Una escuela ofrece a los jóvenes formación directiva en empresas con sede en el país asiático. La formación de un directivo, ¿teórica o práctica? La pregunta no es fácil de contestar y quizá la respuesta correcta pase por la combinación de ambas. La empresa Global Talent Group (GTG) tiene claro este enfoque y trabaja con otras compañías para llevarlo a la práctica. La internacionalización es uno de los factores que más se valoran en el currículum de un directivo, de ahí que Adelaida Careaga y Carmen Guzman, fundadoras de esta escuela de formación, se plantearan formar en China a jóvenes dentro de compañías españolas, algunas como Road China Mapfre Assistance, MC Hafei Airbus, Gold Millenium Group, Juerui Industry ya han probado la experiencia. «Hace más o menos un año dejamos nuestro trabajo como directivas en Barclays para montar un programa de posgrado con formación práctica, internacional y en habilidades y competencias directivas. Creemos que hay una barrera importante entre la universidad y la empresa que alguien debe ayudar a salvar», afirma Careaga.
Ese era el objetivo, pero no siempre es fácil de conseguir. «Necesitábamos asociarnos con empresas que compartieran nuestro punto de vista, que vieran esto como una oportunidad de engrasar la relación que tienen con los recién licenciados, pero también como una oportunidad para las personas jóvenes». La dinámica, en el fondo, es muy sencilla: «Nosotros captamos a los candidatos, hacemos una selección en función de los perfiles que nos demandan las empresas y les damos formación presencial y teórica», aunque no una cualquiera.
Antes las empresas han tenido que seleccionar un proyecto y un mentor en China. Ésta es la persona que va a estar en contacto con el candidato en su lugar de trabajo y quien le ayudará a desarrollar sus habilidades directivas. «Esta figura es clave. Será su jefe durante un año» y puede determinar todo su futuro. Pero no sólo eso. «Desde Madrid hacemos un seguimiento exhaustivo de las tareas que le asignan al candidato y le enseñamos a resolver problemas cotidianos con los que se encuentran los directivos a diario. Nadie les enseña este tipo de cosas en la universidad. Hacemos además labor de coach con ellos».
En resumen, los estudiantes de este novedoso posgrado ni son alumnos de un máster que se imparte en un aula ni son trabajadores o becarios de una empresa. «Ellos no reciben ningún tipo de remuneración de la empresa en la que se están formando. Ellos pagan por estar ahí y por aprender lo que significa estar en el día a día de una compañía. Por lo demás, no se tienen que preocupar por nada, ni visados ni alojamientos, porque nosotros se lo facilitamos todo. Hasta les damos clases para que adquieran nociones de mandarín». Se trata de que se integren en la empresa y aprendan en un año liderazgo, gestión de equipos o desarrollo de un producto.
El precio
Pero, ¿cuánto cuesta este posgrado? «El programa cuesta 14.000 euros y una cantidad mensual con la que ellos viven, de media son 1.000 euros, pero dependerá de la ciudad en la que vivan. Pueden llegar a pagar unos 26.000 euros en un año de formación». Algo que no resulta tan exagerado si se compara con programas de formación de algunas escuelas de negocios. «Lo más importante es que ellos no pagan nada hasta que una empresa no les ha seleccionado».
Lo más difícil del mercado laboral para los recién licenciados es romper la muralla que existe en las empresas y que actúa como puerta de salida, pero no de entrada. Este tipo de programas ayudan a traspasar esa barrera. Se encuentran con un mercado competitivo en el que les resulta difícil entrar y en el que su formación no es sinónimo ya de casi nada. Ciertas habilidades sólo se adquieren desde la experiencia, pero no pueden aprenderla si ninguna empresa les da una oportunidad. El mercado les pide desarrollo internacional, pero ¿cómo conseguirlo si pocas empresas están dispuestas a contratar recién licenciados sin experiencia? China es la primera parada de este proyecto, pero no descartan probar en otros mercados laborales. «No es fácil, pero lo tenemos también en mente».
El trabajo por la cantera de Loewe
Una de las empresas que está estudiando este proyecto es Loewe. Raquel García, talent manager, cree que «las empresas lo estábamos necesitando. Tiene dos beneficios importantes: para los estudiantes es interesante porque cambia el formato tradicional de máster o escuela de negocio. Ya hay mucha gente que tiene una carrera y un máster y éste es un programa novedoso, que les obliga a poner mucha carne en el asador. Los estudiantes se forman en el puesto de trabajo, aprendiendo cosas cada día. Los procesos de selección son muy exigentes y los jóvenes no compiten en equidad porque hay muchos profesionales con experiencia que pueden optar a un puesto de trabajo. Es muy difícil que las empresas opten por una persona sin experiencia y junior cuando hay candidatos que ya tienen una amplia experiencia en el sector. Con este programa ponen en igualdad de valor lo que los jóvenes potenciales pueden hacer en un mercado muy competitivo. Por otra parte, a las empresas, nos da la facilidad de ver cómo los estudiantes se desenvuelven en realidad en un ambiente profesional y está claro que a la hora de incorporar a una persona en plantilla vas a decidirte por alguien con quien ya has trabajado». Loewe aún no ha elegido candidato porque tiene que analizar el proyecto en el que podrían incorporar al candidato.
Fuente: Expansion.com (15/5/13)
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