Hyperloops o cómo llegar de Cádiz a Barcelona en una hora

Cuando en la película 2001: Odisea en el espacio (1968) de Stanley Kubrick vimos a un tripulante espacial leyendo contenidos en una pantalla portátil, pocos pudieron pensar que se convertiría en una realidad. Décadas después, llegó el iPad. Lo mismo sucedía con los androides de la mítica Metrópolis, las casas inteligentes de Regreso al futuro o las impresoras 3D de Star Trek.

Sin embargo, aún nos faltaban los trenes supersónicos de Blade Runner. ¿La respuesta? El hyperloop, un transporte de alta velocidad gracias a la inserción de tubos de aire en fase de pruebas y que podría cambiar para siempre la forma de gestionar el tiempo en transporte público.

Cronología de un tren supersónico

Al igual que sucede con otras tecnologías, el origen del hyperloop no es reciente. De hecho, basta con remontarse a finales del siglo XIX para descubrir a Kingdom Brunel, un ingeniero británico que ya en su momento experimentó con la manipulación del aire comprimido para transportar carros a mayor velocidad.

Una invención en la que el empresario estadounidense Elon Musk (Tesla) puso los ojos hace ya casi diez años, presentando en 2012 un primer prototipo del hyperloop, una cápsula prima hermana del tren que permite acortar distancias a velocidad supersónica apoyada sobre una bolsa de aire propulsado por motores de inducción y compresores.

Un aliado al que Musk llegó a describir como «un cruce entre un avión Concorde, un cañón y una mesa de hockey de aire». Fue así como lo que comenzó siendo un supuesto ejercicio de arrogancia, terminó convirtiéndose en una realidad.

En agosto de 2013, una primer ruta teórica que unía la ciudad de Los Ángeles con la bahía de San Francisco (560 kilómetros) en 35 minutos a una velocidad de 970 km/hora, comenzó a llamar la atención de inversores y empresas. Tres años después, el primer prototipo de Hyperloop era consolidado por Musk y su marca SpaceX a través de los conceptos Virgin Hyperloop One, con sede en EEUU, o HyperloopTT, enfocado a China, donde una pista de prueba ya ha sido construida. La primera prueba completa en hyperloop tuvo lugar en Nevada en mayo de 2017 a 112 kilómetros / hora, un 10% de la velocidad total a alcanzar.

A partir de la expansión de la marca Hyperloop One y el despliegue mundial de una futura revolución del transporte, muchas han sido las rutas predeterminadas que han comenzado a tantearse, entre ellas una entre las islas de Córcega y Cerdeña; otra entre Gales, Escocia e Inglaterra; o de Ciudad de México a Guadalajara, ciudades separadas por 532 kilómetros que serían recorridos en tan solo 38 minutos.

Rutas que, incluso actualmente, adolecen de las dudas de ingenieros e inversores debido a los dos principales problemas que presentan los hyperloops: costes desmesurados y dudas en su seguridad, siendo la erosión de los tubos, la toma de curvas o, especialmente, las náuseas que podrían sufrir los pasajeros los principales obstáculos.

Por otra parte, los creadores insisten en sus muchas ventajas: una eficiencia superior a la del avión y los trenes, o la reducción de carbono apoyándose en el uso de energías renovables como tecla sostenible del transporte del futuro.

De Cádiz a Barcelona en una hora

El país que más se aproxima a esta realidad es la India, donde se consolida un proyecto que uniría las ciudades de Mumbai y Pune con parada en el aeropuerto internacional de Navi de Mumbai en tan solo treinta y cinco minutos. Una distancia que en coche tarda en recorrerse dos horas y media y hasta tres en tren.

La primera fase del proyecto ha sido financiada por la empresa extranjera Dubai Port, la cual ha desembolsado 500 millones de dólares al mismo tiempo que las pruebas en Abu Dhabi, ciudad que quedaría unida a Dubái (a 140 kilómetros) en apenas doce minutos, avanzan a pasos de gigante.

Esta fiebre también ha llegado a España, siendo una ruta entre Cádiz y Barcelona la primera trazada sobre el mapa. Separadas por más de 1.000 kilómetros en un viaje que alcanza hasta 11 horas de coche, ambas ciudades quedarían unidas en tan solo una hora de hyperloop. La primera cápsula, llamada Quintero One, de 32 metros de largo y obra de la multinacional gaditana Carbures, se encuentra actualmente en vías de prueba.

Como podéis comprobar, la tecnología y la innovación avanzan a pasos de gigante, consolidando un hyperloop cuyo primer esbozo oficial podría ver la luz en el año 2030. Solo entonces comprobaremos qué se siente al viajar a la velocidad del sonido al más puro estilo Minority Report.

Fuente: Elmundo.es (8/6/19) Pixabay.com

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