Los nacionales de Rumanía ya no necesitarán un permiso para ser empleados en España. La medida europea también afecta a los ciudadanos búlgaros.
La Unión Europea ha levantado este miércoles, 1 de enero de 2014, las restricciones a los movimientos de trabajadores de Bulgaria y Rumanía, una decisión que el comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, László Andor, confía en que ayude a reducir el desempleo en el bloque comunitario, donde estima que existen dos millones de empleos no cubiertos. En España, los trabajadores necesitaban contar con un permiso de trabajo para emplearse por cuenta ajena.
«Facilitar el libre movimiento (de trabajadores) puede tener un papel a la hora de afrontar el desempleo y contribuir a reducir las disparidades entre los diferentes países de la Unión Europea», ha asegurado Andor, en un comunicado. «Estimamos que hay en la actualidad unos dos millones de vacantes sin cubrir en la UE», ha apostillado.
Desde este miércoles, los trabajadores búlgaros y rumanos pueden ejercer su derecho al trabajo en todos los países de la Unión Europea sin necesidad de contar con un permiso laboral. Los trabajadores de estos dos países ya podían trabajar sin restricciones en 19 países que no les pedían trámites adicionales y han podido viajar y residir en cualquier de los países de la Unión Europea desde que sus naciones se incorporaron al bloque comunitario en 2007.
La Comisión Europea estima que en la actualidad hay unos tres millones de personas de Bulgaria y Rumanía que están viviendo en otros países miembro de la Unión y considera «improbable» que se registre un «incremento destacable» por el fin de las restricciones de movimientos de los trabajadores búlgaros y rumanos.
«El libre movimiento de personas ha sido uno de los puntos clave de la integración de la UE y de su mercado único. Este derecho es uno de los más apreciados por los europeos, con más de catorce millones de personas estudiando, trabajando o retirándose en otro país miembro. De hecho, la libertad de movimientos es el derecho que las personas asocian más estrechamente con la ciudadanía de la UE», ha afirmado el comisario de Empleo.
«Fácil objetivo» de las críticas
Tras admitir que el fin de las restricciones a los trabajadores búlgaros y rumanos llega «en un momento de alto nivel de desempleo y de recortes presupuestarios en muchos países europeos», Andor ha advertido de que en los malos momentos los ciudadanos de la UE que ejercen su derecho a la movilidad son «demasiado a menudo» un «fácil objetivo» porque se les presenta como las personas que quitan los trabajos a los residentes locales o como «quienes abusan de los sistemas de beneficios sociales».
En este sentido, ha subrayado que diversos estudios han demostrado los «beneficios» de la libre movilidad de trabajadores para las economías que los acogen. «Los trabajadores móvilizados complementan al país anfitrión ayudándole a cubrir vacíos y escaseces laborales. En otras palabras, no quitan trabajos a los trabajadores locales», ha asegurado el comisario.
Andor ha admitido que puede haber «problemas locales» por la movilidad de los trabajadores de otros países de la UE «en una ciudad o región concreta» pero la «solución» es afrontar estos problemas «no levantar barreras contra estos trabajadores». En este sentido, ha recordado que todos los países de la UE pueden recurrir al Fondo Social Europeo para afrontar estos problemas locales relacionados con la inclusión social y la lucha contra la pobreza.
Fuente: Elpais.com (1/1/14)
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