Hacerse con una fortuna de 13.200 millones de dólares (11.910 millones de euros) es algo virtualmente imposible. Hacerse con una fortuna de 13.200 millones de dólares en un día es ciencia-ficción. Más aún cuando esa subida se concentra en un cuarto de hora, en el que la riqueza de la persona en cuestión se dispara en 8.000 millones de dólares (7.2220 millones de euros).
Eso es imposible, ¿verdad?
Pues no. Eso pasó el jueves. A lo largo del día, la riqueza del fundador, presidente, consejero delegado y mayor accionista de Amazon, Jeff Bezos, subió en esa cantidad. De nueve de la mañana a cuatro de la tarde, durante las horas de contratación de la Bolsa de Nueva York, lo hizo en más de 4.000 millones de dólares. Y luego, al cierre del mercado, Amazon presentó los resultados del primer trimestre. En un cuarto de hora, Bezos era otros 9.000 millones de dólares más rico. Hay que tener en cuenta que Bezos, hijo y nieto de españoles, tiene en torno al 12% de la empresa. Dado que las acciones de Amazon subieron un 11%, basta una simple operación aritmética para ver lo que ganó el dueño y arquitecto del éxito de la empresa. En total, Bezos ganó el jueves casi tanto como todo el Banco Santander en los 365 días de 2019. Su forutna toral ronda ahora los 130.000 millones de dólares (117.000 millones de euros). Y el valor en bolsa de Amazon supera el billon de dólares, es decir, los 900.000 millones de euros.
Con esos 13.200 millones, Bezos podría comprarse 52 veces el diario ‘Washington Post’, que adquirió en 2013 por 250 millones de dólares, y aún le sobraría dinero. También podría construirse un portaviones nuclear de la clase ‘Henry Ford’, que es el nuevo modelo que la Armada de EEUU está lanzando. O hacerse con el control de casi la tercera parte de las acciones de General Motors, el tercer mayor fabricante de coches del mundo.
Claro que Bezos no fue el único beneficiario. Su ex esposa, MacKenzie, tiene el 4% de la compañía. Eso significa aproximadamente una ganancia de 4.100 millones de dólares (3.610 millones de euros). Para ser una escritora que hasta la fecha solo ha publicado dos novelas, no está nada mal. Evidentemente, la idea de la bohemia parisina o neoyorkina, de pasar hambre y perseguir a los editores con los manuscritos, no va con MacKenzie, salvo que ella acose a las editoriales desde el helicóptero.
Evidentemente, se trata de ganancias en papel, no en metálico. Y ahí las fortunas suben y bajan ellas solas. En octubre, cuando Amazon reportó unos resultados peores de lo esperado, Bezos perdió 7.000 millones de dólares (6.320 millones de euros) en un día. El 5 de agosto, cuando se produjo una corrección en las bolsas mundiales, Bezos sufrió pérdidas de 3.400 millones de dólares (3.068 millones de euros). De hecho, si Bezos vendiera de golpe sus acciones en Amazon, el valor de éstas se desplomaría, y él mismo acabaría siendo menos rico (aparte de que la empresa, probablemente, quebraría). Puede decirse así que el empresario es prisionero de su propia riqueza. De todas las prisiones posibles, ésa es, sin duda, una de las más envidiables.
Fuente: Elmundo.es (31/1/2020) Pixabay.com