Puede que los países y las instituciones europeas nieguen cualquier posibilidad de ruptura del euro, pero ya hay analistas que han comenzado a cuantificar los daños de ese escenario para las naciones involucradas. Fitch es uno de ellas. Ni España ni la peseta (o el euro español) saldrían bien paradas.
Cuando Grecia fue intervenida, la posibilidad de que abandonara el euro era un tema tabú. Tal hipótesis no se preveía en los tratados, así que, sencillamente, estaba descartada. Dos años y muchos miles de millones después, una salida de Atenas de la moneda única empieza a ser un escenario común en los informes.
De ahí a la ruptura del euro solo hay un paso. Si se puede especular con la salida de Grecia, ¿por qué no con la desintegración del proyecto europeo común? Fitch lo ha hecho y ha puesto cifras a sus hipótesis. España, por supuesto, está en la lista y sus cuentas no son las mejores.
De hecho, la agencia de calificación de riesgos considera que Grecia, Portugal, Italia y España son los países que más sobrevalorados tienen sus tipos de cambio reales, lo que les convierte en los principales perdedores en un escenario de desintegración del euro y resurrección de sus antiguas monedas. El dracma, el escudo, la lira y la peseta vivirían malos tiempos en su nueva existencia.
En territorio nacional, la peseta perdería un tercio de su valor con respecto al marco (a falta de euros, la moneda alemana, tuviera el nombre que tuviera, sería la nueva referencia ultraperfecta). Si antes 83 pesetas hacían un marco alemán, ahora se necesitarían 124.
La misma proporción caerían las nuevas monedas de Italia, Eslovenia e Irlanda. Chipre lo pasaría peor, al igual que Portugal, cuya divisa perdería un 47% de su valor, y Grecia, que se iría a la mitad.
¿Cómo llega Fitch a estas conclusiones? La agencia parte de un análisis del historial de inflación de cada país del euro y del diferencial con respecto a Alemania. A eso une un poco de tipo de cambio real y obtiene la sobrevaloración de cada moneda con respecto al marco según sus fundamentales. Pero Fitch va más allá. «La experiencia de las crisis de los países emergentes y de Islandia sugiere que la devaluación de los tipos de cambio puede ser sustancialmente mayor» de la que indican esos fundamentales, dice su informe, así que aplica factores de corrección.
Puesto que una salida del euro puede dar lugar a riesgos de impago en la deuda soberana, colapsos bancarios o crisis políticas, todo ello debe computar en la expectativa de devaluación y ser reflejado en las hipótesis. El tercio de valor que perdería la nueva divisa española incluye todas esas posibilidades en la proporción que Fitch considera más plausible.
Eso sí, las cifras de la agencia de calificación son solo un ejercicio. «La desaparición del euro sigue siendo altamente improbable, debido a los gigantescos costes políticos y económicos de esta posibilidades y al fuerte compromiso político hacia la unión económica y monetaria», intenta tranquilizar el informe. Pero, por si acaso, Fitch ya ha echado sus cuentas.
Fuente: Cincodías.com (31/5/12)
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