Alemania abre el debate de reducir los días de trabajo en la semana laboral para proteger el empleo. El mayor sindicato del país, el Gobierno de Merkel y parte de la oposición coinciden en la idea de recortar los días de trabajo a cuatro jornadas. Pese a la sensación de consenso, existen dudas sobre su aplicación y su repercusión en los salarios.
Las viejas ideas de Keynes siempre resucitan en los momentos difíciles. El economista británico, a principios del siglo XX, pronóstico una reducción drásticas de las horas de trabajo gracias a la revolución industrial. El mayor sindicato de Alemania, IG Metall, ha desempolvado la idea para la dura travesía del desierto que le espera al sector industrial, agravada por la crisis del coronavirus. La organización, que representa a 2,3 millones de trabajadores en el sector metalúrgico y eléctrico, ha propuesto la implementación de la semana laboral de cuatro días de carácter generalizado en la industria para proteger el empleo y liberar al Estado del gasto que supone las ayudas directas para mantener los puestos de trabajo.
La medida se traduciría en una semana de 28 horas de trabajo. El mismo sindicato en la década de los noventa ya consiguió recortarlas a 35 horas, en lugar de 40 horas. El ministro de Trabajo del Gobierno de Merkel se ha mostrado receptivo a la demanda. «La reducción de la jornada laboral puede ser una medida adecuada si los interlocutores sociales están de acuerdo», ha dicho el político de los socialistas germanos que gobiernan en coalición con la CDU de Merkel. La aceptación de la propuesta no supone un giro en la políticas laborales del Gobierno. Siempre está abierto a que la negociación colectiva encuentre fórmulas creativas para solucionar los problemas del mercado de trabajo alemán.
Trabajar cuatro días por semana, una medida difícil en España
Las reducción de horas de trabajo ha sido una salida ya tradicional en Alemania para evitar despidos traumáticos en crisis pasadas. De hecho, actualmente tiene a pleno rendimiento los Kurzarbeit, una modalidad de jornada reducida en la que el Estado paga temporalmente hasta dos tercios del salario para impedir que la crisis lleve a despidos masivos, a la que se han acogido compañías como Volkswagen, Bosch, Adidas, ThyssenKrupp, Daimler, Tui y Lufthansa.
La propuesta de IG Metall pide extender esta ayuda estatal hasta 24 meses, en lugar de los 21 meses actuales. Bajo este sistema se encuentran acogidos 5,6 millones de trabajadores. Pero también demanda dar un paso más allá e implementar la jornada semanal de 28 horas de manera generalizada en sector industrial. Algunos empleados se pueden acoger a ella en circunstancias especiales para atender a familiares. Pero ahora quieren que se convierta en la herramienta esencial para la reestructuración que afronta el sector industrial y que empezó a dar problemas antes del Covid-19.
Joerg Hofmann, presidente del sindicato, dijo al diario Sueddeutsche Zeitung, «la semana de cuatro días sería una respuesta a los cambios estructurales en sectores como la industria automotriz. Eso permitiría salvar empleos en la industria en lugar de ser cancelados». La electrificación del sector del automóvil ha puesto en jaque a la joya de la corona alemana, pero el resto de la poderosa industria alemana ya arrastra problemas estructurales desde hace varios años, con una sobrecapacidad que quedó en evidencia en plena guerra comercial.
La propuesta del sindicato incluye un complemento salarial a la reducción de horas de trabajo, lo que se traduce en un recorte de salarios, aunque no sea proporcional. En esta parte de la ecuación entraría el papel del Estado, pero a cambio se conservaría el empleo y las empresas no afrontarían el enorme coste de futuros despidos. De esta manera, el sindicato ha anunciado su medida estrella para afrontar en los próximos meses la negociación de los distintos convenios colectivos.
Uno de los problemas que afronta Alemania es que sus conglomerados industriales y las famosas empresas medianas, Mittelstand, que sostienen el tejido productivo se han quedado obsoletas ante el reto de la revolución digital. La propuesta del IG Metall ha coincidido con la iniciativa del partido de la oposición Die Linke para que las 30 horas de trabajo sean generalizadas en todo el país. La formación izquierdista de Alemania defiende la idea para afrontar la digitalización del país. Desde su punto de vista ideológico, quieren que el trabajo se reparta de la manera más equitativa posible ante la automatización de la economía.
El debate de la reducción de la jornada no es exclusivo de Alemania. Hace poco se armó un enorme revuelo con una iniciativa parecida en Finlandia, que supuestamente defendía el nuevo gobierno. En España, Más País lo llevó en su programa electoral y la Comunidad Valenciana se ha marcado el objetivo de fomentar la semana de cuatro días laborales en la empresa privada .
Fuente: Eleconomista.es (20/8/20) Pixabay.com