Donald Trump asegura que el arancel a las importaciones de acero y aluminio ayudará a la industria manufacturera en Estados Unidos. Lo que no calculó es el efecto de las represalias de sus socios comerciales. Harley-Davidson, de las primeras corporaciones en clamar al presidente que evitara la confrontación por los daños colaterales, anuncia que se ve obligada a transferir parte de la producción fuera del país para «aliviar» el efecto del impuesto aduanero europeo. El presidente no ocultó su sorpresa con la decisión.
La decisión del icónico fabricante de motos va justo en sentido opuesto de lo que proclama Trump y se convierte en el más claro ejemplo de los daños colaterales del enfrentamiento comercial que se libra a ambas orillas del Atlántico. La Unión Europea activó el pasado viernes un arancel especial a una lista de productos importados desde Estados Unidos por valor de 3.200 millones de dólares anuales, que incluyen desde zumo de naranja, cacahuetes y ropa, hasta barcos.
La respuesta europea está diseñada para “equilibrar” la situación creada por el arancel del 25% a las importaciones de acero en EE UU y del 10% al aluminio. El elenco de bienes seleccionado es, además, políticamente muy sensible para los distritos en los que los republicanos se la juegan en las próximas elecciones legislativas en noviembre, donde se juegan la mitad de los asientos en el Congreso. El arancel europeo, según Harley, «tendrá un efecto inmediato en nuestro negocio».
Para el caso concreto de sus motocicletas, el arancel se eleva del 6% al 31%. Eso, en la práctica, encarece el precio de cada Harley-Davidson en una media de 2.200 dólares. Pero el fabricante de Milwaukee (Wisconsin), una de las marcas que encaja con el mensaje «América Primero» del presidente, no quiere pasar ese sobrecoste al consumidor. En este sentido, adelanta a los inversores un sobrecoste de entre 90 millones y 100 millones por el impacto de los aranceles.
Trump puso precisamente a Harley-Davidson como ejemplo del daño que hacía la competencia desleal en el comercio. Es una de sus corporaciones preferidas, por eso no dudó en cuestionar los motivos del anuncio. Recibió incluso a los ejecutivos de la compañía cuando no llevaba ni dos semanas la Casa Blanca. Al fabricante de motos no le afecta solo el arancel europeo. También necesita acero y aluminio en su proceso de producción.
Harley registró ventas por valor de 5.650 millones el año pasado y Europa es su mayor mercado en el exterior, con 40.000 unidades vendidas en 2017. La UE no es el único socio que responde a Trump. India también tiene preparada una lista de bienes importados a los que someterá a un arancel especial, que empezará a aplicar a partir del próximo 4 de agosto. Excluye, sin embargo, las motocicletas. El presidente citó expresamente el arancel indio a este producto.
Donald Trump dio, además, un ultimátum el pasado viernes a la UE para que desmonte el arancel del 10% que aplica a las importaciones de automóvilesfabricados en EE UU. Si no lo hace, procederá a aplicar una tarifa aduanera del 20% a los coches europeos, frente al 2,5%. El presidente acudió de nuevo este domingo a Twitter para insistir el comercio con sus socios comerciales debe ser justo y recíproco. Y este lunes pidió paciencia, porque dice que los resultados de su política llegarán.
Harley-Davidson no especifica hacia donde transfiere la producción ni cómo afectará a EE UU. Lo único que indica es que el cambio llevará completarlo entre nueve y 18 meses. «No es nuestra preferencia», insiste, «pero es la opción para preservar la viabilidad del negocio en Europa». Actualmente tiene fábricas en York (Pensilvania), Kansas City (Missouri) y Menomonee Falls (Wisconsin). Las operaciones fuera del país están en Australia, Brasil, India y Tailandia.
Fuente: Elpais.es (25/6/18) Pixabay.com