiva, utilizando, además, medidas no convencionales, y en verdad lo ha conseguido, aunque solo parcialmente, ya que se ha producido un desplazamiento de depósitos a plazo a depósitos a la vista, cuya rentabilidad es nula.

Lo que pretende el BCE es que el dinero depositado en el banco salga a trabajar en forma de consumo e inversión para estimular la economía. Algo que, por el momento, no ha logrado, como revelan las tasas de crecimiento del PIB, afectadas, igualmente, por las guerras comerciales y tecnológicas, además de la incertidumbre que genera el Brexit.

Depósitos a la vista

De hecho, como recuerda el último boletín de coyuntura financiera de Bankia Research, los depósitos minoristas (en total, 1,08 billones sumando los que están a la vista y a plazo) han acelerado en julio su avance anual hasta el 5,8%, lo que significa que los agentes económicos siguen dejando su dinero en el banco, aunque no obtengan rentabilidad alguna. Por sectores, el ritmo de crecimiento de los depósitos de hogares se mantiene en el 5,8%, mientras que en empresas aumenta hasta el 5,7%. Por instrumentos, crecen los depósitos a la vista, 10,5%, mientras que, en paralelo, continúa el ajuste en los que tienen un horizonte temporal, hasta el -13%.Los inversores se atrincheran: prevén tipos negativos del BCE a comienzos de 2020CARLA RAFFINEl 53,7% de los futuros recogidos por Bloomberg apunta a una bajada de los tipos de interés para la reunión de marzo, con algunos de ellos descontando que incluso alcancen el -0,2%

Es decir, se está produciendo un desplazamiento, pero en ningún caso se ha pinchado la ‘burbuja’ de los depósitos. Las mayores incertidumbres económicas generadas por la ralentización de la actividad económica pueden explicarlo en parte, pero también cuestiones más estructurales como el envejecimiento, que hace que el comportamiento de los agentes económicos cambie con la edad.

El presidente de la patronal bancaria, José María Roldán, llegó a calificar recientemente como un “contradiós” la estrategia de los tipos de interés negativos, que ya existen en algunos países europeos como Suiza, Dinamarca o Suecia, además de Japón.El giro del BCE a los tipos negativos mete presión a Liberbank, Unicaja e IbercajaÓSCAR GIMÉNEZEl banco central planea nuevos estímulos, retomando la compra de activos o con recortes de tipos, lo que penalizaría a la banca, especialmente a las entidades menos diversificadas

La estrategia del BCE cuenta ya con su propio marco teórico, y, más recientemente, ha sido descrita en un trabajo por los economistas Johannes Bubeck (Bundesbank), Angela Maddaloni (BCE) y José Luis Peydró (Universidad Pompeu Fabra), que han acreditado que la introducción de tipos de interés negativos en la política monetaria del banco central «induce a la toma de riesgos en la cartera de valores de los grandes bancos sistémicos de la zona del euro».

Es decir, que provoca estrategias de inversión más agresivas con el objetivo de que la transmisión de la política monetaria —las cañerías por las que circula el dinero— sea más eficaz. Más crédito y menos depósitos suponen mayor actividad económica, pero la contraparte son factores como el miedo a la crisis o el envejecimiento, que provocan un comportamiento más conservador por parte de los agentes económicos.

Fuente: Elconfidencial.com(13/9/19) Pixabay.com

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