Detalle de varias monedas de euro. / EFE
Pero la estadística oficial ofrece otro dato relevante: el importe de las nuevas operaciones en agosto en crédito hipotecario, al consumo y para otros fines, asciende a 3.760 millones, es el más bajo desde enero de 2003, cuando arrancan las estadísticas.
Aunque agosto es un mes tradicionalmente flojo en créditos, el de 2012 está muy por debajo del de años anteriores. Las cifras actuales son realmente pequeñas: se concedieron 1.718 millones en créditos a la vivienda (la cifra más baja de la serie), 978 millones en consumo y 1.064 millones para otros fines.
Esta sequía se refleja también cuando se calcula el dato anualizado, es decir, de septiembre de 2011 a agosto de 2012, comparado con los 12 meses precedentes. En el último año se han concedido créditos por 65.622 millones (la cifra más baja desde 2003, primer año con datos disponibles) y un 25% menor que el año anterior.
El 60% de la morosidad empresarial está vinculada al ladrillo, según el Banco de España
Para tener una idea de cómo se ha cerrado el grifo, es bueno apuntar que el año récord en la concesión de crédito fue 2006, en la recta final de la burbuja. Ese ejercicio la banca concedió 289.857 millones, más del cuádruple de préstamos que en los últimos 12 meses. Esta es una referencia clara de lo que ha sido la inundación y ahora la sequía.
Esta situación se debe a dos factores: la menor demanda y la escasa capacidad de prestar que tienen los bancos españoles. Los mercados siguen cerrados para la mayoría de las entidades y solo los 370.000 millones que reciben del Banco Central Europeo permiten atender a los vencimientos.
Esta situación es muy negativa para la economía, pero también para el sector porque si no presta, no genera márgenes. A la vez, se está encareciendo el pasivo, pues se paga hasta el 4% por los depósitos, que en agosto frenaron ligeramente el ritmo de caída de meses anteriores.
Y, para tensar más la situación, las provisiones suben porque la morosidad no deja de crecer. La escalada de la morosidad en la banca conquistó otra cumbre en agosto, al situarse en el 10,5% de los créditos del sistema financiero (bancos, cajas de ahorros, cooperativas y establecimientos financieros de crédito). El récord alcanzado en la anterior crisis económica (9,15% en febrero de 1994), superado ya en junio, va quedando cada vez más lejos. El listón del 10% se superó por primera vez en julio, según los datos revisados de ese mes.
La decisión de los bancos de clasificar como créditos dudosos una porción creciente de sus préstamos es una tendencia desde el arranque de esta crisis, muy determinada por el derrumbe inmobiliario: según los datos del Banco de España, un 60% de toda la morosidad empresarial se concentra en actividades relacionadas con el ladrillo. Pero la reclasificación de préstamos en dudosos ha ganado en intensidad desde junio.
En este histórico repunte pesa el aumento del paro, una variable que anticipa subidas de la morosidad. Pero sobre todo, la crisis del sector inmobiliario y una mayor exigencia en la clasificación como dudosos de créditos. Todo apunta a que el aumento de la morosidad seguirá a buen ritmo en otoño, ya que esos dos factores siguen dominando las decisiones de buena parte de la banca española. Además, el Banco de España publicó este mes una circular en la que insta a las entidades a que afloren la morosidad que hayan podido ocultar mediante refinanciaciones de préstamos a empresas con dificultades evidentes para devolver lo prestado.
Del total de 1,7 billones en préstamos, 178.597 millones eran dudosos en agosto, unos 50.000 millones más que hace un año.
Fuente: Elpais.com (19/10/12)
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