Malaysia Airlines, la aerolínea del vuelo MH17 caído este jueves sobre suelo ucranio, vive este año un auténtico calvario. La compañía aérea aún trata de establecer el paradero de su vuelo MH370, desaparecido el pasado 8 de marzo cuando cubría la ruta entre Kuala Lumpur y Pekín. Llevaba 239 personas a bordo, 227 pasajeros —la mayoría de ellos de nacionalidad china— y doce tripulantes malasios
El último contacto por radio del MH370 fue algo menos de una hora después de despegar, cuando se desplazaba en dirección norte. Los sistemas de localización se desconectaron. Pero durante varias horas, los sistemas aún establecieron contacto electrónico regular con los satélites de navegación, al oeste de su ruta prevista. Después se interrumpieron. Desde entonces, no se ha tenido más noticias de ese Boeing 777.
La operación de búsqueda del avión es ya la más cara de la historia, y se ha extendido por miles de kilómetros en el sur del océano Indico. Los investigadores, que tienen en los datos de los satélites de navegación sus pistas más fiables hasta el momento, consideran que el vuelo cayó al mar en algún punto de esas aguas tras desviarse de su ruta y agotar su combustible.
En mayo, las autoridades australianas, que coordinan las tareas de búsqueda, confirmaron que no se habían hallado restos del avión en el sector en el que se lo buscaba hasta entonces. Los aparatos especializados habían detectado un eco electrónico, consistente con las señales que emite la caja negra de un Boeing 777, lo que despertó las esperanzas de que la aeronave encontrarse allí. En vano. Los datos del suelo marino, tras semanas de paciente exploración kilómetro a kilómetro, arrojaron resultados negativos. Ahora los expertos repasan los datos de los satélites y las labores de rastreo se retomarán en agosto. Un submarino de aguas profundas recorrerá una zona más al norte y mucho más extensa, de 60.000 kilómetros cuadrados, con la esperanza de detectar algo parecido a los restos de un avión.
Lo que no se retomarán ya son las inspecciones aéras. Cualquier resto que hubiera podido salir a flote, según consideran las autoridades australianas, se ha hundido ya desde entonces, o ha dejado de ser reconocible como procedente del avión. Han pasado ya más de cuatro meses desde la desaparición. Demasiado tiempo.
China, país del que proceden la mayor parte de los pasajeros, ha prometido no cejar en la búsqueda hasta que no aparezca el avión. La desaparición del vuelo suscitó fuertes tensiones entre el Gobierno malasio y Pekín, que acusó al país del sureste asiático de no hacer lo suficiente por aclarar el paradero del vuelo. Las familias también se sumaron a las protestas. Alojadas inicialmente en un hotel de Pekín, muchas de ellas se desplazaron a Kuala Lumpur para exigir una justicia y unas explicaciones que, según aseguran, siguen sin recibir aún hoy. Abrieron en su día, aunque sin el éxito esperado, una campaña para tratar de recaudar cinco millones de dólares (unos 3,5 millones de euros) para el esclarecimiento del caso.
Malasia asegura que ha hecho todo lo que ha podido. Divulgó los datos brutos proporcionados por los satélites para que las familias, si lo desean, lleguen a sus propias conclusiones. Mientras tanto, la compañía aseguradora de Malaysia Airlines ha comenzado a desembolsar las compensaciones correspondientes a la muerte de familiar. De momento, algo más de 30.000 euros por familia. El monto total llegará una vez se confirme oficialmente el fallecimiento de los viajeros a bordo del avión. De acuerdo con las normas de la Organización Internacional de la Aviación Civil, a cada familia le corresponde en torno a los 125.000 euros.
En la página de Facebook que han creado sobre su caso, los familiares de los pasajeros del MH370 envían hoy un mensaje de solidaridad, en inglés y mandarín, sobre la pérdida del MH17, en el que volaban 280 pasajeros y quince tripulantes que cubrían la ruta Amsterdam-Kuala Lumpur. “Las familias del MH370 tenemos a las familias del MH17 presentes en nuestras oraciones. Nuestros corazones están con ellos”, indica el mensaje.
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