La guerra del pan –en la que compiten grandes superficies, nuevas cadenas de panaderías y los establecimientos más tradicionales– ha provocado que por vez primera en décadas el consumo de este artículo haya subido en España.
El pasado año un panadero valenciano originó lo que se ha venido a conocer como la guerra del pan. José Navarro comenzó a vender barras a 20 céntimos, por debajo incluso del precio marcado por gigantes de la distribución. La iniciativa tuvo éxito, Navarró abrió nuevas tiendas. Las grandes superficies bajaron al campo de batalla y anunciaron agresivas rebajas de precios. El movimiento recibió duros ataques de los panaderos que consideran que a menos de 50 céntimos es imposible ofrecer pan de cierta calidad.
A pesar de las críticas, las cifras indican que la guerra del pan –la mayor competencia– ha provocado un aumento inédito en su consumo. Entre mayo de 2012 y abril de este año el consumo de pan en España ha subido un 1,8%. En 2012, según datos del Ministerio de Agricultura, se incrementó un 1,2%. “Es la primera subida del consumo en décadas”, afirma José María Fernández del Vallado, secretario general de Ceopan, que agrupa a las asociaciones de fabricantes de pan en España.
En 1964 se consumían en España 134 kilogramos de pan por habitante y año; en 1975 la cifra bajó a 82, y en la actualidad no llega a 36, según datos de Mercasa, la empresa pública dependiente de Sepi y del Ministerio de Agricultura. Pero la guerra del pan no sólo está modificando la tendencia a la baja en su consumo, también está impulsando nuevos hábitos de compra.
Cadenas de panaderías como Granier, Uvepan, Valpan o Panalia están transformado un hábito tan propio del consumidor español como es la compra del pan. Las empresas que gestionan estas panaderías, la mayoría operadas en régimen de franquicia, han implantado un modelo de establecimiento en el que se vende pan de todo tipo y en el que es posible tomarse un café tranquilamente.
El estruendo que despiden por las mañanas las cafeterías de Madrid, en las que compiten por hacer más ruido máquinas tragaperras, cafeteras, televisiones, acaloradas conversaciones futbolísticas y lanzamientos de monedas al cubo de las propinas, no es propio de este nuevo concepto de panadería-cafetería. Los locales disponen de pocas mesas y sillas, con colores blandos y música de ambiente a bajo volúmen. El olor a bollo y a pan impregna todo el establecimiento y es normal ver a alguien leyendo un libro o un periódico que al terminar su consumición comprará el pan que seleccione entre una amplia variedad.
De esta forma estas nuevas cadenas compiten con las grandes superficies y supermercados, que venden pan por menos de 50 céntimos. En Carrefour (Madrid), una barra de pan cuesta 25 céntimos; en DIA, 39 céntimos. En un establecimiento de Granier la barra de pan vale 75 céntimos; 85 céntimos en un local de la cadena Panaria.
Las panaderías tradicionales se sienten ahora las grandes damnificadas por la guerra del pan. En España existen 15.000 empresas, panaderías, que venden “pan, pan”, como dice Fernández del Vallado, de Ceopan; establecimientos que fabrican el pan que venden (ya sea en panaderías propias o en grandes superficies). En una década 5.000 de estas panaderías, según cálculos del secretario de Ceopan, han cerrado. Pero ahora, advierte Fernández del Vallado, “el pan está de moda” y también estos negocios pueden sacar tajada de la guerra del pan destacando sus características diferenciadoras frente a las grandes superficies o las nuevas cadenas.
La fulgurante expansión de la enseña Granier
La primera cadena de de panaderías en España es Granier. En sólo cuatro años esta compañía, nacida en el extrarradio de Barcelona, se ha expandido por el país (está presente en todas las comunidades autónomas menos en Extremadura). La empresa prevé cerrar el año con 172 locales abiertos en España, 22 en propiedad y el resto operados en régimen de franquicia. Las panaderías Granier ofrecen una amplia gama de pan en locales de ambiente relajado con un servicio similar al de una cafetería.
El mes pasado Granier abrió su primera panadería-cafetería en Miami. “En Estados Unidos hasta ahora no ha funcionado el pan de corteza, se vende más pan de molde, pero en un mes que llevamos abiertos estamos viendo que sí gusta el pan que vendemos en España”, comenta David Pareda, director de expansión de Granier. La empresa negocia ahora su entrada en Marruecos, México, Panamá, Perú, y Hungría.
Desde 25 céntimos hasta 85
Las grandes cadenas de distribución son las que están vendiendo una barra de pan al menor precio. En una visita a más de 10 tiendas efectuada ayer en Madrid, Carrefour fue el establecimeinto en el que se encontró la barra de pan más barata, 25 céntimos. En DIA y en Eroski la barra de pan se vende a 39 y 45 céntimos. En Mercadona el precio de una barra de pan es de 45 céntimos.
En las cadenas de panaderías el mismo artículo no se encuentra por menos de 75 céntimos: Uvepan (75 céntimos); Granier (75 céntimos); Embassy (80 céntimos); Panaria (85 céntimos).
Una panadería tradicional de prestigio, como la de Uría Hermanos, en el Mercado de Chamartín, vende una barra de pan por 60 céntimos.
En todos los locales visitados ayer en Madrid se pudo comprabar como las barras de pan se venden envueltas en papel de la tienda o en sobres especiales de papel o de plástico. Excepto en locales de alimentación regentados por ciudadanos chinos en los que no se dio ticket de compra y en los que las barras de pan, entre 40 y 50 céntimos, no estaban debidamente resguardadas.
Fuente: Cincodias.com (22/11/13)
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