Los hosteleros copan el tercer puesto en el ránking de morosidad empresarial, aunque siguen muy lejos de promotores y constructores. Por el contrario, los intermediarios financieros son los más cumplidores.
Es más que sabido que el problema principal de la banca española es el ladrillo. Los empresarios relacionados con este sector –principalmente los promotores inmobiliarios, pero también los constructores- son los que acumulan más impagos con la banca, debido al estallido de la burbuja inmobiliaria. En concreto, la morosidad de los promotores alcanzó el 22,8% al cierre del primer trimestre: desde que comenzó la crisis, en 2008, ha subido catorce puntos porcentuales.
En el caso de los empresarios de la construcción, de los 96.193 millones de euros que les deben a los bancos, un 20,9% es moroso. Hace tres años, esta ratio ni siquiera llegaba al 5%.
Ambos grupos lideran con diferencia el ránking de morosidad de empresas en España. No obstante, en paralelo al prorrogarse de la crisis, también los otros sectores empresariales tienen cada vez más problemas para cumplir con sus obligaciones con los bancos. La crisis económica reduce los ingresos de las empresas y, además, los bancos están cada vez menos dispuestos a refinanciar la deuda, al menos la de las pymes.
De acuerdo con los datos que ofrece trimestralmente el Banco de España, la hostelería es el sector donde más está creciendo la mora. En marzo, la ratio de dudosos había llegado ya al 9,14%: a finales de 2008, apenas superaba el 2%. Una situación que se produce a pesar de que los hosteleros son prácticamente el único sector que no ha sufrido el cierre del grifo del crédito, que ahoga al resto del tejido empresarial español. El saldo crediticio de los bancos con estos empresarios ha crecido casi un 9% desde 2008, en clara contra tendencia frente a la situación general.
La mora de los comercios, un 7,75%, se sitúa algo por debajo del promedio de morosidad de sistema, que tocó el 8,8% en abril. Para estos empresarios el crédito se ha reducido un 11% desde finales de 2008. En una situación parecida se encuentran los agricultores, cuya ratio de impagados está en el 7%, cinco puntos porcentuales más que hace cuatro años. La financiación bancaria a la agricultura, además, está entre las que más se están reduciendo desde que empezara la crisis y acumula una bajada de más del 18%. El resto de empresas de la industria (excluyendo la construcción) tiene una morosidad del 6,1% y aún menos morosos son los transportistas, cuya ratio apenas supera el 4,5%, prácticamente la mitad que el promedio. En este sector, además, el crédito está bajando a un ritmo más sosegado en el resto del sistema, con una contracción del 2% en los últimos tres años.
Pero la medalla como mejores pagadores se la llevan los “otros intermediarios financieros”, categoría en la que, según la clasificación del Banco de España, se incluyen básicamente seguros, actividades de sociedades holding, fondos, factoring y auxiliares financieros. Para estos empresarios, la morosidad apenas llega al 1,70%. Además, el saldo del crédito a este sector se ha más que duplicado desde 2008, hasta rozar los 99.000 millones.
¿Foco de preocupación? Algunos analistas (sobre todo extranjeros), agencias como Moody’s y el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) han advertido de que las pymes, así como las hipotecas de particulares, podrían transformarse en el próximo foco de infección de la banca española. La banca defiende que las hipotecas no dan miedo porque, pese al elevado desempleo, el sistema hipotecario español y la propia cultura de la vivienda en propiedad que rige en el país reducen el riesgo de que los impagos se generalicen.
Sobre las pymes, en cambio, hay más cautela: “es normal que si la recesión sigue durando mucho tiempo habrá más empresas que tengan que echar el cierre. Y esto significa más mora”, afirma un directivo del sector. A su vez, un analista de un banco estadounidense explica que los préstamos a pequeñas y medianas empresas tienen una mayor componente de riesgo ya que, al ser habitualmente de corto plazo, ofrecen menos posibilidad de ser refinanciados.
De hecho, en el sector no se descarta que, cuando finalmente se conozcan las exigencias de capital individualizadas de los bancos españoles –es decir, el resultado de las auditorías de Deloitte; PWC; KPMG y Ernst & Young- el Banco de España podría exigir incrementar la cobertura de estas carteras crediticias. Por el momento, no se prevé que este incremento se lleve a cabo mediante un Real Decreto que obligue a todo el sector a alcanzar un determinado nivel de provisiones. Se trataría, en cambio, de peticiones individualizadas en función de la salud de la cartera de cada entidad.
Fuente: Expansión.com (21/6/12)
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