La Agencia Tributaria ya considera a los jugadores de póker como deportistas profesionales. Así lo recoge una nota publicada por el Departamento de Inspección Financiera y Tributaria con fecha de 28 de marzo de 2023. De esta forma, los profesionales de este juego de habilidad quedan equiparados a los golfistas, los pilotos de coches o los tenistas, si bien no existe todavía la actividad profesional en la que encajarlos.
De esta forma, Hacienda abre la puerta a terminar una batalla histórica con los jugadores profesionales de póker, una pugna en los tribunales que ha dado muchas vueltas y que tiene su origen en la aprobación de la ley del juego, concebida en los estertores de la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa. La decisión de Hacienda, que se refiere con el concepto «deportista» a las nociones que «abarcan tanto las manifestaciones deportivas que requieren un esfuerzo físico […] como aquellas en las que predomina un factor mental», no es casual. Tampoco lo son sus tiempos.
Hasta la regulación del juego por internet, España tenía una de las comunidades de jugadores de póker más amplias del mundo. La élite de ese grupo, los que de verdad ganan cantidades por encima del millón de euros, estableció su residencia fiscal más allá de nuestras fronteras, en busca de normativas más amables y, sobre todo, más seguras. Reino Unido, por entonces uno de los destinos más populares, reconoce la profesión de jugador de póker como actividad profesional desde hace una década. Por entonces, países como Portugal dejaban exentas de tributación las ganancias procedentes de las habilidades con la baraja francesa.
Todos esos grandes jugadores siguen viviendo fuera de España, pero vuelven para jugar los torneos y festivales que se organizan cada año. Por las posibilidades turísticas anexas, este es un país muy atractivo para los promotores de torneos. Así, cada vez que venían a España y ganaban enormes premios, los declaraban (si es que tenían que hacerlo) allá donde estuviera situada su residencia fiscal. Andorra, Malta, Sudeste Asiático… Los clásicos.
Con esta equiparación a los deportistas profesionales, Hacienda pretende quedarse con una parte de todo ese capital que se marcha con los jugadores que ganan los premios. Hasta ahora, la tributación del dinero ganado en un torneo de póker es similar a la lotería, algo que tendrá que cambiar necesariamente toda vez se modifica la categorización de los jugadores.
Cabos sueltos
La Agencia Tributaria no ha querido dejar demasiados flecos sueltos. ¿Qué ocurre si un jugador con su residencia fiscal en el extranjero viene a España de vacaciones, juega por primera vez en su vida un torneo de póker y se lleva un premio millonario? Difícilmente podría esa persona ser considerada jugador profesional. De ahí que la nota publicada aplique también las mismas condiciones a los que practican la actividad de forma ocasional.
«Asimismo, conviene aclarar que el concepto convenido de deportistas abarca tanto a los profesionales como a los amateur» y que estarán sujetos a esta normativa «incluso aquellos que actúen como tales en un único evento, de modo que no se requiere habitualidad en la actividad del contribuyente», reza la nota.
Además de los jugadores de póker, la Agencia Tributaria otorga la misma categoría a aquellos que se dediquen al ajedrez, el billar o los juegos de naipes. Son otras ocupaciones relevantes, pues España en uno de los países que más torneos de ajedrez organizan en el mundo.
¿Un torneo de póker en el Bernabéu?
La calificación del póker como una profesión deportiva también abre la puerta a acabar con un monopolio histórico: el de los casinos. Al dejar de considerar el póker como un juego de azar (tiene un porcentaje de suerte, pero en ningún caso puede ser equiparado a la ruleta o las tragaperras) y pasar a ser una actividad deportiva, la teoría nos puede llevar a pensar que cualquier reciento podría ser apto para acoger un torneo de póker.
En cualquier caso, parece complicado que la Agenda Tributaria abra ese melón en este momento. La industria del juego en España tiene actores relevantes, por mucho que hayan perdido la fortaleza de la que podían presumir hace algunos años. Cirsa o Codere han vivido tiempos mejores y seguro que pelearían por un sector, el del póker, en el que los españoles se jugaron 1.215 millones de euros el año pasado.
Fuente: elconfidencial.com (14/4/23) pixabay.com