Grecia va a permitir la venta de alimentos caducados a un precio inferior al original, en una medida que el Gobierno no ha sido capaz de justificar pero que las asociaciones de consumidores han interpretado como una prueba de su incapacidad para detener la escalada del coste de los productos básicos.
Un decreto ministerial acaba de reactivar una vieja reglamentación que autoriza a supermercados y tiendas de alimentación a vender alimentos una vez superada la fecha de caducidad.
«Esta reglamentación existe desde hace muchos años. Y es algo que se permite también en el resto de Europa. Lo único que hicimos fue precisar que estos productos deben venderse a precio bajo. No entiendo por qué está causando tanto ruido», declaró Yorgos Moraitakis, asesor del Ministerio de Desarrollo, Competencia y Marina Mercante.
La normativa excluye la carne y los lácteos de la lista de productos perecederos que pueden venderse y fija un límite máximo de fechas en las que se pueden seguir comercializando.
Así, los alimentos en los que la fecha de caducidad viene indicada por el día y el mes, podrán seguir en el estante una semana más. En el caso de que el «consumir preferentemente antes de» sólo señale mes y año, la venta podrá extenderse durante un mes, y en el caso de que la fecha indique sólo el año, la fecha de venta podrá prolongarse un trimestre.
Críticas de los consumidores
Aunque Moraitakis no quiso especificar los motivos de esta decisión y se limitó a recordar que la normativa ya existía, asociaciones de consumidores e incluso organismos oficiales han criticado la medida.
«Prácticamente admiten su incapacidad para controlar los precios», denunció a Efe Victor Tsiafutis de la Asociación de Consumidores Calidad de vida, una de las más antiguas de Grecia.
En la Grecia de la crisis, del recorte de salarios y pensiones y del aumento del paro, el precio de los alimentos y productos básicos no ha dejado de subir.
Entre agosto de 2011 y agosto de 2012, el precio del azúcar se disparó un 15%; el los huevos, un 6,8%; el de la mantequilla un 3,2%; y el del café, un 5,9%, según los datos de la Autoridad de Estadística.
«Es un acto inmoral», criticó Tsiafutis. «En vez de tomar iniciativas para controlar los precios, permiten la venta de alimentos con fecha de caducidad pasada».
Además, desde el Organismo de Nacional de Alimentos se pone incluso en cuestión que la medida sirva para algo. «Es dudoso que estos alimentos vayan a ser vendidos a bajo precio, pues los mecanismos de control de precios han fracasado«, advirtió Yannis Mijas, presidente de esta organización vinculada al Gobierno. De hecho, la medida no establece de cuánto ha de ser la rebaja del precio inicial, algo que queda a la discreción del comerciante.
Para Mijas, la venta de alimentos caducados supone también un dilema moral, al dividir a los consumidores en dos grupos: los que pueden pagar los alimentos básicos y los que, por pobreza, «se ven obligados a recurrir a alimentos de calidad dudosa».
Fuente: Eleconomista.es (15/10/12)
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