Los smartphones de empresa han reducido la separación entre la vida laboral y la vida personal y el tema también plantea cuestiones legales.
«Si la empresa te da un smartphone, espera que veas tu correo electrónico a cualquier hora del día, aunque no lo diga», señala Linda Doyle, socia del bufete de abogados McDermott Will & Emery de Chicago.
Según una encuesta realizada por el Centro de Investigación Pew, alrededor del 44% de los usuarios de internet habitualmente realizaron tareas laborales fuera del lugar de trabajo el año pasado, sobre todo con smartphones y otros dispositivos. Casi la mitad de los trabajadores encuestados dijeron que hacían mejor su trabajo con la tecnología digital, pero el 35% señalaron que con esta tecnología trabajaban más horas.
En EEUU, trabajadores ya han presentado varias demandas porque sus compañías esperan que trabajen horas extras no remuneradas con sus smartphones u otros dispositivos. El número de demandas aún es pequeño, pero abogados dicen que si los jueces se muestran favorables a los demandantes y se cambian las leyes laborales (como está previsto), podrían presentarse muchas más. También añaden que los jueces parecen estar tomándose más en serio estas demandas.
Hasta ahora la mayoría de las demandas han sido individuales y no ha habido sentencias de demandas colectivas que hayan sentado precedentes. Además, en las demandas colectivas presentadas habitualmente se ha llegado a un acuerdo fuera de los tribunales porque para las empresas es más barato pagar las horas extras exigidas que meterse en una larga batalla legal.
Según la ley federal estadounidense, los trabajadores que ganan más de 23.600 dólares al año o más de 455 dólares a la semana no pueden cobrar horas extras. Según datos de la Casa Blanca, este segmento incluye al 88% de la población activa, frente al 35% en 1975, cuando el límite era de 250 dólares a la semana.
Este mes el Departamento de Trabajo ha presentado una propuesta a la Oficina de Gestión y Presupuestos para incrementar el límite salarial. Si la oficina la aprueba puede que se convierta en ley en el verano, por lo que muchos más millones de estadounidenses podrían cobrar las horas extras. Según los analistas, el nuevo límite podría ser de unos 50.000 dólares al año, aunque el Departamento de Trabajo no ha hecho comentarios sobre el tema.
«Las personas que ganan menos de 30.000 dólares al año normalmente no tienen trabajos que requieran trabajar a distancia con ordenadores portátiles o dispositivos móviles, pero las que ganan más de 55.000 dólares están habituados a hacerlo», dice Paul Lukas, abogado del bufete Nichols Kaster de Minneapolis.
En 2009 un grupo de vendedores de T-Mobile USA presentó una demanda a la empresa porque les dio BlackBerrys y otros dispositivos para que trabajasen con ellos de 10 a 15 horas extras a la semana contestando a correos electrónicos y SMS de clientes. También dijeron que tenían que dar a los clientes sus números de teléfonos móviles para que pudieran contactar con ellos a cualquier hora del día. En 2010 T-Mobile pagó una suma no revelada a los vendedores para llegar a un acuerdo fuera de los tribunales.
El año pasado un juez admitió una demanda colectiva de un grupo de policías de Chicago después de que el agente Jeffrey Allen presentara una demanda porque le exigían que respondiera a llamadas y mensajes cuando no estaba de servicio.
Aunque según el Departamento de Policía de Chicago a los agentes se les pagan las horas extra sin problemas, incluido el uso de smartphones, el abogado de Allen dijo que en unidades especiales como la Oficina del Crimen Organizado, donde trabajaba Allen, se espera que los policías estén disponibles a cualquier hora del día pero no comunican las horas extra trabajadas, porque saben que si piden que se las paguen pueden perder el trabajo. La fecha prevista del juicio es en agosto y podría sentar precedentes.
Por otra parte, aunque una empresa no ordene a sus empleados que realicen tareas fuera del horario laboral, no es inmune a las demandas. Según las leyes laborales, a los trabajadores se les deben pagar las horas extras si las empresas les permiten que las hagan. «Eso implica que una compañía debe pagarlas si sabe que un empleado las ha hecho», dice Lukas.
«Las empresas deberían prohibir trabajar horas extras y tomar medidas para que esto se cumpla, o dejar de dar smartphones y ordenadores portátiles a sus empleados», dice Dan Getman, el abogado de los trabajadores de T- Mobile.
Para que los empleados de Volkswagen en Alemania que no son directivos no trabajen horas extras a distancia, no reciben correos electrónicos de la empresa entre las 6.15 de la tarde y las 7 de la mañana. Pero es poco probable que esta medida se aplique en EEUU.
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